Tiempo de mejores: El combo contundente del campo y pista

Tiempo de mejores: El combo contundente del campo y pista
Fecha de publicación: 
16 Diciembre 2019
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Toda una estrategia ha desplegado la Federación Internacional de Atletismo, actualmente World Athletics para en un mundo deportivo también abrumadoramente mercantilizado, afianzar o consolidar su posicionamiento.

Movida que incluso, ha ido hacia la variación de los calendarios competitivos y el número de pruebas que componen la Liga del Diamante, eliminando algunas en detrimento de dinamizar las transmisiones televisivas. Por supuesto, han sido muchos, entre los que me incluyo, y no solo atletas, los que se han pronunciado en contra de este plan, e incluso han cuestionado la sensatez de Sebastian Coe y su alta camarilla, fundamentalmente los que compiten en el área de lanzamientos y saltos.

En medio de esa turbulencia atlética, con la estela del dopaje omnipresente y la cruzada versus Rusia en efervescencia total, tocó viajar a un “Triángulo de las Bermudas” y llegar a la designación de los mejores deportistas del año en Cuba.

La máxima distinción recayó precisamente sobre la discóbola Yaimé Pérez, quien por segundo año consecutivo se erigió como la más encumbrada. Mientras, entre la decena de destacados volvieron a aparecer la también lanzadora de disco Denia Caballero, y el saltador de longitud Juan Miguel Echevarría.

Muchos aficionados al deporte necesitan saber, además, que el campo y pista estuvo pugnando con la lucha y el judo, la distinción de mejor disciplina individual, por lo que estos tres exponentes cargaron con gran parte del peso en semejante duelo fraternal, dominado en definitiva por los gladiadores.

Y para satisfacer esa sed de conocimiento, CubaSí les propone un perfil de rendimientos y algunas características interesantes de este tridente atlético, sobre quiénes descansan, además, las mayores opciones de preseas del campo y pista en Tokio 2020.

Yaimé Pérez: Pudiera llamarse esta historia, El destierro de los fantasmas y el cáliz de la consagración. A la santiaguera nacida el 29 de mayo de 1991 siempre la había asediado el fantasma de no coronar su talento en eventos de nivel supremo.

Pues en el 2019 le llegó su hora. Bajo niveles de tensión insospechados se adueñó del cetro en la Liga del Diamante (68.27 metros); los Juegos Panamericanos de Lima (memorable sexto intento de 66.58); y el Mundial de Doha (69.17).

Esos fueron los puntos climáticos de una campaña que la vio imponerse en siete de una decena de competencias entre abril y octubre, con cinco de las diez mejores marcas en el top lists anual (69.39-69.17-68.28-68.27 y 67.78 en par de ocasiones).

Por si eso no bastara la rusa, como se le conoce a esta fornida lanzadora, ha ocupado por 23 semanas la posición cimera del ranking universal (1 435 puntos), y la 15 dentro del escalafón global femenino desde hace cinco. Dichas ubicaciones son las más altas que ha exhibido en su carrera deportiva.

Una mirada a la progresión de Yaimé arroja que en el 2008 ya había llevado el implemento hasta 51.80 metros con 16 años. Luego fue considerable su ascenso, pues en el 2013 ya sobrepasaba la respetable barrera de los 66 metros, 66.01… Del 2016 a la fecha, Pérez ha logrado mantenerse con registros superiores a los 67.50 metros y los 69.39 con que comanda el listado del orbe archivan como tope personal.

¿El detalle? Lidiar con la condición de ser la mejor exponente de la especialidad; que la ansiedad no vuelva a invadirla en momentos neurálgicos, aunque a su favor tiene la mayor experiencia competitiva y estabilidad de resultados; y mejorar un poco más el elemento coordinativo de su giro, especialmente hacia el final del movimiento, donde postura, inclinación del brazo, y velocidad del giro, deben imbricarse para darle el ángulo de inclinación exacto al disco en ese impulso final y salida en busca de devorar metros.

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Denia refiere que el ángulo de inclinación del brazo durante el impulso final de su secuencia es determinante en el vuelo del disco.

Denia Caballero: Reencontrarse con su mejor forma fue sin duda alguna la mejor noticia en el plano individual para Denia Caballero (13 de enero de 1990). Sobre todo, porque la villaclareña se vio urgida de reponerse del fracaso en los Panamericanos de Lima, donde ese 6 de agosto solo pudo llevar su órbita hasta 60.46 metros y recalar cuarta en la final.

Aplicando la máxima de borrón y cuenta nueva, la titular del orbe del 2015 volvió al ruedo y se adueñó de una plata bien “sangreada” con 68.44 metros en la edición mundialista de Doha. A eso sumó notoria estabilidad, sustentada en cuatro envíos (69.20-69.08-68.46 y los 68.44 mencionados) entre los diez mejores de la contienda anual.

Su segundo puesto desde hace 12 semanas en el ranking de su modalidad (1 395 rayas), y el 31 del general femenino hace cuatro, refuerzan los criterios anteriormente esgrimidos.

Por delante en este minuto de la estelar croata Sandra Perkovic, y junto a Yaimé, de hecho, Denia, es considerada una de las más sólidas candidatas al oro bajo los cinco aros en Tokio el año próximo.

¿El detalle? Continuar incrementando en la medida de lo posible sus parámetros de fuerza, sin interrumpir su planificación de entrenamiento de cara a Tokio. Eso, conjugado con su técnica y la velocidad del giro como principal recurso, además de una psiquis y enfoque bien fuertes, pudieran reportarle la gloria suprema a la vuelta de menos de ocho meses.

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El camagüeyano Echevarría debe ajustar los pasos finales de su carrera para atacar con fluidez en la tabla. Foto: Michael Steele/gettyimages.

Juan Miguel Echevarría: Es un fenómeno del atletismo Mundial a sus 21 años de edad (11 de agosto de 1998). Considerado uno de los mayores talentos, el camagüeyano comanda desde hace 22 semanas el listado del planeta de la longitud masculina (1 451 ptos), y además se posiciona en el 15 del global para hombres.

Algunos pudieran pensar que la campaña no fue del todo feliz para él, pues las expectativas respecto a su posible cetro en suelo catarí estaban bien elevadas.

Sin embargo, mucho hay detrás de los rendimientos de un deportista. Juan Miguel, con viento favorable, clavó sus pinchos en 8.92 acá en La Habana. Además, registró 8.65-8.40, y en par de ocasiones 8.34, incluido su salto de bronce en Doha. Sucede que el discípulo de Daniel Osorio, sin afán de justificar, tuvo interrupciones en su preparación producto de una lesión, precisamente durante esos 8.92 de otra galaxia.

Su hoja de servicios lo coloca como monarca de Lima (8.27), rey del Diamante 8.65 y dueño de 8.21 en Birmingham sobre pista cubierta.

Lo más notorio es indiscutiblemente su progresión: en el 2016 su registro cimero fue de 7.96, y a la vuelta de dos años lo había llevado hasta 8.68 metros. Además, ya sabe lo que es ser campeón Mundial bajo techo (8.46) y acreedor de la gema, una competición que demanda constancia y capacidad de planificación para mantener la forma durante más de cuatro meses, entre otros elementos.

¿El detalle? Ganar en seguridad en sus últimos pasos de carrera y ataque a la tabla, que su secuencia sea fluida y no regalar tantos centímetros en la plastilina. Ha ido mejorando su tiempo de vuelo con la introducción de las bicicletas en el aire que distinguieron al mítico Iván Pedroso.

Ojo, acostumbrarse a modular sus emociones y adaptarse a situaciones propias de la competencia también devendrá crucial en sus aspiraciones. Lógicamente, con 21 años tiene mucho camino por recorrer. Afortunadamente talento le sobra…

Los tres entrenan por estos días enfocados en la magna justa de tierras del Sol Naciente, pues poseen las marcas mínimas de clasificación fijadas en 63.50 metros para el disco femenino, y 8.22 en el caso de la longitud varonil.

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