Teatro del Viento: originalidad y esmerada estética

Teatro del Viento: originalidad y esmerada estética
Fecha de publicación: 
13 Diciembre 2019
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Imagen principal: 

Fotos: Rodolfo Blanco Cué

Presentación tras presentación se ha caracterizado ese colectivo por la constante búsqueda de nuevos presupuestos estéticos y también la preservación de otros, esos que han sedimentado su trayectoria.

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Freddys Nuñez Estenoz, creador de Teatro del Viento

Una invitación constante a la reflexión mediante un estrecho vínculo con sus públicos, propicia que cada obra sea reflejo de la sociedad, de sus problemas, utopías, controversias y espiritualidades y tal vez, al mismo tiempo, una profunda búsqueda desde las propias esencias humanas.

Desde el dos de junio de 1999 su labor artística, guiada siempre por su creador, el dramaturgo lugareño Freddys Núñez Estenoz, ha evolucionado para desafiar ese acto efímero que es una puesta en escena, según sus propias palabras.

Cada función intenta activar algo más allá de ese momento cómplice donde espectador y espectáculo dialogan en una zona de trueque recíproco, dijo, y tributan una y otra vez a sus más elementales necesidades. Se trata de reconocerse en ese acto de provocación y reflexión que es la escena misma.

Un colectivo en constante evolución

La estética de Teatro del Viento ha evolucionado durante 20 años de una manera constante, pues sus primeras funciones estuvieron pensadas para el público infantil, como fue aquella primera vez con Tres pichones persiguiendo un sueño, reescritura del cuento Los tres pichones, del cuentero mayor Onelio Jorge Cardoso, o Kitipá Kitiblú, inspirada en la obra El Príncipe Blu, de William Fuentes, por solo mencionar dos ejemplos.

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Escenificación de la obra El millonario y la maleta, la originalidad y esmerada estética de la compañía camagüeyana Teatro del Viento ha marcado pauta en el quehacer del arte de las tablas por dos décadas.

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El grupo camagüeyano Teatro del Viento, durante la  escenificación de la obra “Abdala, un héroe del XXI”, del autor y director teatral Freddys Núñez Estenoz, la originalidad y esmerada estética de la compañía camagüeyana ha marcado pauta en el quehacer del arte de las tablas por dos décadas.

Sin embargo, la búsqueda de nuevos horizontes creativos siempre se impuso, y en 2006 estrenan Aceite+Vinagre=Familia, una pieza dirigida al público joven con la cual conquistaron varios premios, entre ellos el Villanueva de la Crítica, y a la vez, fue un punto de giro en sus creaciones.

A partir de entonces surgieron otras como Urracas, donde ya el público comenzó a presenciar cierto giro hacia temas sensibles y de marcada connotación social como la incomprensión hacia lo diferente, y una relectura a todo lo circundante, principalmente desde lo social.

Seguidamente vieron la luz Abdala, un héroe del XXI; Los caballeros de la mesa redonda y Working sin Progress, las cuales agotaban, y aún agotan, todos los boletos días antes de la función.

Cada ocasión deviene una demostración de que el teatro mantiene todas sus fuerzas y el sublime privilegio de la fuga para viajar libre adonde vaya el pensamiento, sin importar la ideología o lenguaje de quien lo admire, pues así lo han patentizado en cada presentación a lo largo del territorio nacional y desde países tan lejanos como Austria, Italia o Alemania.

A 20 años y más estrenos

Para celebrar sus 20 años, Teatro del Viento lo hizo a lo grande con el estreno de Un hombre en el Horizonte, propuesta que forma parte de una trilogía fragmentada cuyo tronco común lo constituyen el mar, la costa y un hombre que pesca en el horizonte, mientras a la distancia es observado por varias personas,quienes se toman la libertad de construirle una historia según sus propias percepciones.

Esa puesta en escena mantiene la esencia de las anteriores, pero con un lenguaje menos rudo y directo como sucede en No tengo saldo o Heaven-Sola-Cubitas, obras de más reciente factura, motivo que el creador asegura se trata de un teatro de arte con mayor placer estético.

Varios de sus seguidores lo han valorado como un espectáculo para reconectar con los cimientos fundacionales de la compañía por el lenguaje y la estética dramatúrgica con los cuales se desarrolla, recursos muy bien manejados para poder lograr una mayor conexión entre los actores fundadores del colectivo y los más jóvenes.

Según palabras de su director, se trata de una simbiosis que requiere de una labor formativa muy profunda al interior del colectivo, algo complicado y a la vez favorable, porque el grupo está en constante renovación de pensamiento, y así lo agradece su público.

Y si de planes  futuros se trata…

La compañía trabaja para en un futuro relativamente inmediato estrenar tres grandes clásicos de la literatura mundial, pero reescritos por Núñez Estenoz.

Se trata de Romeo y Julieta, de William Shakespeare, que se llamará Romeo y Julieta.cu,  en el cual trabajó durante seis años para contextualizarlo en los tiempos modernos, además de la tragedia griega Edipo Rey; y Las tres hermanas, del ruso  Antón Chéjov.

Además, en junio de 2020, la obra Otoño (un melodrama) se presentará en la Opera de Austria convertida en una opereta, un proyecto multinacional donde actuarán artistas de varias naciones, cuyos parlamentos serán en sus lenguajes originales.

En esa atrevida empresa también Teatro del Viento tendrá su protagonismo, y todo estará bajo la dirección de Freddys Núñez, quien confesó sentir cierto temor, pero a la vez mucha felicidad por la oportunidad.

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