En dicho contexto, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) reafirmó su compromiso por la equidad de género como herramienta para construir la paz con justicia social y rechazó todo tipo de violencia contra las mujeres.
No más discriminación, represión, desigualdad, acoso, ni feminicidios. Ni una menos por culpa del machismo. Ni una más violentada, subrayó.
Nos negamos a ver un país inmerso en la corrupción en todos los ámbitos, pero también vapuleado por la violencia doméstica sistemática que acaba con la vida de líderes sociales, populares y ambientales; crecen las desigualdades en medio de una cultura patriarcal, señaló.
Fecode, uno de los organizadores del paro masivo nacional del 21 de noviembre último, manifestó que el nuevo colonialismo y un sistema económico explotador violentan aún más las condiciones de la mayoría del pueblo colombiano y en particular de las mujeres.
Nos unimos a la inconformidad que crece en las calles, campos, universidades, clase obrera y trabajadora, sectores indignados por la falta de garantías para ejercer una vida libre de todo tipo de violencias, remarcó.
Asimismo, llamó a todos 'los sectores sociales y sindicales para que unamos voluntades en torno a consolidar el más amplio frente por la dignidad colombiana, para defender nuestros derechos fundamentales, la vida, la paz y la democracia'.
Principalmente en la capital del país, los ciudadanos se concentraron o movilizaron este lunes para expresar su descontento con la gestión gubernamental y exigir políticas efectivas en áreas como educación, salud, agricultura y seguridad.
Desde el paro del 21 de noviembre, calificado de histórico por la amplia participación y por la diversidad de sectores representados, se suceden esas acciones de protestas.
El cacerolazo devino símbolo de la protesta pacífica en Colombia, una iniciativa a la que las personas se suman cada día desde el mencionado paro.
acl/mfb
Añadir nuevo comentario