Habana 500: Un video para Sábanas blancas

Habana 500: Un video para Sábanas blancas
Fecha de publicación: 
15 Noviembre 2019
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Una canción de 27 años es como una mujer, que a esa edad lo puede todo, en esa mezcla de juventud y vida acumulada, vivida. Sábanas blancas nació en febrero de 1992, porque sí, porque estaba escondida en los ojos de Gerardo Alfonso y, cuando le dieron un chance, se escribió de un tirón:

«La directora de televisión Teresita Ordoqui me contactó, a través de una amiga mía, Raquel Capote, que era su asistente, para que hiciera una canción para Andar La Habana. Ellos querían transformar el programa, hacerlo más dinámico. Entonces, por el compromiso, empecé a hacer una canción, pero no me convencía para nada y la tiré ahí al abandono. Al cabo del mes, me llamó ella: oye, ¿ya tienes la canción hecha? Le dije que la estaba terminando porque yo tenía mi idea de cumplir con el compromiso.

«Cogí la guitarra y traté de hacer de nuevo aquella canción que no tenía corazón, solté la guitarra y me puse a fumar pensando en lo mal que iba a quedar con Teresita y, de pronto, me vinieron todas las imágenes de esta canción. Porque yo nací en el Barrio Obrero, en San Miguel del Padrón, y de niño me fui a vivir al Vedado, y todos los fines de semana mi mamá me montaba en la 10, me bajaba en la Virgen del Camino y ahí cogíamos la 3 o la 5 para ir a casa de mi abuela, entonces todo ese paisaje yo lo tengo claro. Después, todas las vivencias de adulto, todos los periplos por La Habana, me fueron dando un nivel de observación, pero cuando trabajé en el Poder Popular de Centro Habana como notificador del Decreto Ley 27, que tenía que ver con el ornato público, me hizo fijarme en el tema de las sábanas en los balcones. Más de diez años después, cuando estaba escribiendo la canción, me quedaba “barrios pequeños llenos de tradiciones, emociones”, llegó “sábanas blancas colgadas en los balcones”, que era una imagen fuerte que yo recordé en el instante».

Así nos contó Gerardo el nacimiento de esa canción que ahora, 27 años después, está a punto de estrenar su primer videoclip, al menos, el primero en la voz de su autor:

«Alejandro Gil fue el que hizo mi video de Revólver, es mi amigo desde la Secundaria y, como yo tengo tanta confianza en su talento y en su amistad, le propuse hacer este videoclip, que produjo RTV Comercial con la Oficina del Historiador. No pienso que sea mejor ni peor que nadie, es un buen video, que todavía está en postproducción. Yo pienso que va a ser muy bueno, pero lo que más me gusta es tener, al fin, un video de Sábanas blancas cantado por mí mismo. Ello complementará la versión de Omara a la presentación de Andar La Habana, y es como si la canción tuviera al fin su justicia».

El director llega con las credenciales de su más reciente largometraje, Inocencia, premiado en la pasada edición del Festival de Cine de La Habana, y la canción trae una magia que la ha convertido, entre tantas que ha inspirado La Habana, en una suerte de himno entrañable. Los motivos, intuye Gerardo, pueden ser varios:

«Hay algo en la canción que yo intuyo que tiene que ver con ese momento en que yo hago el juramento de que me voy a morir “de amor y de ganas de andar por tus calles”. Parece ser que ahí está el kid de la cosa, y después el anticlímax a todo aquello, que se resume con las sábanas blancas en los balcones, que es algo tan sencillo, tan simple, pero, al mismo tiempo, tan identitario de los habaneros: por necesidad, y hasta por costumbre, ya se ha vuelto una tradición.

«Yo, cuando hice la canción, que la hice en diez minutos, inmediatamente me conecté con la idea de hacer una rumba. Cuando yo la toco en la guitarra no se nota mucho, pero es una rumba. En ese momento, yo había hecho énfasis en que la rumba es un género habanero, es decir, es un género que nació en La Habana y nació en Matanzas, simultáneamente, y siempre fue una música marginal. Esos dos elementos me hicieron convencerme de la razón por la cual tenía que ser La Habana con guaguancó y escribí la canción.

«El guaguancó es un ritmo que está en el ADN del cubano. Cuando la gente oye la clave, no hay santo que se quede tranquilo, se mueve… Después, la descripción que hago, el panorama ese de todos los municipios, el concepto mismo de que por ese amor que uno tiene por la ciudad yo creo que en ninguna parte yo voy a sobrevivir, y eso es algo que yo sentí, nadie me lo contó, lo viví».

Con esa confluencia de virtudes, no podemos esperar menos que un video novedoso y bello. Algo nos adelantó Gerardo sobre este regalo de cumpleaños a La Habana en sus 500:

«Se han hecho muchos videoclips a La Habana y, por más que tú quieras, tiene esas edificaciones que son las mismas: el Morro, la Catedral, el Prado, el Malecón... Todos los videos tienen esas imágenes, incluyendo el mío también, pero Alejandro se buscó una manera de darle un tratamiento diferente. Por ejemplo, hay unos tatuajes que reflejan sitios icónicos de la ciudad. Yo no quiero adelantar mucho, yo quiero que el propio video sorprenda cuando la gente lo vea».

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