Carnal: disco nuevo, la misma Buena Fe

Las palabras de Israel Rojas, líder de la banda, sugieren que sí: «Las 14 canciones son vividas y vívidas. Cada una sale de nuestras células, de nuestro corazón, de nuestras ganas de tratar de asombrar a la gente, de transmitirles la manera en que nosotros vemos el mundo y, humildemente, también cómo nos gustaría que fuese».

Aunque ha pasado el tiempo, Israel asegura que Buena Fe ha salvado «la capacidad de seguir soñando, y esos sueños convertirlos en canciones que ponemos a disposición de la gente para el que las quiera abrazar, el que las quiera hacer parte de su día a día, y creo que humildemente Carnal es eso, es una continuidad de lo que hemos hecho».

¿Qué trae de nuevo? «Trae nuevas historias, pero dentro de la estética ecléctica; caribeña, no en la acepción folclorista, sino en la acepción también de lo que es el Caribe, que es mezcla, ideas que se conjugan en diferentes maneras de ver la música».

Y es que, en esa capacidad de sorprender, también les va la vida: «Un artista está vivo en la medida en que todavía te quedan ganas de asombrar a la gente, te quedan ganas de experimentar, no se te agotan las fórmulas, te das cuenta de que hay nuevos caminos creativos que te permiten reinventarte. Eso, por fortuna, en este taller de creación que hemos intentado que sea Buena Fe, está vivo, está activo, está todavía ardiendo».

La producción, que sale bajo el sello discográfico Egrem, contiene catorce temas, casi todos de la autoría de Israel Rojas, excepto uno, Mía, que es una creación del cofundador de Buena Fe, Joel Martínez:

«Para mí fue muy bonito, realmente la manera en que llegó al disco fue por pura casualidad. Un amigo me pidió hacer una canción para una novela que debe salir próximamente, que se llama El rostro de los días, y cuando yo tenía la canción, la grabé. Es una canción que quise hacer cuando nació mi hija, así que ya la tenía un poco pensada. Como todo lo que hacemos, el filtro es precisamente mostrársela a los compañeros y cuando Israel la escuchó, me propuso ponerla en el disco, y yo feliz».

Carnal abre con Patakí de libertad, un homenaje a la tumba francesa guantanamera, una reverencia, entonces, a los orígenes. ¿Siguen siendo los mismos trovadores de hace 20 años? ¿Cuáles son las esencias con las que han atravesado exitosamente dos décadas?

Conferencia de prensa de presentación del disco.   Foto: Ismael Francisco / Cubadebate

Así nos lo explica Israel: «Yo creo que para nosotros es muy importante vivir pulsando la realidad social cubana contemporánea, es lo que le debemos a la trova, o sea, nosotros no sé si seremos exactamente un grupo de trova, eso se lo dejo a los especialistas, pero lo que heredamos de la tradición trovadoresca fue justamente esa capacidad de entender que la canción, cuando va más cercana a la gente que te rodea, a eso que se puede llamar el pueblo, va más directo a tu público, que es parte del pueblo, pero no necesariamente es el pueblo. A Buena Fe no lo sigue todo el mundo, lo sigue una parte de la población que le parece interesante nuestro discurso estético y a partir de ahí lo consume, lo hace suyo, y ojalá que eso mismo pase con los salseros, con los rumberos, los reguetoneros, con todos los artistas.

«Uno trabaja para eso, buscar un público y tratar de ser útil a esas personas, y yo creo que eso es lo más importante que todavía nos sucede, nos encanta ir a las universidades, a los centros de trabajo, ir a cada provincia, o sea, la música de Buena Fe no se quedó en Guantánamo ni se quedó tampoco en La Habana que alcanza nuestra vista, intentamos que globalmente encierre lo mucho que nos aporta cada cubano que se acerca, los que van a los conciertos, la realidad de los territorios cuando vamos a tocar, saber cómo anda la vida… eso es lo que nos mantiene vivos y estamos muy felices, muy contentos».

Hoy nadie lo duda, el grupo se ha labrado un camino y ha merecido un espacio en la música cubana, en la canción de autor y, sobre todo, en el corazón de muchos. ¿Lo planearon? ¿Pudieron siquiera imaginar hace 20 años, cuando Israel y Joel echaron a andar este sueño, lo que pasaría con toda esa buena fe?

«De hecho, es una sorpresa para nosotros», afirma Joel, y agrega: «sabíamos que teníamos que trabajar mucho para conquistar un público, no importa el tamaño que tuviera; sabíamos que en cualquiera de los casos le íbamos a meter el pecho y lo íbamos a hacer con mucha pasión, y es lo que ha pasado. Mucha gente se ha sumado a lo que hacemos y es una felicidad tremenda».

«Usted puede soñarlo —admite Israel—, pero de soñarlo a que eso se haga realidad hay un trecho tremendo. Yo creo que para nosotros lo más importante es haber acortado esa distancia entre el sueño y la realidad, encontrar un pequeño método, que no es otra cosa que el trabajo, la coherencia, la constancia, el enfoque…»