Habana 500: Andar Galiano… bajo estrellas distintas (+ Fotos y Video)

Habana 500: Andar Galiano… bajo estrellas distintas (+ Fotos y Video)
Fecha de publicación: 
31 Octubre 2019
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Desde la noche de ayer miércoles, la calle Galiano, que es también interesante senda para andar la historia capitalina, muestra a los transeúntes 16 constelaciones de luminarias en representación de la Vía Láctea.

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Foto: Abel Padrón Padilla / Cubadebate

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Foto: Abel Padrón Padilla / Cubadebate

Planetario es el nombre dado a esas luces, que integran la colección del artista italiano Luci d´Artista y resultan parecidas a las que, también desde anoche, titilan sobre la plaza de San Carlos, en Italia, fruto de la creación del artista Roberto Cuoghi, como homenaje al aniversario 500 del fallecimiento de Leonardo Da Vinci.

Diseñadas por el escenógrafo Carmelo Giammello, con estas luminarias se abre un espacio en la capital a esta expresión del arte contemporáneo, según declaró Chiara Appendino, alcaldesa de Torino, en reporte de Tribuna de La Habana.

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Foto: Abel Padrón Padilla / Cubadebate

El montaje de tan singular instalación comenzó meses atrás, como resultado de la cooperación con la Agencia para el Intercambio Cultural y Económico (Aicec) entre La Habana y Turín; y ha contado con el apoyo técnico y colaboración de la Fundación Turín Museos.

Desde 1998, los italianos disfrutan cada navidad de estas novedades, que, como parte de un proyecto de iluminación pública, permiten que esos europeos conozcan sobre las más actuales creaciones de ese tipo, a cargo de figuras de talla internacional.

Galiano arriba, Galiano abajo

Andar esa imprescindible arteria comercial es también adentrarse un poco más en la historia habanera, esa que en menos de un mes arribará a sus 500 años.

Decir voy a la avenida Italia, en Centro Habana, poco le dirá a casi ningún cubano, pero ese es el nombre oficial de esta calle, que comienza en el Malecón y se extiende hasta Reina.

Resulta que Galiano nació como puente de madera. Lo mandó a construir en 1834 Martín Galiano, ministro del Interior de Obras y Fortificaciones del gobierno de Tacón, porque ya andaba quedando chiquito el puentecito que existía hasta entonces en el cruce de la Zanja Real con el camino que llevaba a las plantaciones de tabaco y otras zonas agrícolas de la Habana extramuros.

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La intersección de las calles Galiano y Mercado de Tacón, en 1910.

Al comenzar la década de los 80 del siglo XIX, le crecieron a la avenida dos arcos de mampostería, como acotándola. Uno, entre la Plaza del Vapor y la entonces peletería La Reina; y el otro, al final de la calle, en San Lázaro, que sirvió de punto de partida para desfiles de la época.

Pero Don Galiano no imaginó que a finales de ese mismo siglo XIX, lo que empezó de modo tan discreto, comenzaría a llenarse de lujosas vidrieras como las del Bazar Inglés (inaugurado en 1895), El Encanto (en 1879) y el Palacio de la Casa Grande (1887), luego Variedades Galiano.

Fue en 1936 cuando el alumbrado público terminó de extenderse a todo lo largo de la arteria, ya para entonces con distinguido aspecto de avenida comercial. Y bajo esas mismas luces, en la noche del 23 de febrero de 1958, un comando del Movimiento 26 de Julio secuestró por 24 horas al argentino Juan Manuel Fangio, pentacampeón de Fórmula 1, del vestíbulo del lujoso hotel Lincoln, en Galiano y Virtudes.

También Galiano fue testigo, el 13 de abril de 1961, del infame sabotaje a El Encanto, la tienda por departamentos más grande y glamorosa de Cuba en ese momento y cuyos siete pisos quedaron calcinados, a causa del fuego que desató el atentado terrorista de enemigos de la naciente Revolución cubana.

Como consecuencia del sabotaje, perdió la vida Fe del Valle Ramos, empleada de la tienda, y allí se levantó un parque que lleva su nombre.

Esa avenida vio lo mismo a señoronas de la república neocolonial exhibiendo sus sombreros mientras compraban la última esencia llegada de París, que a las mujeres trabajadoras de los años 70, acudiendo allí con sus libretas de productos industriales llenas de cupones y casillas.

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Igual vio a los novios yendo a comprar el lote de ajuares de casa que les tocaba por recién casados, que a padres con sus niños haciendo cola para adquirir los juguetes, también asignados por la libreta y según el día que tocara: un básico y dos adicionales. Tiempo después, vio a vendedores en sus numerosos portales, lo mismo exhibiendo sus artículos en los pisos, que musitando otros prohibidos. Una interesante historia del consumo en La Habana pudiera armarse con solo estudiar la actividad comercial a través de la historia de Galiano.

Como hilo maestro de telaraña que enlaza importantes puntos de la urbe, sirve también de sede al edificio América (1937), primer edificio multifuncional en La Habana, y al teatro de igual nombre; al parque de El Curita —donde se erigía la Plaza del Vapor—; a la iglesia de Monserrate; a las tiendas Flogar, La Época, Trasval y otras, así como a la Casa de la Música y a la Editorial de la Mujer.

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Anoche, una artística constelación de luces iluminó toda esa historia, la escrita y la por escribir. Y cuando alguna reportera del porvenir se decida a emprender otro recuento de la avenida Galiano, de seguro tendrá que hablar de ellas, que llenan de constelaciones las noches de una Habana al borde de sus 500.

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