Hace unos días nos abandonó físicamente Gustavo Rollé, reconocido con toda justeza como el padre de la lucha cubana, por sus valiosos aportes como atleta, entrenador, comisionado y federativo de esa disciplina.

La conquista de cuatro preseas, dos de oro y dos de bronce, en el Campeonato Mundial de la categoría sub-23 años, llena de esperanzas a los amantes de la lucha cubana, y hace avizorar que el relevo de las actuales figuras está seguro.

La lucha cubana pretende ganar siete títulos en los Juegos Panamericanos de Lima, del 26 de julio al 11 de agosto próximos, ratificó hoy en La Habana Luis de la Portilla, comisionado nacional de ese deporte.

El habanero Reineris Salas, vencedor de la medalla de oro en los 97 kg, del clasificatorio de lucha, rumbo a Barranquilla, dijo que todavía no se encuentra en su mejor forma deportiva.

Para entender la lucha cubana y su condición de disciplina de notorio empuje y prestigio, hay que realizar un viaje en el tiempo, incluso antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Aunque el grequista Mijaín López buscará su tercer oro como la gran figura de la lucha cubana, a sus compañeros también les inspira el deseo de un buen desempeño en el torneo de estos Juegos Olímpicos.

Bakú, Azerbaiyán, la tierra donde nací. Cuna de grandes ajedrecistas como Garri Kasparov y Shakhriyar Mamedyarov, y donde desde el pasado día 15, veinte luchadores cubanos han establecido su cuartel general a cinco horas de esa ciudad.

Muchas alegrías y momentos de gloria ha regalado el deporte de la lucha a Cuba, con atletas, entrenadores y directivos dispuestos a trabajar para mejorar los resultados del presente, sin olvidarse del futuro.