Cuba rumbo a Tokio 2020: Con los pies en la tierra (I)

Cuba rumbo a Tokio 2020: Con los pies en la tierra (I)
Fecha de publicación: 
21 Octubre 2019
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Aunque no lo parezca, la ruta rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 comenzó a tejerse justo después de caer el telón de Río de Janeiro 2016. Incluso, en algunos casos, antes.

Y es que perfilar posibles medallistas, esculpir campeones, lograr permanencia de tus principales figuras en los equipos nacionales, y… hasta prevenir traumatismos severos, no es cuestión de un día, ni mucho menos de coser y cantar.

Por eso es tan importante el modelaje, identificación y seguimiento de aquellos deportistas más talentosos, esos con mayores potencialidades y perspectivas reales de escalar al podio de premiaciones en tierras del Sol Naciente.

Cifra que, al decir de José Antonio Miranda, director de Alto Rendimiento del INDER está fijada momentáneamente en 41 atletas.

Lo más importante para no pocos, será hacer el grado a la lid de la capital nipona, comitiva que, según cálculos de nuestros gurúes, debe rondar el centenar de efectivos, (a la ciudad Maravillosa asistimos con 120).

Una variable importante a la hora de aterrizar un tanto los vaticinios, la hallamos en el número de campeones y medallistas en certámenes del orbe en el año previo a la magna justa multideportiva.

Así, por ejemplo, el 2015 nos vio coronar a los púgiles Joahnys Argilagos (49 kg), Lázaro Álvarez (60), Arlen López (75) y Julio César La Cruz (81). Además de la pertiguista Yarisley Silva (4.90 metros), la discóbola Denia Caballero (69.28), y el luchador grecorromano Ismael Borrero (59 kg).

Luego, de ellos, lograron la hombrada en Río Borrero, Arlen, y La Cruz, además del gigante de ébano Mijaín López (130 kg-greco), y el también boxeador Robeisy Ramírez (56).

Cuando ya cayó el telón de todas las justas universales en este 2019, el panorama para Cuba dejó en calidad de monarcas al propio Borrero, el taekwondoca Rafael Alba (+87 kg), el púgil Andy Cruz (64 kg), y la discóbola Yaimé Pérez (69.17 metros).

Ciertamente todos poseen opciones reales de repetir semejantes rendimientos el próximo año, candidatura a la que se suman con fuerza Mijaín, y la fenomenal Idalys Ortiz (+ 78 kg). Sin descartar a Manrique Larduet, si en definitiva retorna a su estado de gracia, la tripulación del C-2 masculino a mil metros conformada por Serguey Torres-Fernando Jorge Dayán, alguno de nuestros pistoleros rápidos (Leuris Pupo o Jorge Félix Álvarez), La Cruz y Lázaro Álvarez, guantes en mano…

En esa cuerda cabe destacar que la Mayor de las Antillas posee más de una veintena de clasificados en este minuto (25 exactamente), luego de que lo consiguieran recientemente los gimnastas Manrique Larduet y Marcia Videaux en el certamen del orbe de Stuttgart, Alemania.

Pero no es tan sencillo como lo pintan el fenómeno de fraguar o predecir campeones. Muchas cuestiones deben conjugarse en un periodo menor a 12 meses para que esos y otros deportistas pertenecientes a la bolsa priorizada, puedan en definitiva pugnar por el cetro, llegar en óptimas condiciones a la hora cero… mostrarse en todo su esplendor.

Para ello deberá montarse un andamiaje que incluya actualización de los saberes, milimétrico diseño de preparación, planificación detallada y conveniente de la ruta crítica competitiva, siempre y cuando el presupuesto de cada una de las disciplinas en cuestión, además del esfuerzo del Inder como máximo organismo rector, lo permitan, estudio detallado de contrarios, posibilidad de escenarios competitivos e infraestructura de desarrollo en consonancia con las exigencias de un certamen bajo los cinco aros.

Complementación certera con la política de contratación de deportistas en el exterior, y ser capaces de aprovechar al máximo los saberes incorporados y la evolución tanto individual como de conjunto de cada atleta y deporte involucrado. Eso, sin descuidar el componente científico, un aliado de suma importancia a la hora de construir resultados y preseas.

Uno de los ejemplos más fidedignos en ese sentido lo hallamos desde mi perspectiva en la ciclista Arlenis Sierra. Amén de su talento a borbotones incuestionable, la pedalista es otra desde que fichó por el Astaná Women´s Team, y hoy es referente de la ruta dentro de la élite del orbe.

Lo cierto es que cada vez más se torna harto difícil para las naciones que disponen de escasos recursos económicos, verse representadas en el medallero de unos Juegos Olímpicos, y más aún, contar con un campeón.

El deporte se ha convertido en una actividad mercantil sólida, el talento, crecimiento y formación de un atleta de élite necesariamente está enlazado a la variable dinero, a tal punto de que en muchos casos incluso se compran deportistas maduros, con rendimientos de relieve, enmascarados o amparados por el fenómeno de la nacionalización. Con entrenadores de vanguardia, aunque en menor escala, sucede otro tanto.

Otra cuestión de interés la hallamos en la disgregación de las grandes hegemonías, fundamentalmente en disciplinas de combate y en el campo y pista, fenómeno presente en menor medida en otras como la natación, la gimnasia artística, el propio tiro deportivo...
Una clarinada respecto al interés creciente de países no considerados potencias por emular a los que históricamente han llevado ese cartel.

Sobresale así ver a Kenia, Nueva Zelanda, Jamaica, Irán, Etiopía… entre las 20 posiciones de privilegio del medallero indistintamente entre Beijing 2008 y Río 2016. De hecho, Cuba ha estado en ese selecto club desde Munich 1972, cuando acumuló (3-1-4 para el puesto 14.

En las últimas tres ediciones el palmarés ha sido el siguiente: (3-10-17), posición 19 en Beijing 2008; cota de (5-3-7) en Londres 2012-lugar 16; y botín de (5-2-4) en Río 2016 para la plaza 18. Otros referentes a este lado del Atlántico, además de Estados Unidos en su condición de súper potencia, han sido Jamaica, Canadá, y Brasil.

Expuestas algunas cuestiones cruciales y cambiando de revoluciones en el acelerador rumbo a Tokio 2020, urge alinear, como si de movimiento de astros se tratase, muchas cuestiones en aras de que, esos deportistas antillanos que hoy lanzan candidatura al cetro con mayor prestancia, lleguen ciertamente a suelo nipón en las mejores condiciones para lograrlo.

Soy del criterio de que estaremos en un rango similar al de las últimas citas: entre 3-6 ases. Habrá que esperar, para ver si gloria, consagración, redención y sorpresas se conjugan en una misma oración escrita con letras doradas.

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