Mercenarios, una verdad que se abre paso en agresión contra Siria

Hace varios meses, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, reveló que las fuerzas de seguridad locales capturaron a varios mercenarios extranjeros que combatían en las filas de la oposición.

 Según dijo entonces no se hizo público este dato porque carecían de pruebas suficientes para demostrar que los detenidos eran realmente soldados a sueldo o mercenarios.

 Algunos de ellos siguen vivos. Están detenidos y nos estamos preparando para mostrarlos al mundo, señaló en una entrevista a una televisora extranjera.

 Esa verdad esbozada por el mandatario se abre paso hoy y no es descartable que en los próximos días franceses, turcos, ingleses, yemenitas, somalíes, libios, entre otros, aparezcan en alguna denuncia que muestre su activa participación desde las filas del llamado Ejército Libre Sirio en la agresión.

 Aunque aparecen a diario en la prensa local informes sobre hombres extranjeros actuando como parte de las bandas armadas, el tema se recrudeció en las últimas semanas, el mercenarismo en sustitución de los ejércitos invasores extranjeros, para algunos analistas, el mismo perro con diferente collar.

 La periodista Yara Saleh, de la televisora siria Al-Ikhbariya, secuestrada durante varios días por las bandas armadas en al-Tal, cerca de Damasco, contó que entre sus captores, unos 700 irregulares, apreció gente de "diferentes ciudades y diferentes países".

 Oí hablar en libio, de sauditas pero no logré distinguirlos porque todos se parecían, con una barba sin bigote, dijo en una entrevista que publica la Red Voltaire.

 No solo es el testimonio de esta reportera, otros muchos aportan elementos sobre la presencia de los mercenarios y ya no se oculta, como se aprecia en entrevistas y declaraciones en medios árabes y occidentales, donde esos mercaderes de la guerra hablan de su participación en una presunta Yihad (guerra santa) en este país.

 Según estudiosos y académicos como el investigador e historiador estadounidense Webster G. Tarpley, terroristas de al-Qaeda apoyan a los insurgentes  sirios desde el principio y Washington los utiliza aquí aunque eran enemigos en Afganistán y otros lugares.

 Estados Unidos niega cualquier vínculo con la organización que sirvió como conejillo de Indias para cargar la culpa de los atentados del 11 de septiembre de 2001 pero, aquí, es evidente que la utiliza para fomentar el mercenarismo.

 La complicidad con estos grupos mercenarios también es del presidente francés, Francois Hollande, y su primer ministro, Jean-Marc Ayrault, reconoció este miércoles que su país proporciona apoyo material al opositor Ejército Libre de Siria, aunque no le suministra armas.

 Según algunas fuentes, en Siria, entre los detenidos hay varios miembros de los servicios secretos de Francia que participaban en acciones en el terreno, al igual que un gran número de efectivos turcos.

 Las mentiras comienzan a salir a flote poco a poco y la participación de mercenarios extranjeros en esta crisis sólo es parte del iceberg que esconde bajo el mar la magnitud de la campaña occidental contra esta nación, estiman comentaristas políticos.

 Amparados en esa guerra interna que libran los sirios, y cuyo componente principal son los mercenarios, presencia calculada por muchos entre 40 mil y 60 mil, Occidente pretende que al-Assad abandone el poder.

 Si la situación que vive Siria hoy es dramática, una enorme culpa recae en el llamado Ejército Libre Sirio que desde un inicio permitió en sus filas a millares de elementos islamistas radicales de otros países, como eufemísticamente se definen los mercenarios, señalan algunos medios.

 Ahora, no es descartable que las autoridades de Damasco presenten ante la opinión pública mundial algo que conoce desde hace meses y no denuncia Naciones Unidas, y la gente de a pie pueda apreciar que lo que le han estado vendiendo desde hace más de 18 meses es gran parte fabricado por una gran campaña mediática contra este país.