Cuba: Legión a Doha definida y… perspectivas reales

Menos de tres semanas restan para que se descorran las cortinas en el estadio Khalifa International o Estadio Nacional, con capacidad para 48 000 espectadores de la XVII edición de los Campeonatos Mundiales de Atletismo (27 de septiembre al 6 de octubre).

Una lid a la que concurrirían cerca de 2 000 atletas de más de 200 naciones, entre ellos 16 antillanos prestos a mejorar su rendimiento de la edición de Londres 2017 donde solo se acarició un bronce agridulce por intermedio de la pertiguista Yarisley Silva (4.65 metros).

Entonces redondearon el performance tres 4tos lugares, dos 5tos, un 6to, 7mo y 8vo, para compilar 35 unidades y el decimotercer escaño en la tabla de puntuación que comandó Estados Unidos (272 además de foja de 10-11-9).

Justamente Yarisley Silva repite como una de las principales cartas de la comitiva. Si bien ha tenido una temporada inconstante, la pinareña de 32 años y titular de Beijing 2015 se las ingenia para en la competencia fundamental sacar su casta de campeona.

Lo demostró recién en la final de los Juegos Panamericanos de Lima 2019 al coronarse in extremis (4.75), y por ende no se puede descartar un posible rendimiento de relieve, aun cuando ese registro apenas la sitúa novena en un top anual que comanda la experimentada estadounidense Jennifer Suhr (4.91).

Sin embargo, las rivales de mayor cuidado deberán ser la griega Estefanidi (4.83), las también norteñas Sandi Morris (4.85) y Katie Nageotte (4.82), la rusa Anzhelika Sidorova (4.86) y la neozelandesa Eliza McCartney (4.85). Desde mi perspectiva habrá que superar los 4.80 para hacerse de una presea.

Quien sin dudas parte con cartel de sólido favorito es el saltador de longitud Juan Miguel Echevarría. Igualmente dorado en Lima (8.27), el camagüeyano de 21 abriles se regaló su primera corona en la Liga del Diamante. ¡Y de qué manera! Clavó sus pinchos a la distancia de 8.65 metros, para quebrar los 8.60 en poder de su coterráneo y legendario Iván Pedroso desde agosto de 1995 y quedarse a solo tres centímetros de su tope personal. Iván tiene como marca registrada cimera 8.71.

Líder incuestionable del escalafón, Juan Miguel posee tres saltos entre la decena de mejores registros de este 2019, y ningún otro saltador ha superado los 8.45. Para colgarse una presea considero deberán superarse los 8.35 metros y marcar o estar por encima de 8.50 para vestirse de oro.

Otra reina en dominios del Cuzco y con grandes posibilidades de dorarse en Catar es la discóbola Yaimé Pérez (69.39). Reina en Lima (66.58) y puntera del listado del orbe, la santiaguera es dueña de cuatro de los mejores diez registros de la campaña. Todos por encima de la respetable cota de 67 metros.

La alumna de Hilda Elisa Ramos estará muy bien respaldada por su coequipera Denia Caballero (69.20-2da) y acreedora igualmente de otros cuatro envíos dentro del top-ten.

Indistintamente una u otra se han encargado de apoderarse de la temporada, repartirse los sitiales de honor y este jueves-viernes en la final del Diamante en Bruselas buscarán preservar esa hegemonía. Yaimé ya sabe lo que es imponerse en esa competición, pues con 65 metros exactos reinó en 2018. Denia buscará otra dosis de redención, luego de que se erigiera reina del orbe en Beijing 2015 y luego se vistiera de bronce bajo los cinco aros en Río. Ansía otro palmarés importante, y tanto Bruselas como Doha se pintan ideales.

La croata Sandra Perkovic (68.58 el pasado 10 de agosto) se erige una vez más como sempiterna adversaria de las nuestras.
Será campal el duelo y para imponerse creo deberá alcanzar el disco una órbita superior a los 68 metros. El podio demandará ir más allá de 66.50.

Toca volver la mirada al triple salto en uno y otro sexo. Pese a constituir el masculino el área de mayores potencialidades, a tono con su tradició histórica dentro de esta especialidad, en este minuto las mayores opciones de podio recaerán sobre Liadagmis Povea (14.77 metros-4ta). No solo por su ubicación en el ranking y la lamentable lesión de la estelar colombiana Catherine Ibargüen, lo que le allana un poco el camino a Povea, sino principalmente por constituir este 2019 el año de su despegue en la élite y estabilidad consolidada.

Hablamos de siete estirones iguales o superiores a 14.60 metros, el último de ellos 14.75 del pasado 24 de agosto en París. La venezolana Yulimar Rojas (15.11 en Lima) es la contendiente número uno al cetro de manera inobjetable, en tanto la jamaicana Shanieka Ricketts (14.93-2da) tiene todas las papeletas para ser la otra agraciada en el duelo por el mayor botín. Imaginen que ese tridente se ha repartido 13 de las mejores 15 marcas anuales, exceptuando las dos en poder de la cafetera Ibargüen.

Entre sus homólogos, Jordan Díaz (17.38-9no del ranking y plata en Lima) pese a su juventud aparece como el de mejor aval dentro de una candidatura en extremo exigente. También viajarán a suelo catarí Andy Díaz (17.22- puesto 15), y Christian Nápoles (17.21- lugar 16).

Para ellos, colarse entre los ocho mejores será ya un buen paso de avance, toda vez que a mi juicio se necesitarán más de 17.15 para materializarlo. El tridente estadounidense de Will Claye (18.14), Christian Taylor (17.82), y Omar Craddock (17.68) parece infranqueable. Tampoco deberán descartarse el portugués de origen cubano Pedro Pablo Pichardo (17.53), y Hugues Fabrice Zango (17.50) de Burkina Faso, como oponentes de peso.

Vistos los efectivos de mayores opciones dentro de la legión de la Mayor de las Antillas, hallamos que la delegación se completa con
Luis Enrique Zayas (altura 2.30 m-9no), Rose Mary Almanza (800 metros, 1:59.94 min-lugar 12), Zurian Hechavarria Marten (400 c/v, 55.00 seg-posición 15), Roxana Gómez (400 metros, 51.65 seg-escaño 58), Roger Valentín (110 c/v, 13.40 seg-lugar 29),
Jorge Fernández (disco, 64.82 m-posición 29), Adriana Rodríguez (longitud, 6.70 m-puesto 38), y Reynier Mena (200 metros, 20.35-lugar 53).

Si me interrogaran diría que es bastante probable que Cuba supere su rendimiento de la versión precedente en la capital británica, pero nuevamente reflexiono sobre el hecho de que para conseguirlo será crucial que nuestros representantes emulen o superen sus tiempos y marcas cimeros.

De hecho, ya algunos de los encartados cuentan con la marca mínima exigida para inscribirse a Tokio 2020, por lo que brillar en Doha pudiera traducirse como un modelaje previo y un incentivo extra en su ruta preparatoria rumbo a los Juegos Olímpicos.

En la historia de los mundiales de atletismo, Cuba marcha en un destacado noveno lugar con 56 medallas (21-23-13).

Doha cautiva por algunas cuestiones incluso antes del disparo inicial del starter: la primera cita de este tipo en Oriente Medio contará con un estadio climatizado en que temperaturas cercanas a los 21 grados Celsius contrastarán con los 40 imperantes al aire libre.

Además, por vez primera se disputará la maratón a media noche. Serán las mujeres las encargadas de transitar desde los primeros minutos del día 28 de septiembre por las iluminadas calles de la capital catarí.

Eso no lo es todo. Las medallas, fabricadas por un equipo femenino de la empresa Sndala, mostrarán 13 elementos distintivos del atletismo, combinados con la imagen del estadio y patrones tradicionales de la cultura árabe.

Como nexo en este sentido las entradas, disponibles a través del sitio web del evento desde hace meses, le conefirán a quienes las adquieran no solo el derecho a disfrutar de las competiciones, sino que también podrán disfrutar en la zona aledaña a la Villa de los Atletas, donde se ofrecerán opciones de comida internacional y espectáculos culturales.

La última novedad está asociada con los reyes de la Diamond League. Su inscripción será por una especie de wild card,
Lo cual permitirá a sus respectivos países incluir una cuarta figura en esa especialidad.

Por reglamentación, cada nación puede presentar hasta tres concursantes por prueba, pero si uno de ellos se impuso en el Diamante entonces su federación dispone de un cupo extra.

Esa posibilidad se hizo extensiva a los ases en los circuitos mundiales del martillo, el croos country y las pruebas combinadas.