Ella, jeva; él, jevo

Ella, jeva; él, jevo
Fecha de publicación: 
23 Agosto 2012
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En el diccionario de la Real Academia Española la palabra jeva no aparece; en otros, se consigna que “no contamos con la etimología de esta palabra”.

Aunque tal vocablo no encuentre asiento en ningún “mataburros”, a cualquier cubano le resulta de fácil comprensión: jeva significa mujer.

No son pocos dentro de la Isla los que le asignan una connotación peyorativa y lo asocian con el habla marginal. Pero cada vez se ha ido haciendo más extendido su empleo y hoy no es difícil encontrar lo mismo a un universitario que a un muchacho de primaria; lo mismo a una jovencita de Miramar que a un adolescente de Buey Arriba, echando mano a tal palabra.

No me propongo tomar partido en ese sentido, pero sí, ahora que se acerca el 23 de agosto y el aniversario 52 de constituida la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), reflexionar sobre las mujeres cubanas.

Sin abandonar aún el océano de las palabras, llama la atención que, si quizás 15 años atrás, el término jeva andaba errando sin pareja por los mares del habla cotidiana; en el presente, ya lleva compañía, ¿antónimo?: el jevo.

Y han sido las propias mujeres, en particular las jóvenes, quienes, desenfadadamente, le han ido abriendo espacio a partir del razonamiento: “si yo soy su jeva, pues él es mi jevo”.

También ese nuevo alumbramiento de las palabras, desde un enfoque de género, podría estar indicando, de manera sutil y sin ningún discurso de barricada, un aumento en la autoestima de las cubanas. Es una interpretación arriesgada, una sutileza, pero de riesgos y sutilezas se van empedrando los cambios de mentalidad.

Resulta muy simpático encontrar en uno de los sitios digitales visitados la indicación de que “'jeva' se parece a 'jefa', ¿con jeva querías decir jefa?” Jeje. No, sin dudas, no era esa la acepción que se pretendía y pretende dar a la palabra. Pero el empoderamiento de las cubanas, desde muy disímiles puntos de vista -desde el intelectual hasta el económico-, sea tal vez el afianzado en sus subconscientes para abrirle espacio al término jevo.

 

Imágenes como esta, donde el hombre también se ocupa de responsabilidades hogareñas, cada vez son más usuales

 

“Mira, mi jevito” le dijo Yaimara a su patidifuso padre en la tarde del domingo pasado, cuando el familión en casa se había preparado para el supuestamente formal momento de conocer al novio. Pero los muchachos, sin ningún almidón, aunque corteses, sortearon en minutos las presentaciones y se encaminaron, ante los ojos aún más desorbitados de la abuela, al cuarto de ella para ver en la PC el último videoclip de un grupo de moda.

Mas la oralidad es solo una arista de ese complejo mundo de las relaciones y enfoques de género. En Cuba, las mujeres se han ido posicionando en muy diversos ámbitos y las estadísticas así lo avalan: el 65,7 por ciento de los técnicos y profesionales del país son mujeres, y al particularizar en sectores como la educación y la salud, lo son el 72 y el 70 por ciento, respectivamente.

 

Más de la mitad del personal técnico en Cuba está compuesto por mujeres

 

Completan el 51,6 por ciento de los investigadores del sistema de Ciencia y Tecnología, y el 42,3 por ciento en el sector de la Construcción. Al cierre de junio de 2011, de un total de 325 mil 947 licencias concedidas para ejercer el trabajo por cuenta propia, el 27 por ciento correspondía a mujeres. La tasa de desocupación femenina en Cuba es del 1,9 por ciento.

 

También se han acogido al trabajo por cuenta propia, aunque en menor medida que Ellos, y como preocupante tendencia, reproduciendo roles que igual asumen en el hogar

 

Tales datos contiene el Informe Nacional de Cuba presentado en Santiago de Chile a la 46 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, realizada a finales de noviembre último.

En dicho texto queda subrayado que “la lucha por la conquista de una mayor autonomía económica e igualdad de género en la esfera laboral ha constituido desde los primeros años de la Revolución uno de los principales retos para la máxima dirección del país”.

La confusión entre “jeva” y “jefa” podría justificarse un tanto si se pone atención a la participación que ha tenido la fuerza femenina en los procesos de toma de decisiones y en las esferas de poder. En la categoría de dirigentes su presencia ha crecido de manera sostenida, llegando al 40,2 por ciento. Ello, sin olvidar que Cuba ocupa uno de los primeros lugares en el mundo en representación de mujeres en el Parlamento con el 43,3 por ciento.

 

En la actualidad, de acuerdo con el informe mencionado, hay 8 ministras, cerca de la tercera parte del total, y 42 viceministras, rebasando el tercio de la totalidad con ese cargo. En el Consejo de Estado, las cubanas suman el 40 por ciento de sus miembros; y desde diciembre de 2009, el Consejo de Estado tiene una mujer como vicepresidenta, quien es además, la Contralora General de la República, entidad donde más de la mitad de los cuadros directivos son mujeres. Muy recientemente, la Asamblea Nacional del Poder Popular eligió para la vicepresidencia también a una mujer.

 

 

Aunque el camino por recorrer no está bordeado solo de flores, sobran los motivos para que este jueves 23, las mujeres cubanas celebren los 52 agostos de su organización. Y quizás hasta algunas vayan a la fiesta acompañadas por sus jevos.

 

El reparto de roles va haciéndose más equitativo en algunas familias, aunque estereotipos y prejuicios siguen haciendo de las suyas

 

Fotos: Vladia Rubio

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