Piden en EE.UU. terminar programa de recolección de datos telefónicos

Ante una esperada batalla en el Congreso para reautorizar la Ley de Libertad, la cual le brinda al ejecutivo norteamericano una amplia gama de autoridades de vigilancia, esas agrupaciones advirtieron que tal programa de datos telefónicos representa amenazas a la privacidad y las libertades civiles de millones de personas.

Las organizaciones de defensa de la privacidad y derechos civiles señalaron en la misiva dirigida al congresista demócrata Jerrold Nadler, presidente del comité, y al republicano Doug Collins, que no respaldarán ningún proyecto de ley que reautorice el programa y que no ofrezca 'reformas de vigilancia significativas'.

Según la publicación The Hill, hasta ahora Nadler no ha comentado públicamente cuál es su posición sobre la Ley de Libertad, que expirará el 15 de diciembre a menos que sea renovada, ni sobre el programa de registros de llamadas de la Sección 215.

Dada la extraordinaria amplitud del programa, su falta de eficacia demostrada y el fracaso del gobierno para implementarlo legalmente, derogarlo es un primer paso necesario, aunque no suficiente sin otras reformas importantes, escribieron los grupos en referencia a los Registros de detalles de llamadas o CDR.

La carta recordó que en junio del año pasado la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) anunció que de 2015 a 2018 había recolectado ilegalmente un volumen desconocido de registros de llamadas como consecuencia de irregularidades técnicas presentes desde el inicio del programa, ante lo cual eliminó toda la información recopilada.

Dadas estas fallas técnicas, su grave impacto en la privacidad y la falta de eficacia demostrada en la recopilación de CDR, no se debe permitir que la NSA reanude este mecanismo, remarcaron los firmantes de la misiva, entre ellos Access Now, Indivisible, Campaign for Liberty y Due Process Institute.

Si bien algunos legisladores ya han pedido la suspensión de las autoridades de la Sección 215, muchos de los actores clave en el debate del Congreso aún no se han pronunciado al respecto.

Poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la NSA comenzó a obtener los registros de llamadas telefónicas y mensajes de texto nacionales de los estadounidenses para buscar células terroristas ocultas.

A medida que el programa que alguna vez fue secreto evolucionó, la agencia ha experimentado dolores de cabeza recurrentes al tratar de que funcione dentro de las restricciones legales, indicó recientemente el diario The New York Times.