Cubanas debutan con mejor marca en el clavados

Conseguir una medalla no es siempre el único indicador de un buen resultado o un propósito cumplido, también puede serlo lograr una buena puntuación o simplemente sentir que te salieron bien las cosas.

Esa fue la sensación de las clavadistas cubanas Anisley García y Prisis Leidis Ruiz tras su quinto lugar en el sincronizado de trampolín, primera prueba en repartir medallas este jueves en el torneo de clavados de los XVIII Juegos Panamericanos.

Era apenas la cuarta ocasión en que se presentaban como pareja y lograron 283,83 puntos, un acumulado que al que no habían logrado llegar antes y les dejó felices en medio de un panorama dominado por las medallistas en certámenes mundiales Jennifer Abel y Pamela Ware (309,60).

«Buscamos sobre todo sincronizar bien porque son tres las notas que prevalecen en ese elemento por solo dos de ejecución», explicó Anisley, quien hace un año reinó en la plataforma de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, pero sabe que ahora el rango es mucho más exigente.

«Hicimos en todos los clavados lo que los “profes” nos pidieron, tratamos de ajustarnos a las correcciones que nos hacían y creo que nos salió bien», añadió una Anisley que ha ido creciendo en confianza y facilidad de comunicarse de la misma manera en que madura como atleta.

El cuarto salto, el de dos y media vueltas de espalda en posición B, fue el de más discreta ejecución en el programa de cinco que contempla la competición, pero en sentido general todas las calificaciones recibidas se movieron en el entorno de los 6,5 y 7,5 puntos.

En el clavados panamericano el nivel es extremadamente alto, con atletas que se codean en la élite y lo hacen subiendo a podios en lides importantes, y esta vez la suerte acompañó a la mencionadas canadienses para mejorar de plata a oro su resultado de hace cuatro años.

Las campeonas de entonces, las mexicanas Paola Espinosa-Dolores Hernández apenas consiguieron esta vez un bronce con nota de 249,78 unidades, bien alejada de la de 290,10 de las plateadas estadounidenses Brooke Schultz-Sara Bacon.

El desquite azteca llegó un poco después en el moderno Centro Acuático –por cierto único sitio de esta ciudad en el que por estos días se puede estar sin abrigos–, pues José Manuel Celaya se impuso en el trampolín a un metro dueño de 435,60 puntos.

Para el jamaicano Yona Knight-Wisdom (429,90) se reservó la medalla de plata, el bronce quedó en manos del estadounidense Andrew Capobianco (411,25), y el conocido mexicano Yahel Castillo cerró en cuarto lugar con 410,20. El cubano Laydel Domínguez sumó 309,30 para despedirse decimosegundo de su primera incursión panamericana.

Como dato curioso es la primera vez en la historia de estos juegos que Jamaica consigue un premio de cualquier color.

Este viernes Anisley y Prisis estarán en el trampolín de un metros y el dúo de Jeinkler Aguirre y Yusmandi Paz competirá por las medallas en el sincronizado de plataforma entre hombres, prueba en la que Cuba centra sus mayores esperanzas