DE LA HISTORIA DEPORTIVA: La lluvia, huésped indeseado en Río 2007

DE LA HISTORIA DEPORTIVA: La lluvia, huésped indeseado en Río 2007
Fecha de publicación: 
23 Julio 2019
0
Imagen principal: 

Los aguaceros hacen estragos en Río de Janeiro durante los Panamericanos de 2007. Golpes a tácticas y estrategias de los contendientes y sus guías, suspensión en demasía de encuentros que incide demasiado en el béisbol, ya golpeado por la construcción deficiente de los terrenos. Hay que entregar dos preseas de bronce y casi sucede lo mismo con los cetros. Al menos se puede realizar la final: Cuba derrota a Estados Unidos para alcanzar su décimo triunfo en sucesión.

En sóftbol para damas ocurre peor: dos plateadas: Canadá y Venezuela, por la imposibilidad de efectuar el partido entre sus selecciones. La victoria para las representantes de EE.UU, su sexta seguida.

Existió una infamia en la ceremonia de apertura: la rechifla recibida por el presidente de Brasil Luis Ignacio Lula da Silva. Como escribió al respecto Enrique Montesinos en su obra Los Juegos Panamericanos: "por tratarse de una gran injusticia para quien desde su posición jerárquica en la inmensa nación sudamericana fue de los principales promotores de los Juegos, avalándolos con recursos federales suplementarios a los de la gobernación local”.

Voy más allá. Se ligaron en el ataque personas que, desde su situación de clase e ideología, estaban en contra de la línea progresista del gobierno -fueron mayoritarios entre los espectadores porque poseían suficiente dinero para pagar los altos precios de las entradas- y elementos ingratos, mareados por la propaganda de los enemigos de los pueblos.

Otra mancha. La señala Montesinos en relación con el fanatismo de quienes en la sede "empecinados en la porfía por el segundo lugar, debieron mantener la rivalidad fraternal y excluir las groserías y las acciones antideportivas para con los representantes de la isla caribeña en la postrimería de los Juegos".

Hacia los competidores destacados. Los nadadores brasileños vencen encabezados por dos estrellas: Thiago Pereira y César Cielo. El primero conquista siete títulos. Las sirenas de Estados Unidos ganan con Julia Smith a la vanguardia: cuatro doradas y un escalón plateado. La judoca cubana Driulis González consigue su cuarta corona. La corredora mexicana Ana Gabriela Guevara llega a tres y el marchista ecuatoriano Jefferson Pérez a dos. Alegría mayor para los futbolistas de esta nación. Para el teatro de las acciones, el futbol de mujeres y el debutante de sala.

La clavadista mexicana Paola Espinosa, invencible en las dos modalidades. La gimnasta artística estadounidense Shawn Johnson brilla: la más completa y otros tres alegrones: en viga de equilibrio, por barras asimétricas y por conjunto, plata en manos libres. Su coterránea Lisa Wong es la máxima acumuladora, mientras la canadiense Alexandra Orlando enlaza la felicidad en cuerda, aro y mazas. En los ejercicios de conjunto las representantes del escenario sacan tres distinciones máximas.

Para la Mayor de las Antillas el atletismo y la lucha: 12 y 9 cetros. Sus boxeadores, pesistas, judocas y remeros abrazan parecida dicha: cinco en cada disciplina. Las voleibolistas ascienden a la cima y nuestra maratonista Mariela González es la primera en arribar a la meta. En la gimnasia, debacle para nuestra representación.

Las ciclistas Yoanka Gonzalez y Yumari González, ases en la lid por puntos y la ruta respectivamente. Ahmed López, Julio Herrera y Yosmani Pol las imitan en la velocidad. Herrera, monarca en la justa individual. Fulgura el sable de Maylín González, quien aporta su calidad en el mismo metal conseguido por conjunto; las otras integrantes: Ana Fáez, Misleidys Compani y Jennifer Morales. Oro en espada por equipos para los hombres. Camilo Boris obtiene el quinto continuo; esta vez junto a Andrés Carrillo, David Castillo y Guillermo Madrigal.

La samba refulge en las disciplinas colectivas con ocho victorias en 17 oportunidades: sus muchachos se imponen en voleibol mientras las cubanas son las mejores en la lidia de la malla alta. Gran satisfacción brasileña también en el torneo masculino de baloncesto y en ambas ramas del balonmano. En general, lanzan a Canadá al cuarto puesto del medallero: 52-40-65 por 19-44-55.

La delegación de la sede se acercó a los cubanos que apretaron el acelerador en las últimas jornadas para no caer del segundo puesto (59-35-41). Aunque se realizaba el perfeccionamiento de la adaptación a la nueva fase, no encontramos caminos para responder con firmeza a la falta del campo hermano, el cerco harto aumentado y la suma de errores propios: el campeonismo batiendo aún. EE.UU. repite en la cúspide pese a que por primera ocasión bajan de los cien títulos: 97-88-52.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.