Mundial de Gwangju: Examen de rigor previo a Lima para los acuáticos

Los deportes acuáticos, siendo objetivos, no poseen muchas aspiraciones de preseas en los Juegos Panamericanos de Lima, lo cual no significa que asistan a la justa en busca de sus mejores rendimientos posibles.

De hecho, por estos días una comitiva de tres nadadores, seis clavadistas, cuatro chicas de nado sincronizado y el equipo femenino de polo acuático representan a Cuba en el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos en Gwangju, Corea del Sur, recta final en su ruta crítica preparatoria.

Conforman la relación los nadadores y medallistas de Barranquilla 2018, Elisbet Gámez, Armando Barrera y Luis Vega; mientras que en la artística estarán las jóvenes Soila Valdés, Gabriela Alpajón, Cire Zuferri y Stenany Urbina.

En el clavados comanda el grupo la campeona de plataforma en tierras cafeteras, Anisley García, acompañada de Prisis Ruiz, Laidel Domínguez, Angelo Alcebo, Yoan Meriño y Carlos Daniel Ramos.

Llama la atención la ausencia en la relación de la dupla de Jeinkler Aguirre y Yusmandy Paz, subtitulares en Barranquilla en plataforma sincronizada a 10 metros, quienes se quedaron en casa por estrategia de sus entrenadores, en aras de pulir al máximo aspectos técnicos y de sincronización en su programa de saltos, para llegar en la mejor forma a la cita en suelo peruano.

Completa la delegación antillana el equipo femenino de polo acuático, as en la lid colombiana y con propósito competitivo de bronce en Lima.

Para ubicarnos mejor en el contexto que enfrentarán los nuestros haremos un somero análisis de estas disciplinas:

Natación: Los tres efectivos que asistieron a Sudcorea constituyen la columna vertebral del elenco de natación antillano. No es secreto que enfrentar a tritones y ondinas de Estados Unidos, Canadá, Brasil, y no pocas individualidades de otras naciones se antojará como nadar a contracorriente para los antillanos, quienes buscarán esencialmente mejorar sus registros personales y colarse, de ser posible, en alguna final A.

Cabe señalar para reafirmar este criterio que los estadounidenses (334-240-132), brasileños (52-52-73), y canadienses (51-19-129) superan con creces el botín de La Mayor de las Antillas (2-4-8). En Toronto, por ejemplo, nueve naciones accedieron al menos a una presea del total de 32 juegos puestos en disputa, lo que habla a las claras de concentración hegemónica, fundamentalmente entre estas tres potencias.

Con esos truenos, Elisbeth se sitúa en esta temporada en el puesto 41 de los 400 metros libres en el ranking de América, avalada por sus (4:14.7 minutos) del clasificatorio continental de finales de abril en la propia Perú. Mientras, en los 200 la avalan 2:00.94.

Armando Barreras se sitúa en el 56 con 56.68 de la propia lid en los 100 espalda, aunque para ser justos tanto él como Gaméz poseen registros superiores a los relacionados. Así, en 200 el propio Barreras aparece en el 48, dueño de un 2:04.14 bien alejado de su mejor crono, que casi frisa los dos minutos y lo dejaría en casi 25 plazas por delante.

Luis Vega cierra la relación. Dueño de 4:26.21 en el selectivo continental, recala en la posición 32 a este lado del Atlántico. Lógicamente, hay que tener en cuenta, que Estados Unidos, Canadá y Brasil, solo podrán inscribir a dos efectivos por cada una de las modalidades.

Clavados: Todavía se recuerda con mucho placer el título en la plataforma sincronizada de José Antonio Guerra-Jeinkler Aguirre en Toronto hace cuatro años. Nuevamente Jeinkler, junto a Yusmandy Paz, se perfilan como los de mayores opciones de escalar al podio de premiaciones, por detrás de Anisley García “la tuti”.

Con una única incursión en el Grand Prix de Calgary, Canadá y 23 puntos acumulados en esa lid, aparece en el puesto 66 del escalafón, bastante irreal dado su escasísimo roce.
Jeinkler-Yusmandy, con situación similar, se colocan en el 14 del sincro de plataforma masculino (32 unidades en Canadá y media de 10.67).
Claro está, ellos poseen un nivel superior al que reflejan los números:

“La Tuti está para batirse con la norteamericana Katrina Young y ya les ganó a las mexicanas en Barranquilla. Hablamos de Viviana del Ángel Peniche, y Alejandra Sofía Estrella. Sucede que tanto ellas, como las canadienses Celina Toth, y Caeli McKay, tienen mucho más kilometraje competitivo al primer nivel y eso se traduce en mayor aval y conocimiento que de ellos tienen los jueces a la hora de evaluar ejecuciones.

Ese día, cualquier cosa puede suceder. Yo siempre confío en mis atletas. Ya vimos lo que hizo en Barranquilla. Habrá que contar con ella.

En el caso de Jeinkler y Yusmandy, su programa está en materia de complejidad algo por debajo que el de las restantes duplas fuertes, (México, Canadá, Estados Unidos, Colombia y no se puede descartar a Brasil).

Jeinkler es un clavadista longevo, al que acrobáticamente ya le cuesta un poco más hacer saltos muy difíciles, que ha sido golpeado por lesiones, pero que en competencia se transforma. Es la confianza, calma, eje de ese dúo y con lo que tienen montado pensamos que pueden dar batalla; declaró el entrenador principal José Antonio Guerra.

Esperemos a ver si sus pupilos le hacen honor a su apellido.

Polo Acuático: Los nuestros no aparecen rankeados en el listado del orbe de la especialidad. Sucede que no han tenido participación en ningún certamen de rigor punteable.

Los referentes los hallamos en el cetro de Barranquilla y en una serie de partidos de preparación sostenidos en Europa, además del clasificatorio mundialista en el caso de las damas.

Las estadounidenses comandan el ranking en lo que va de ciclo olímpico. Canadá y Brasil se encuentran en respectivos puestos ocho, y diez. Indiscutiblemente se antojarán huesos para las discípulas de Jorge del Valle cualquiera de estas selecciones en el mismo grupo o luego en los cruces. En su caso únicamente atesoran el bronce en la edición de Río de Janeiro 2007, en tanto sus homólogos acumulan un cetro, cinco platas, y dos bronces.

Así se mueve el fenómeno. Reitero que alcanzar una o más preseas para estas tres disciplinas será prácticamente como llevar a cabo la tarea del indio.