Restricción de viajes, hipocresía de la política de Trump hacia Cuba

Restricción de viajes, hipocresía de la política de Trump hacia Cuba
Fecha de publicación: 
5 Junio 2019
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En junio de 2017, al anunciar en Florida su decisión de revertir el acercamiento al país antillano, Trump sostuvo que daba ese paso para respaldar a los cubanos, pese a que la mayoría de los habitantes de la isla y los cubanoamericanos estaban a favor del proceso de normalización de relaciones iniciado durante el ejecutivo previo.

Desde entonces su Gobierno adoptó gran cantidad de medidas contra el territorio vecino, que van desde limitar las transacciones con empresas estatales hasta suspender la entrega de visas en La Habana y aplicar el Título III de la controvertida Ley Helms-Burton.

Cuando se evalúan esos pasos, numerosas voces suelen coincidir en dos elementos fundamentales: tienen un efecto negativo sobre quienes viven en el país caribeño y sobre varios sectores económicos estadounidenses, mientras solo sirven a los intereses políticos de unos pocos legisladores cubanoamericanos.

A las acciones ya adoptadas por la administración Trump se suman desde este 5 de junio la eliminación de los viajes educativos grupales pueblo a pueblo; y la prohibición de que vayan a la isla embarcaciones de pasajeros y recreativas, incluyendo cruceros y yates, y aeronaves privadas y corporativas.

¿Qué cambia con las nuevas restricciones?

Los ciudadanos estadounidenses tienen vetado viajar a Cuba como turistas, y en la actualidad solo pueden ir al país vecino bajo 12 categorías, entre ellas las visitas familiares, apoyo al pueblo, y actividades periodísticas, religiosas o educativas.

Como parte de la reversión del proceso para normalizar las relaciones bilaterales, en noviembre de 2017 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) modificó la licencia general de las actividades educativas pueblo a pueblo y eliminó la autorización de viajes individuales.

Adicionalmente, en la ronda de restricciones que entra ahora, la OFAC procedió de modo similar con los viajes grupales de ese tipo, reconocidos como los más empleados por los norteamericanos para visitar la mayor de las Antillas.

Según informaciones de los departamentos de Estado, Comercio y Tesoro, eso significa que se enmendó el Reglamento de Control de Activos Cubanos para excluir la autorización que permitía los viajes educativos grupales realizados bajo los auspicios de una organización sujeta a la jurisdicción estadounidense.

Los cambios regulatorios solo incluyeron una disposición de 'exención' para que ciertas visitas previamente concertadas puedan realizarse si las personas ya completaron al menos una transacción (como la compra de un boleto o la reserva de alojamiento) antes del 5 de junio.

Asimismo, se puso fin a la que se convirtió en la vía de viaje de más rápida expansión entre los estadounidenses para ir a la nación antillana: los recorridos en crucero.

La Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio (BIS), en coordinación con la OFAC, dio a conocer que se limitarán los tipos de aeronaves y embarcaciones autorizadas para dirigirse al territorio caribeño en una estadía temporal.

'En consecuencia, los aviones privados y corporativos, los cruceros, los veleros, los barcos de pesca y otros aviones y embarcaciones similares en general tendrán prohibido ir a Cuba', indicó un texto de la BIS.

Las compañías de cruceros Norwegian, Carnival y Royal Caribbean indicaron que estaban evaluando el impacto de las nuevas reglas para sus clientes y trayectos programados.

En el caso de la última de esas empresas, informó en Twitter que analizaba los detalles de las regulaciones, y había ajustado los itinerarios de navegación de los días 5 y 6 de junio para que sus embarcaciones no se detuvieran en Cuba.

Más allá de todas esas modificaciones, sí podrán continuar con sus servicios las aerolíneas comerciales que reanudaron sus vuelos a Cuba en 2016 tras más de 50 años sin realizar esa actividad hacia el territorio caribeño.

A pesar del efecto que pueden tener estas medidas en limitar la capacidad de los norteamericanos para ir a un lugar que solo se encuentra a 90 millas de las costas estadounidenses, la organización Cuba Educational Travel (CET) señaló en un comunicado que todavía hay varias formas de visitarlo.

Los cambios no afectan otras 11 categorías de viajes legales, incluidos programas académicos, reuniones profesionales y apoyo para el pueblo, lo que permitirá que muchos estadounidenses continúen yendo a la isla, expresó el presidente de esa entidad de viajes especializados, Collin Laverty.

Negativo impacto para el pueblo cubano y empresas de EEUU.

Como argumento para justificar las polémicas movidas contra la mayor de las Antillas, el Departamento de Estado afirmó que con ellas buscan evitar que los viajeros estadounidenses 'enriquezcan a los servicios militares, de seguridad y de inteligencia de Cuba'.

Asimismo, esa entidad federal señaló que las restricciones también se deben a la solidaridad que mantiene La Habana hacia Venezuela y el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro, al que Washington se empeña en desconocer.

Ninguno de los departamentos que informó sobre el tema hizo alusión al hecho de que los viajes educativos pueblo a pueblo han sido un gran impulso para los trabajadores del creciente sector privado de Cuba y sus familias, al cual Trump dice querer respaldar, sin dar muestras de ello hasta la fecha.

En ese sentido, la representante demócrata por Florida, Kathy Castor, expresó en un comunicado que la política del presidente republicano impone un alto precio a los propietarios de pequeñas empresas y emprendedores en Cuba, a las familias, y a la libertad de los estadounidenses para viajar.

Su colega Barbara Lee, congresista del partido azul por California, estimó que las restricciones solo perjudicarán al pueblo cubano y a los intereses norteamericanos en la isla, al tiempo que intensificará 'la política fallida del embargo', en referencia al bloqueo impuesto por Washington contra la nación antillana hace casi 60 años.

Por su parte, el presidente de CET consideró que estas medidas en realidad son un gesto político dirigido al sureño estado de Florida en el periodo previo a las elecciones de 2020.

Laverty consideró que son acciones desafortunadas 'para los millones de cubanos que sentirán la crisis de menos visitantes estadounidenses' y 'para las compañías norteamericanas que están proporcionando empleo y pagando impuestos en Estados Unidos, y que crean una huella económica en la isla'.

El Consejo de Negocios Estados Unidos-Cuba, en tanto, apuntó que estas reglas interrumpirán las operaciones comerciales en el sector de los viajes, lo cual está fuera de sintonía con los esfuerzos declarados de la administración de que evitaría causar daños a las empresas norteamericanas que hacen negocios legalmente.

Fracasarán otra vez, asegura Cuba

Tras los anuncios del recrudecimiento de las limitaciones de viajes, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que su país responderá con trabajo, creatividad, esfuerzo y resistencia.

El mandatario aseguró en Twitter que su nación no se dejará amedrentar ni distraer con nuevas amenazas y restricciones. 'No han podido asfixiarnos. No podrán detenernos. Viviremos y venceremos', escribió.

A su vez, el ministro de Turismo de la isla, Manuel Marrero, dijo que frente a esas movidas de Washington trabajarán con más eficiencia y buscarán nuevos mercados, además de que incrementarán las acciones comerciales y de comunicación, sobre todo por Internet.

El canciller del país caribeño, Bruno Rodríguez, indicó en esa misma red social que el ejecutivo de Estados Unidos pretende asfixiar la economía y dañar el nivel de vida de los cubanos para arrancarles concesiones políticas. 'Fracasarán otra vez', subrayó.

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