Inauguran en Roma muestra del pintor cubano Carlos Quintana

La muestra curada por Eriberto Bettini y auspiciada por la Pontificia Comisión para la Cultura, la embajada de Cuba ante la Santa Sede, la Galería Bettini and Co. y el banco Mediolanum, está compuesta por una veintena de cuadros realizados en los últimos dos años y permanecerá abierta al público hasta el próximo 16 de junio.

Al presentar la exposición, el crítico de arte Luciano Caprile la relacionó con la manera en que la sociedad actual, en su opinión, se alimenta de las apariencias, la superficialidad, el comportamiento sugerido o codificado por las modas y los medios de comunicación.

La complejidad existencial -dijo- está oculta detrás de la máscara de las conveniencias o la cotidianeidad y añadió que 'Carlos Quintana destaca esa situación al activar una pintura de crisis en la cual sus personajes manifiestan actitudes formales que sugieren una realidad diferente'.

Consideró, asimismo, que no es casualidad que El mundo de la verdad, título de la muestra, sea el territorio típico de investigación del artista, a través de ciertos mensajes, incluso crípticos, incluidos en la historia.

Caprile se refirió puntualmente, entre otras, a obras como Tres azules (Tre azzurri) en la cual se recrea 'un drama de nuestro tiempo que exige sacrificios diarios de vidas inocentes para ser entregadas a un destino que consume y frustra todo sentimiento de compasión'.

Mencionó, asimismo, a Tres sombrillas (Tre ombrelli) donde la 'aparente y compuesta calma de los personajes, inmersos en un soleado paisaje el cual parece disolverse en el horizonte extremo, se ve perturbada por la presencia de dos cabezas suspendidas en el aire'.

Quintana agradeció a los organizadores del evento la posibilidad de exponer en el Palacio de la Cancillería, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990, como parte de los bienes de la Santa Sede beneficiarios del derecho de extraterritorialidad, situados en la ciudad de Roma y San Pablo Extramuros.

Por su parte, el embajador cubano, Jorge Quesada, saludó la presencia del pintor y su muestra, cuyo valor reconoció, tanto desde el punto de vista artístico como por su contribución al estrechamiento de las relaciones entre Cuba y la Santa Sede.