DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Herb McKenley, jamás un oro panamericano ni olímpico

Centrocaribes de Barranquilla 1946: muy joven se bate en 100, 200 y 400 metros planos. Tiene la etiqueta de favorito. En la prueba reina el camagüeyano Rafael Fortún lo deja en plata: 10.4 por 10.7. La arracada débil lo fastidió. Los 200: tercer puesto con 21.7. Por encima, de nuevo Fortún (21.6) y el panameño Lloyd LaBeach (21,7). Hacia la vuelta al óvalo: su compatriota Arthur Wint 48 por 48.5 le amarga el anhelo. Vence, eso sí: en el relevo 4 x 400 al unirse con Clinton Woodstock, George Rhoden, y Wint (3:18.0). En los XIV Juegos Olímpicos, Londres 1948, subcampeón de los 400 metros (46.4), superado por Wint: 46.2. En los 200, se hunde al cuarto sitio.

Justa del subcontinente, Guatemala 1950. Fortún de nuevo le amarga los sueños dorados 10.3 por 10.4. Pero vence en 200 y 400 con 20.9 y 47.8, en la media pista se desquita de Rafael, lanzándolo al segundo (21.2.). No toma parte en el relevo 4 x 400 donde su país finaliza tercero. Y sí en el 4 x 100 donde su cuarteto se platea. Algo más contento pero deseando premios de mayor realce en lo personal en citas más elevadas, se prepara durísimo.

Panamericanos de Argentina 1951, los iniciales. Otra vez, favorito. Carrera decisiva de 100 metros: el veterano Fortún lo doblega, seguido por el norteamericano Arthur Bragg con igual crono: 10.6... Tercer escalón y marca mediocre: 11 segundos para el de Jamaica.

En los 200, resultado semejante y semejante dolor para Herb: Fortún (21.3), Bragg (21.4), McKenley (21.5). En los 400 llanos: victoria para el estadounidense Malvin Whitfield con 47.8. Del mismo seleccionado, Hugo Maiocco, al segundo: 48. El antillano entra dos décimas después y es tercero.

Magna justa de Helsinki 1952. McKenley finalista de la prueba reina. Los expertos, y él mismo, dicen ahora sí… Mas Lindy Remigino, de Estados Unidos por la clásica nariz lo lanza a la segunda plaza: 10.4 para los dos. Parecida película en la vuelta a la pista: su compatriota George Rhoden lo derrota y ambos cronometran 45.9.

Llega el 4 x 400. El cuarteto de Jamaica: Wint, Laing, McKenley y Rhoden son los mejores para los entendidos. Sin embargo, tienen contrarios de empuje en Marson, Cole, Moore y Whitfield de EE.UU. Fase de la verdad. ¡El disparo…! Marson y Wint entregan parejos; Laing, especialista en 100 y 200, cede ante a Cole y entrega el testigo con desventaja a McKenley de doce metros: Laing, 46.8; Cole, 45.6 en esa etapa. Parece...

Ni hablar, acelerador hasta el fondo y el tercer corredor al recorrer su tramo en 45.1, entrega el batón con dos metros de ventaja a Rhoden. Para Whitfield es imposible sobrepasar al finalista antillano que le saca una décima de segundo. Adiós al récord del orbe: 3:03.9. Herb McKenley es en realidad el héroe de esta victoria y por fin conquista la dicha dorada olímpica. Ah, la tristeza no lo abandona del todo: sabe que jamás podrá alcanzar un máximo galardón individual en los Panamericanos y la magna cita. Los años no se lo permitirán.