DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Miguelina de promesa a realidad

DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Miguelina de promesa a realidad
Fecha de publicación: 
17 Mayo 2019
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Esta muchacha está loca: va a correr descalza los cien metros planos. ¡Qué novatica esta...! Y la competencia en la pista santiaguera es... ¡El disparo! Ah, cará..., viene delante. Ninguna la alcanza. ¿Cómo se llamará? Se acerca y ya sabemos el nombre de la joven: Miguelina Cobián. Ya se pondrá los pinchos, ya aprenderá a correr mejor. De promesa se convertirá en realidad.

Nuevas lides y nuevas victorias. Hacia Kingston que será el escenario de los Centroamericanos y del Caribe de 1962. Pasa a la final de la prueba reina. No le va a ser fácil. Dos escollos en la panameña Marcela Daniel y la trinitaria Sibil Dommartin. Arrancan... Miguela, Marcela; Miguela, Marcela… ¡Miguela…! Con 12 flat iguala la mejor marca de la prueba para el certamen. La suceden la istmeña y Sibil con 12.1 y 12.2, respectivamente. No se programa aún los 200. Pues irá para el relevo 4 x 100. Las de Jamaica le rompen su anhelo dorado: Dorothy Yates, Carmen Williams, Carmen Smith y Ouida Walker (47). Por Cuba corren ella, Berta Díaz, Nereida Borges y Fulgencia Romay (47.3).

Integrante de la Delegación de la Dignidad que actúa cuatro años después en la cita programada para San Juan, Puerto Rico, la odisea del Cerro Pelado: derrotada la estupidez yanqui que intentó impedir nuestra participación. De nuevo, monarca de la distancia más corta con 11.7, marca para la justa, y segunda en 200 con 24.8, superada por la jamaiquina Una Morris: 24.2. El mismo puesto en el cambio de testigo junto a Irene Martínez, Cristina Hechevarría y Fulgencia Romay (46.5) por los 46.2 de Jamaica: Adlin Mair, Morris, Vilma Charlton y Carmen Smith.

En Panama´1970: oro en 100 y 200 con 11.4 y 23.5. Únicamente ella y otro cubano, Rafael Fortún, han logrado tres cetros, y consecutivos, en la prueba reina del certamen. En el cambio de batón, por fin el título al lograr 44.7, acompañada de Marlene Elejalde, Echevarría y Romay.

Más alegrías: vicetitular en los 100 (11.5) y los 200 (24) en los Panamericanos Sao Paulo 1963, puesto de plata en el relevo (46.4); segunda y tercera en la más corta prueba y al correr la mitad del óvalo en Winnipeg 1967, con11.6 y 23.8; oro en el relevo: 44.6. Nuestra primera finalista olímpica: quinta en los 100 lisos (11.7) en Tokio 1964; medalla de plata en el relevo de México 1968 (43.3) y séptima en la prueba reina (11.6).

Sufrió lesiones, tristezas. La intervinieron quirúrgicamente. Los años, la despedida. Pero no hay adiós. Aquí está Miguelina Cobián: en los nuevos galardones centroamericanos, del continente, mundiales, olímpicos, sin limitarse a su gran amor: el atletismo. Vuelve a estremecer, con tanto quehacer y tantas victorias del deporte cubano en la rama femenina y masculina, a pesar de los obstáculos propios de un planeta tan herido por el comercialismo y la indignidad, sin negar nuestras fallas.

La Saeta Oriental continúa conquistando victorias. En cada novata o novato que entrena para hacer vida de las ilusiones. Y no solo está en el alto rendimiento y los más importantes certámenes. Vibra en la gran fiesta de los Juegos Escolares, en la pista, el tabloncillo, el gimnasio; en los sueños de quienes empiezan en la escuela, el barrio, el municipio, y en la dicha del que sube al podio. Ahí está Miguelina Cobián.

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