Bolsonaro confiesa que no nació para ser presidente

   "No nací para ser presidente, nací para ser militar (..), no tengo ninguna ambición, yo me pregunto, miro a Dios y digo, 'que hice para merecer esto?', acá (gobierno) sólo hay problemas", dijo en tono de confesión.

   "Pero de todos modos hay que seguir adelante, tenemos que cambiar a Brasil", prosiguió al pronunciar un discurso en el Palacio del Planalto, sede del gobierno en Brasilia.

   Bolsonaro retomó las riendas del poder este jueves luego de una gira por Israel que lo tuvo cuatro días ausente de Brasil.

   Al retornar a su país enfrentó una serie de rumores sobre el agravamiento de las disputas por espacios de poder entre miembros de su gabinete mientras su imagen ha perdido popularidad.

   La consultora XP informó hoy que la imagen positiva del mandatario bajó del 40 al 35% en tres meses, período en el cual la visión negativa de su gestión creció del 17 al 26%.

   Bolsonaro declaró hoy por la mañana durante un desayuno con periodistas brasileños que "no existe (disputa entre, NDR) entre 'olavetes' y militares". Fue en respuesta al supuesto malestar de los generales que forman un bloque cada día más sólido de poder dentro del gobierno. El brazo militar tiene como principales exponentes al vicepresidente, general Hamilton Mourao, y el ministro de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno. Bolsonaro destacó la labor desempeñada por Augusto Heleno como uno de sus principales colaboradores en estos tres meses de gestión.

   Heleno aporta al gobierno "mucha seguridad en la toma de decisiones, decisiones que muchas veces son difíciles y afectan intereses". Del otro lado de la trinchera están los ministros que siguen los lineamientos de Olavo de Carvalho, entre quienes están el titular de Educación, Ricardo Vélez Rodríguez, y el jefe de la cartera de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo. Este jueves militares dijeron, con la identidad reservada, que llegó la hora de que Vélez Rodríguez sea separado del cargo, publicó el diario Folha de San Pablo.

Esa puja por el control del Ministerio de Educación es uno de los focos de tensión más evidente entre militares y "olavetes". Olavo de Carvalho es un filósofo radicado desde hace años en Estados Unidos donde se reunió recientemente con Bolsonaro y Steve Bannon, el exjefe de campaña del presidente Donald Trump. Este pensador brasileño también ejerce fuerte influencia ideológica en el propio Bolsonaro y en su hijo, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, una especie de canciller informal responsable de construir las relaciones con el entorno de Donald Trump.

   Pero a pesar de su simpatía por los "olavetes" Bolsonaro dio a entender hoy que la balanza de poder se inclinó hacia el lado de los militares al insinuar que Vélez Rodríguez puede ser dimitido la semana próxima.