México: El Presidente sí tiene a quién escribir

No es fácil ganarse la confianza de un pueblo, y menos del muy golpeado mexicano, y así lo ha hecho AMLO, como se le conoce, en pocos meses de gestión, en los que ha emprendido mucho más de la mitad de las ´promesas formuladas, aunque aduce que hay que esperar unos seis meses para su concreción, y más en una nación tan abandonada por los presuntos políticos que la gobernaron.

No sé en qué momento el mandatario le empezará a caer “gordo” al gordo y colorado colega de Estados Unidos, quien desde el primer momento lo ha tratado con mucho cuidado –cuestión que no acostumbra-, comprendiendo el temple, lo difícil de engañar, meter miedo o sobornar a ese mexicano.

De ahí que AMLO siempre se sintió libre para no hacerle el juego a Estados Unidos en la componenda contra Venezuela, se ofreció como mediador y agradeció personalmente al presidente Nicolás Maduro por haber asistido a su investidura, y no como mero formalismo.

Conociendo la situación en que AMLO halla a México, no es extraño que muchos se pregunten si podrá ayudar a su nación, cuestión que pienso que sí, aunque es difícil resolver tantos y tan variados problemas en seis años, no importa lo rápido en que está resolviendo algunas cuestiones.

Este viernes 15 envió al Congreso para su aprobación una ley que permite que el presidente, gobernadores y legisladores pueden ser removidos de sus cargos, si no cumplen con su labor, es decir, no pueden actuar impunemente, como lo han hecho hasta ahora.

Eso se suma a la rebaja de los salarios del Ejecutivo y legisladores, la puesta en venta del avión presidencial y la flotilla de los lujosos automóviles utilizados por el personal oficial sin necesidad de ello.

Lo anterior ha sido fácil, porque apenas se ha requerido de tiempo y espacio para ponerlo en práctica, pero habla de lo imbuido que está el mandatario y el cuerpo político que lo acompaña para hacer cumplir la Constitución, siempre tan hollada por los tahúres de siempre.

Más difícil y llevará más tiempo es tratar el problema de los 40 140 desaparecidos, empezando con la disposición gubernamental de cooperar sin excusa con las averiguaciones que se están haciendo sobre el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

NECESARIO APOYO PROGRESISTA

Comentaba la acertada periodista Vicky Peláez que las primeras medidas del presidente para sacar a su país del profundo 'hoyo' socioeconómico y político que su pueblo viene sufriendo desde hace tres décadas, han alarmado a sus detractores nacionales y extranjeros.

La izquierda mexicana, tan heterogénea y extremista como veleidosa, habló por los movimientos sociales que encabezan –indigenistas, medioambientales y zapatistas- y acusó a AMLO de emprender un programa económico superficial, sin tener en cuenta que esto es lo que puede hacer en primera instancia.

La incomprensión si era lógica por el lado opuesto, al reducir el Fondo Monetario Internacional sus previsiones de crecimiento económico, y la derecha local se puso en guardia, esperando órdenes de Trump.

De ahí el necesario apoyo de las fuerzas progresistas, que deben dejar a un lado sus extremismos –que no han conducido a nada bueno- y tener en cuenta a un Presidente que antes de serlo hizo una promesa a su pueblo: "No voy a ser un florero, no estoy de adorno, traigo un mandato del pueblo mexicano".

Su pueblo hace tiempo ya que está harto de estar sometido a miseria, inseguridad, narcotráfico, violencia diaria y la corrupción, donde cada gesto y cada solicitud no se realizan sin soborno. Mucho más habrá que decir y escribir, informar y comentar.