Cubanas en Congreso

Cubanas en Congreso
Fecha de publicación: 
6 Marzo 2019
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No serán heroínas merecedoras de medallas y grandes titulares, tampoco las viudas o las hijas de figuras consagradas de nuestra historia patria, las mujeres que a partir de hoy y hasta el viernes ocuparán asiento en el Palacio de las Convenciones son una representación de esas cubanas de a pie sobre las que descansa el día a día renovador de Cuba.

Y su heroicidad, como la del resto de las mujeres y hombres que habitan esta Isla, se arma desde la cotidianidad. Precisamente sobre lo alcanzado y lo por lograr en el cotidiano de vida que nos hace pueblo y nación versará este X Congreso de de la Federación de Mujeres Cubanas, que hoy agrupa a más de cuatro millones 300 mil integrantes, el 91 % de las cubanas mayores de 14 años.

Determinar qué y cuánto pueden aportar las federadas, las mujeres de este país, a la Cuba actual no es tarea sencilla, tampoco conocer, para actuar en consecuencia, sobre los problemas, necesidades, alegrías y satisfacciones de las cubanas y sus familias.

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Pero para ir acotando el problema y aproximándose a respuestas, las federadas iniciaron a partir del 15 de marzo en todo el país un proceso previo a su reunión de este marzo. Bajo el lema “Fidelidad, unidad y compromiso” y guiadas por el documento “Una reflexión profunda y necesaria”, realizaron sus análisis en las delegaciones de base; luego, entre abril y mayo, en los bloques; en septiembre en los municipios y en octubre a instancia provincial.

La Secretaria General de la FMC, Teresa Amarelles Bouet, señaló en más de una oportunidad que esas asambleas, en particular las de barrio –donde también tomaron parte compañeros- eran el paso más importante del Congreso.

No le ha faltado razón a Amarelles Bouet porque ha sido en esos encuentros donde las cubanas han reflexionado, sonreído, peleado, intercambiado experiencias y realizado propuestas acerca de su misión y el de las familias para enfrentar y solucionar problemáticas de esta sociedad siempre en mejoramiento.

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En consecuencia, la reunión que hoy comienza sesionará en cuatro comisiones dedicadas a la organización del modelo económico, la igualdad de género, la juventud, y el funcionamiento interno de la FMC.

Analizarán asimismo aspectos vinculadas a la prevención y atención social, así como temas vinculados a la sexualidad, vista desde la familia y no solo por la escuela.

Historia con nombre de mujer

Fue el Comandante en Jefe Fidel Castro quien motivó aquel episodio histórico que tuviera lugar en el teatro de la Central de Trabajadores de Cuba un 23 de agosto de 1960. Aquel martes quedó fundada la Federación de Mujeres Cubanas.

Su misión entonces era apoyar los empeños de la recién nacida y triunfante Revolución, propiciando en particular a las mujeres el lugar que merecían en aquella nueva sociedad y apoyándolas en los empeños por su emancipación y plena igualdad.

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Algunas de las asistentes a aquel momento fundacional aún recuerdan la emoción de Fidel al convocar: “¡Que no quede un solo lugar de Cuba donde no esté constituida la Federación de Mujeres Cubanas, que no exista una sola mujer revolucionaria que no esté agrupada en la Federación de Mujeres Cubanas, y verán cómo la Revolución podrá contar con una fuerza más, con una nueva fuerza organizada, con una tremenda fuerza social y revolucionaria!”

Fue también en aquella oportunidad cuando se eligió el primer Ejecutivo Nacional de la FMC y a Vilma Espín Guillois como su presidenta, cuya sensibilidad, sentido del momento histórico y compromiso con las cubanas y su Revolución le ganaron un lugar para siempre en la historia de esta tierra.

Desde entonces hasta el presente, han sido significativas y hermosas las batallas libradas por las cubanas en pro de su crecimiento humano y del país todo. Desde la creación de círculos infantiles, la conformación de las escuelas Ana Betancourt, su incorporación como milicianas, alfabetizadoras...

En todos y cada uno de los espacios de la realidad social cubana las mujeres han hecho sentir su presencia. No por gusto ellas constituyen el 53,2 % de los diputados y delegados a las asambleas provinciales del Poder Popular. El 46% de los cargos de dirección en Cuba están ocupados por mujeres.

Casi la mitad, el 49%, de la fuerza laboral en el sector estatal-civil la componen mujeres en tanto son el 33% de los trabajadores por cuenta propia (2016). Constituyen el 66,8% de los profesionales y técnicos del país y el 53 % de los investigadores de la Ciencia y la Tecnología.

En el sector educacional, ese terreno de infinito amor, ocupan el 81,9% de toda la fuerza laboral, mientras que en el campo de la salud constituyen el 78,5%. El 60,5% de los graduados universitarios (2017) son mujeres.

Esos y muchos otros datos hablan del protagonismo de las cubanas en su realidad, donde también puertas adentro del hogar tienen mucho que decir. Tanto es así que el 40,6% de los hogares cubanos están encabezados por mujeres.

Ello habla no solo de protagonismo, también de conflictos. A pesar de que el triunfo de enero de 1959 significó un cambio de mentalidad y de paradigma para todos, el machismo, las concepciones patriarcales, la violencia doméstica y la falta de equidad y de acertados enfoques de género siguen siendo malas hierbas con las que convivimos, algunas bien enraizadas en ciertos jardines.

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No por gusto la doctora Isabel Moya –quien falleciera hace ya un año este marzo-, incansable luchadora desde el periodismo y la academia por los derechos de la mujer, advertía a Cubaperiodistas, en la última entrevista que concediera, cuando se le interrogó acerca de los desafíos que enfrentan hoy las cubanas:

“El primero es que se piense que ya lo han logrado todo. Cuando miramos las estadísticas y vemos la cantidad de mujeres que hay en el Parlamento, la cantidad de mujeres científicas, de mujeres comunicadoras; y que más del setenta por ciento de los fiscales son mujeres, etcétera, nos fabricamos una idea desfigurada de la realidad. Porque hemos logrado abrirnos paso en profesiones antes no consideradas femeninas, pero ahora estamos en el momento más complejo, el de enfrentar la subjetividad, la cultura, los juicios de valor y las costumbres, mucho más difíciles de cambiar al tratarse de cánones asentados en los imaginarios colectivos, en las representaciones sociales”.

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Las cubanas saben de tan grande reto, y este X Congreso puede ser escenario ideal para reflexionar y fundar al respecto nuevas estrategias de la mano de las ciencias, que aportarían no solo a las mujeres sino a toda Cuba que cada día crece y se refunda.

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