Stakeman, un hombre entre bastones y bolas

Stakeman, un hombre entre bastones y bolas
Fecha de publicación: 
4 Marzo 2019
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Guillermo Stakeman ha hecho de todo en el mundo del hockey sobre césped. Portero como atleta, entrenador de las selecciones cubanas de uno y otro sexo; ejecutivo de la federación cubana; director de la Escuela Nacional Antonio Maceo; miembro de la confederación continental, asesor técnico de torneos en América y de asociaciones de varias naciones…

A este gran conversador se le considera uno de los padres del deporte de los bastones y las pelotas en nuestro país. Sigue activo y mucho contribuyó a que su disciplina fuera elegida como la mejor de los colectivos en el año 2018.

¿Siempre hockeista?

No. Llegué al deporte como futbolista, con el equipo de Ciudad de La Habana. Venía de la escuela de iniciación deportiva que estaba en la Espa Nacional radicada en Jaimanitas. Comencé como portero y después fui delantero en las categorías 15-16 y juvenil.

Sin embargo, me hablaron de que en la Ciudad Deportiva se estaba practicando hockey como recreación. Llegué y me puse los arreos, que en aquel momento eran los mismos del béisbol y no los que existen ahora. Ahí fui captado para el primer campeonato nacional jugado allí mismo. Formé parte del equipo Occidentales, ocupante del cuarto lugar.

Camagüey fue campeón. Esa provincia resultó la más ganadora de torneos en el inicio del hockey cubano, con cinco trofeos. Después se ubicó el Fajardo, que contaba con jugadores de todo el país, y el bronce fue para La Habana.

De ahí para el equipo Cuba…

Con 15 años me incluyeron en una preselección para jugar contra elencos extranjeros, pero tuvimos -después de cinco “abriles” de entrenamiento- el bautizo internacional en 1975, cuando vino un club canadiense integrado en su mayoría por atletas de la India y Paquistán, las mecas del hockey.

Jugamos en el estadio Pedro Marrero el 25 de diciembre de 1975. Tuve el orgullo de llevar la bandera cubana en el acto inaugural, por ser el capitán del equipo, y de defender la portería. Ganamos el primer partido por 2-1 goles.

El periódico Granma publicó entonces el titular: El hockey cubano entra por la puerta ancha en la arena internacional.

Eso nos llevó al Torneo de la Amistad, en Polonia 1976, donde fui seleccionado el mejor portero. Quedamos cuartos en aquella primera incursión fuera de la Isla.

Después vino la lesión en la pierna izquierda y tuve que abandonar la vida de atleta con solo 21 años de edad. Me convertí en entrenador.

Les dedicaste buen tiempo a las chicas…

Sí. Pasé de atender a los varones hacia el equipo femenino.

En 1985 hizo escala en La Habana un elenco ruso de mujeres para jugar contra los hombres. Iba camino a Argentina, pero me puse de acuerdo con su director para celebrar un partido contra nuestras atletas. Me prestó a las tres olímpicas que tenía, para reforzarnos, y logramos entusiasmar al entonces vicepresidente del Inder Raúl Villanueva. De ahí surgió oficialmente la selección cubana en la rama femenina.

¿Cuándo comenzó el hockey sobre césped en Cuba?

Este año estamos cumpliendo medio siglo. Inició el 29 de mayo de 1969 como motivo de clase en la antigua Escuela para Profesores de Educación Física Comandante Manuel “Piti” Fajardo, en la hoy Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte.

Allí estaba Jesús de la Luz Molina, su primer comisionado y presidente de federación. Estuvo 20 años en esas funciones. Le siguieron Roberto González, José Manuel González Cortina y el ahora titular Alex Hernández.

Para llegar a lo que vemos hoy hubo que pasar por momentos difíciles. Jugamos con bastones hechos de playbood, que con la lluvia soltaban los pedazos. Las primeras pelotas fueron de béisbol, al igual que la protección del portero. Lo ideal es que un atleta tenga –como mínimo- un par de bastones. Nosotros andábamos con cerca de 100 por cada equipo para una competencia, porque no duraban nada.

¿Se dice que el campo de Santiago de las Vegas se debe a tu empuje?

Ahí había un terreno de béisbol. Entrenaban grandes figuras como Capiró, Pedro Chávez y otros. Pero también comenzamos a hacerlo nosotros, los hockeistas de Santiago de las Vegas, así que di la pelea y después de varios años, para los Juegos Panamericanos de 1991, fue esa la sede. Hoy es una bella escuela con un nuevo césped artificial. Un verdadero orgullo.

¿Qué ha sido lo mejor que le ha pasado al hockey cubano?

Para mí, en este 50 Aniversario, que se le haya reconocido como el mejor deporte colectivo del año, por encima incluso del béisbol. Y también que una atleta nuestra, Sunaylis Nikle Coronit, haya resultado la mejor exponente femenina de los colectivos.

Esta es una disciplina fundada por la Revolución, que ha sido campeona en Juegos Centrocaribes, con los varones como líderes indiscutibles.

¿Cuánto representa el hockey para ti?

La vida. Cumplí 65 años de edad, me jubilé y todavía estoy entre bastones y pelotas. Sin ello no existo.

 

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