Miami-venezolanos: Seducidos y abandonados
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Una periodista de la agencia noticiosa española EFE, Celeste Rodas, escribió, este martes. una crónica sobre la situación allí.
Ella refiere que la mayoría son profesionales y generalmente comienzan su nueva vida fregando automóviles, limpiando casas, preparando hamburguesas o manejando taxis.
Uno de ellos, Raymond Baloa, empresario de la construcción admitió a EFE que ahora trabaja manejando un taxi.
Su esposa, arquitecta trabaja de sirvienta en un restaurante de comida rápida.
Otros de los consultados, el publicista Francisco Fernández Galán, declaró que el 50 por ciento de los venezolanos radicados en Miami son universitarios.
Y añadió: “he visto médicos lavando carros, y maestras limpiando casas”.
Dijo que “la mayoría no tiene permiso de trabajo y están obligados a aceptar cualquier oferta y que algunos han sido víctimas de abusos”.
“Darling X”, pidió no ser identificada, es licenciada en comercio, tenía en Caracas una casa propia y dos autos, y llegó junto a su esposo, que es licenciado en educación.
Ambos no tienen hijos, ni familia y tampoco conocen a nadie en Miami.
Ella reveló a la periodista de EFE que llevaron el dinero justo para alquilar un automóvil mientras trataban de buscar trabajo.
Y además confesó que dormían en el carro.
Ellos comenzaron limpiando habitaciones en hoteles, y Darling aceptó trabajar como empleada doméstica, interna en una casa, de lunes a sábado.
Relató que “Comenzaba a las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche y tenía que limpiar toda la casa, hacer las compras de la comida, limpiar ventanas, regar el jardín, preparar y servir los tres tiempos de comida. ¡Ah! Y la merienda de la señora a las 4:00 en punto”.
El matrimonio apuntó que el abuso también está presente en las viviendas. Hasta hace poco por 600 dólares se rentaba un apartamento-estudio.
Comentó que ahora en edificios de apartamentos de 2 habitaciones y 2 baños, algunos venezolanos están pagando 750 dólares por una pequeña habitación, sin baño privado.
Darling subrayó: “En nuestro caso, la sala del apartamento en el que vivimos está dividida con una cortina, porque otra persona, por 500 dólares, renta ese espacio, y compartimos el baño con ella”.
No obstante, recuerdan observadores un tornado de mentiras que circulan contra Venezuela solo creíbles por ignorantes e ingenuos.
No obstante estas evidencias, la maquinaria propagandística de Estados Unidos continúa vendiendo la imagen sublime de su modo de vida, que se quiebra al chocar sus víctimas con la realidad.
La misma que no será incluida en el informe sobre el Estado de la Unión que pronunciara Donald Trump este martes.
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