Bolsonaro-Moro: Verdugos de Lula

Bolsonaro-Moro: Verdugos de Lula
Fecha de publicación: 
23 Diciembre 2018
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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con su declaración de que hay que castigar los “crímenes” de Lula, y la salida a escena de su futuro ministro de Justicia, Sergio Moro, cada vez que existe el “peligro” de que devuelvan la libertad a Luiz Inácio Lula da Silva, evidencian la decisión de eliminar a la figura más popular de Brasil, subrayando una injusta condena a 12 años de prisión por delitos no comprobados, con solo documentos preparados por el entonces fiscal Moro, quien incumplió su palabra de no ocupar cargo en el régimen fascista votado por la ignorancia y amparado por el imperialismo.

No es la primera vez que Moro interviene abierta u ocultamente para echar abajo decisiones judiciales que darían la libertad a Lula, anulando virtualmente, lo que tanto trabajo y tiempo le costó urdir, amparado en la amplia preparación que tuvo en el propio Estados Unidos.

Ya en enero último impidió que un tribunal brasileño revocara la sentencia de nueve años que le impuso a Lula, luego elevada a más de 12 por el Tribunal Supremo Federal. En junio, la Corte Suprema de Brasil había declarado inconstitucional la conducción coercitiva del caso que había llevado a cabo desde el 2016, destacando en esto el juez Gilmar Mendes, pero todo fue inútil ante la manifiesta decisión de impedir que la figura más popular de Brasil volviera a ocupar la Presidencia.

En abril, Lula fue internado e incomunicado en la prisión de Curitiba por decisión del futuro Ministro de Justicia, quien había “lamentado” tomar esa medida contra una alta figura de la política, pero tenía que cumplir con su deber.

Luego, en julio, el Tribunal Regional de Porto Alegre solicitó la liberación de Lula, tras lo cual intervino telefónicamente Moro para anular la decisión del juez Rodrigo Favelo, a quien la prensa de derecha acusó de pertenecer al opositor Partido de los Trabajadores, fundado por el condenado.Moro se hallaba vacacionando en España, donde había contactado con sus amigos de la variada gusanera política residente en Miami.

Esta vez, hizo intervenir al presidente del Supremo Tribunal Federal de Brasil para que anulara el fallo de uno de sus integrantes, quien había dictado horas antes una medida cautelar que podría haber dejado libre a Lula.

El magistrado Marco Aurelio Mello había emitido este miércoles un fallo a favor de suspender la entrada en prisión de los condenados en segunda instancia, lo cual, subrayo, podría facilitar la excarcelación del expresidente. El jurisconsulto tomó "la decisión preliminar de reconocer la armonía con la Constitución Federal del artículo 283 del Código de Procedimiento Penal para determinar la suspensión de la ejecución de la sentencia" que no sea definitiva, según informó el diario brasileño Folha.

Desde el 2016 el Tribunal Supremo debate dos acciones legales contra la entrada en prisión, tras la ratificación de una condena en segunda instancia. El magistrado Mello había sido designado como el relator del caso y, aunque su dictamen era importante, está previsto que el pleno adopte una decisión definitiva el 10 de abril del 2019.

La defensa de Lula había intentado que el Supremo resolviera esta duda procesal en el primer semestre de este año, antes de que se conociera el fallo en segunda instancia sobre su condena, pero la presidenta del alto tribunal, Carmen Lucia, se negó a adelantar el debate. Detrás de todo esto, por supuesto, está el propio Moro.

Hoy, miles de brasileños participan en una vigilia navideña, en la continuación de la lucha pacífica para sacar de prisión al connotado líder revolucionario, en el curso de la dura y difícil tarea de derrotar con una férrea resistencia los designios del régimen fascista aupado y arropado por el Imperio.

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