Inocencia, a mitad de camino, en Festival de La Habana

Inocencia, a mitad de camino, en Festival de La Habana
Fecha de publicación: 
8 Diciembre 2018
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Amigos con resquemores aunque socios inseparables, el cine y la historia se dieron la mano una vez más con Inocencia, largometraje cubano en competencia en el Festival de La Habana.

La dirección de actores es uno de los elementos esenciales en una producción del séptimo arte y este es precisamente el talón de Aquiles de la película de Alejandro Gil, un relato basado en hechos reales que se resiente también en su extensión de poco más de dos horas.

Pero se trata asimismo de un caso archiconocido en Cuba desde hace más de dos siglos. Cada 27 de noviembre se recuerda en la isla caribeña con especial emoción el oscuro capítulo del fusilamiento de ocho estudiantes de medicina en la época colonial española.

Estrenada en la emblemática sala Charles Chaplin de esta capital en presencia de su realizador, la cinta despertó muestras de admiración, respeto y hasta largas ovaciones del público.

Marca la muerte en noviembre de 1871 de los ocho jóvenes estudiantes de medicina, con edades entre 17 y 21 años, en una suerte de vendetta del cuerpo de Voluntarios afines a la Metrópoli y sedientos de protagonismo y sangre ante la menor señal de rebelión de la sociedad cubana de entonces.

Luego de 16 años del fusilamiento, Fermín Valdés Domínguez (Yasmani Guerrero), quien fue preso igualmente junto con sus compañeros de carrera asesinados, se dedica a investigar los sucesos con el fin de publicar un libro-denuncia, además de esmerarse en hallar los restos mortales del grupo.

Como documento y punto de referencia, Inocencia será desde ahora un film ineludible dentro de la historia de Cuba. Si bien la trama se toma las licencias normales de ciertos pasajes de ficción, intenta claramente apegarse a los hechos.

Sin embargo, si bien cuenta con un reparto de actores consolidados y otros jóvenes talentosos, saltan a la vista las irregularidades en los diálogos, frases descontextualizadas y rigor en la recreación de los ambientes.

A mitad de camino, ofrece de todas formas una producción que será altamente apreciada por los cubanos y, también, un tributo a Alonso Álvarez de la Campa, José de Marcos y Medina, Carlos Augusto de la Torre, Eladio González y Toledo, Pascual Rodríguez y Pérez, Anacleto Bermúdez, Ángel Laborde y Carlos Verdugo.

Puede desde ya apostar por lo menos al Premio Coral de la Popularidad en el 40 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.

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