Presidente de Gobierno español viaja en visita oficial a Cuba

Sánchez partirá este mediodía hacia La Habana junto a sus ministros de Asuntos Exteriores, Josep Borrell; y de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.

También acompañarán al mandatario socialdemócrata una veintena de empresarios de distintos sectores y tamaños de negocio, desde responsables de pequeñas y medianas empresas hasta compañías del Ibex 35, principal indicador bursátil español.

Entre ellos altos directivos de Telefónica e Iberia, así como los presidentes de Aena (gestor aeroportuario), Jaime García-Legaz; de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, Antonio Garamendi; y de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet.

El desplazamiento del líder socialista a la isla fue acordado en la reunión que el 25 de septiembre mantuvo en Nueva York con su par cubano, Miguel Díaz-Canel, durante la participación de ambos en la Asamblea General de la ONU.

La visita del gobernante será la primera de carácter oficial que realiza a la mayor de las Antillas un jefe del Ejecutivo español, desde la protagonizada en 1986 por su correligionario político, el también socialdemócrata Felipe González.

'Que no haya ido un presidente español en 30 años cuando están allí nuestras empresas demuestra que la política va detrás de la realidad', afirmó Sánchez en un foro organizado el 27 de septiembre, con motivo de su presencia en Nueva York.

'Lo que vamos a hacer con esta visita oficial es normalizar esas relaciones que tradicionalmente ya teníamos en muchos sectores', añadió el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, antes de confesarse emocionado ante este viaje.

Supondrá 'dar normalidad' en la política a los vínculos tradicionales que España y Cuba tienen en el ámbito económico, social y cultural, subrayó entonces.

En una comparecencia en el Senado a principios de mes, el canciller de la nación ibérica confió en que la estancia en La Habana del dirigente sirva para 'pasar página' a la llamada Posición Común europea.

Borrell aludió a la cuestionada política que durante dos décadas condicionó los vínculos de la Unión Europea con el país antillano, aprobada en 1996 a instancias del entonces gobierno conservador español de José María Aznar.

Esa medida, considerada injerencista por numerosos analistas, quedó superada con el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación suscrito en diciembre de 2016 entre el bloque comunitario y Cuba.

Con su firma, las partes entraron en una nueva era de nexos diplomáticos, que puso fin a la Posición Común impulsada por el derechista Aznar y que, a juicio del actual jefe de la diplomacia española, 'ha hecho mucho daño a las relaciones España-Cuba'.