Nuestro deporte a la luz del pensamiento y la obra de Fidel (V y final)

Nuestro deporte a la luz del pensamiento y la obra de Fidel (V y final)
Fecha de publicación: 
7 Noviembre 2018
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En Las Olimpiadas de Atenas a Moscú abordé otros aspectos del tema: “¿Acaso Cuba tenía mayor desarrollo ajedrecístico que la URSS cuando José Raúl Capablanca se hizo campeón mundial y vencía a los mejores Maestros de este país o de cualquier otro avanzado? ¿Había fortaleza en nuestra esgrima cuando Ramón Fonst, de solo 17 abriles, se convierte en París 1900 en el primer as olímpico de América Latina y, cuatro años más tarde, encabeza un seleccionado capaz de arrasar en San Luis? Fonst y también Capablanca fueron genios de sus respectivas disciplinas, capaces de derribar todos los obstáculos y burlarse de la lógica con sus condiciones excepcionales. El primero, con Francia como escenario principal, adquirió en el extranjero no solo instrucción. Y ninguno fue mordido por la miseria”.

Adiciono ahora: hablar de auge deportivo real en Kenya, Etiopía o Jamaica, obnubilados por el fetichismo de los números, es desafortunado: hay que arribar a la esencia y llevarlos al nivel fidedigno. En esos territorios no hay cultura física de envergadura: extraordinarios corredores, sí. Y ¿dónde están sus púgiles, luchadores, judocas, pesistas, tiradores, gimnastas voleibolistas, polistas, ajedrecistas, esgrimistas, basquetbolistas… ¿Hay clases de educación física para todos, masividad?

Nunca alabardero, Montesinos en su artículo Defender la obra del deporte no lanza “...un salvavidas a la actuación cubana en Río. Ni a la de Toronto. “Ninguna acción deficiente se justifica. La evaluación del Alto Rendimiento en el cuatrienio arrojó apenas cuatro deportes (de 35) evaluados de Bien. De los medallistas olímpicos solo el boxeo, pues lucha y judo recibieron Regular y el atletismo Mal”.
Hay que encontrar nuestro camino a partir de la difícil etapa: inexistente el campo socialista, el bloqueo fortificado, mercantilismo extremo, robo de músculos y heridas sin cicatrizar en nuestra cultura física. Fidel, desde sus conceptos dialécticos sobre la Revolución, inspira a combatir y desarrollarnos con “Sentido del momento histórico…” y “… cambiar todo lo que deba ser cambiado…”, sin renunciar a “…defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio…” A batallar con los pies en la tierra y las alas preparadas para usarlas cuando sea posible.

Con la acometividad que se ha procedido recién a rescatar instalaciones y crear otras, debemos entrar a optimizar la esfera, que no es excepción para lo planteado por Raúl: ir sin prisa pero sin pausa. Arriban la remuneración, los contratos. No son varita mágica. Aparecen nuevas complicaciones, aunque la decisión está sustentada en que se recibirá “... lo que le corresponde según su trabajo”; los ingresos del atleta “...dependen de los resultados alcanzados…”; debe cumplir con su actuación en las selecciones del país, y “...tiene la posibilidad de contratarse en equipos en el exterior, protegido por el Inder y las Federaciones Deportivas, sin ser tratado como una mercancía…” y será comprendido en la Seguridad Social, según documento oficial.

Esos cambios recuerdan un artículo de René Maheu cuando él era la máxima figura de la Unesco. Declaró que junto a los reconocidos profesionales, los grandes contendientes eran no amateur, profesionales del estado (campo socialista) o de corporaciones. Las exigencias del frente obligaban dedicarse a él por entero; más de 40 años después de la publicación, dicha consagración es irreversible. Su autor añadió: si un poeta, un músico, un bailarín o un pintor cobran por lo que hacen- el arte, algo tan divino-, ¿por qué un deportista no va a tener el mismo derecho?

Gran parte de los dirigentes COI, sobre todo desde los 80, enarbolando objetividad, abrazaron lo peor del profesionalismo en busca de fabulosas ganancias que han llegado a imponer cambios en las reglas y avivan lados putrefactos. Contendientes e instructores se cansaron de no disfrutar su pedazo del pastel engullido por funcionarios, comerciantes: la televisión… Los protagonistas exigieron tajadas suculentas.

Profundizo. Profesionalismo: Cultivo o utilización de una actividad como medio de lucro. Lucro: Ganancia o provecho que se obtiene de algo, especialmente de un negocio. Profesionalidad: Calidad de profesional. Eficacia en la propia profesión. Profesional: Relativo a la profesión. Que ejerce una profesión u oficio, por oposición al aficionado. Profesión: Actividad permanente, medio de vida. Admiremos la profesionalidad, su eficacia, el aumento de las posibilidades, y no el lucro por los negocios del profesionalismo. No es igual poder entregarse al deporte de su elección, vivir para el deporte y no del deporte, porque el pueblo lo quiere, lo permite y lo festeja (nuestro caso), que la actividad pringada de diversas regiones.

Cuidado con amplificar el efecto del las innovaciones: lo económico por sí solo no encamina. El Che expresó: “...No podemos medir en términos de ingreso per cápita la posibilidad de entrar al comunismo; no hay una identificación total entre los ingresos y la sociedad comunista”. Vigorizar la formación integral de los atletas y su atención espiritual es tan imprescindible como la atención material. Los directores técnicos, los entrenadores deben ser, ante todo, forjadores: jamás pueden circunscribirse a aumentar la fuerza o la rapidez. Andar sin antivirus en ese ámbito infestado suele enviar al abismo.

Al deportista le es vital poseer gran estatura ética y cultural. Al nuestro, más. Surgido de las masas, si se separa de ellas, languidece y aun puede ser despreciado por esas mismas masas que pesaron en su adelanto y refulgencia, sin ocultar el sacrificio y las dotes personales.

Partamos de lo expresado por Fidel el 16 de septiembre de 1987, durante el recibimiento a la delegación cubana a los Panamericanos de Indianápolis: "Hay principios que están por encima de todos los demás, están por encima, incluso, de todas las medallas de oro…” Y continuemos luchando por deseo tan justo: “Soñamos con el día en que no aparezca un país europeo, muy nórdico , muy blanco y de ojos azules, cuyas competencias las realiza tanto con kenyanos, nigerianos, etíopes o ciudadanos de otros países, como con ciudadanos cubanos que se han robado…”(28-9-2000).

Se precisa reconocer las grietas de nuestro régimen atlético para eliminarlas. Lanzada la masividad a un segundo plano por muchos. Culto al campeonismo. Exaltación desmedida al somatotipo. Millones de participantes…en papeles; débil sistematicidad. Deficiencias en las clases de educación física. Soslayamiento de la política de cuadros: personas no idóneas en diversos cargos. Todo no es las EIDE y otros centros parecidos. La riqueza científica subutilizada. Apremian relaciones plenas entre el INDER y la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física. Frágil mantenimiento a las instalaciones; construcciones malas.

Urge revivir los Consejos Voluntarios, las áreas especiales y las PreEIDES, y racionalizar recursos. No caer, sobre todo en la práctica, en la antiprofesionalidad. Saber andar por los caminos de la remuneración, los contratos, la relación con las Ligas Profesionales; alejados de la burocratización, no agigantar las pausas… Mejor atención espiritual y material a la familia deportiva. Fortificar el quehacer político ideológico con creatividad, profundidad y hermosura mayores.

Se batalla en una sociedad compleja y asediada, aunque estableció relaciones con Estados Unidos que, desde sus peores círculos, ha intentado envilecernos y derrumbarnos con manjares -¡cuánto veneno traen- y el garrote presto. Las “trumpadas rubiancas “dejaron sin antifaz los asquerosos anhelos del enemigo Nuestro movimiento deportivo, el más puro del mundo, es perfectible: sin dogmatismo, debemos transformarlo y rescatarlo, y preparar el alma de los protagonistas para vencer la vileza estén donde estén. En Cuba, el deporte será siempre un derecho del pueblo.

Bibliografía:

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En especial, Historia y revolución en los diamantes, de Félix Julio, y Primer inning del béisbol revolucionario, de Carlos E. Reig Romero.

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Muñoz Machín, Jesús. Las que más brillaron. Revista Mujeres.No.1 .2015.

Ortega, Víctor Joaquín. Las Olimpiadas de Atenas a Moscú. Gente Nueva. 1979. El gran salto de las lides el músculo. Forma parte de la Enciclopedia Cuba. Historia, cultura y sociedad. Editorial Gala, 2012.

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