La población envejecida cubana realiza su aporte a la sociedad

La población envejecida cubana realiza su aporte a la sociedad
Fecha de publicación: 
29 Octubre 2018
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     El científico explicó que en Cuba el 20,1 por ciento de las personas sobrepasa la citada edad, circunstancia que la convierte en el país más envejecido de América Latina y el Caribe, con la responsabilidad de atenderlas y –también-  de  aprovechar  las capacidades físicas e intelectuales de gran parte de ellas.

     Calificó a la década que transcurre entre los 60 y 70 años como una etapa en la que, como norma, el ser humano posee todavía capacidad laboral, experiencia, y sentido de la disciplina, cualidades de las que el Estado debe beneficiarse.  

    Señaló que en sentido general se refiere a intelectuales: médicos, profesores, escritores, periodistas, profesiones que no son sedentarias, pero que el esfuerzo físico que requieren no está en contradicción con la edad, sin menoscabo de que puedan emplearse directamente en la producción, las que no cuentan con esa calificación, pero sí con salud y fortaleza física.  

    Ese grupo etario, que mantiene una vida laboral activa, necesaria para el país, desmiente la creencia de que la persona envejecida es sólo aquella que se jubiló a la edad requerida, hace la cola del pan o está meciéndose en el sillón de su casa, o en un Hogar de Ancianos.

  Esa es una parte de la población que ya rebasó los 60 años, pero no toda, insistió. 

  Aclaró que el alto envejecimiento en Cuba es efecto del incremento de la esperanza de vida, y de su sistema de seguridad y asistencia social, uno de los logros de la Revolución reconocidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

   Durante los primeros cinco meses de 2018 se alcanzó la tasa de mortalidad infantil más baja registrada de la historia, con un índice de 3,9 por cada mil nacidos vivos, una décima menos que la reportada  al cierre del pasado año.

  Junto a esos factores de la dinámica demográfica, existen algunos que la perjudican: las migraciones, tanto hacia otro país, como dentro del nuestro: de provincias a la capital, y  del campo a la ciudad, lo cual disminuye la fuerza de trabajo para la producción agropecuaria, sentenció.

  Pero también –acotó el entrevistado- influye negativamente la baja fecundidad (cantidad de nacimientos), ya que la mujer cuando termina la etapa reproductiva debe dejar 2,1 hijos como promedio, para  el incremento de la población  de cero a 14, y de 14 a 59 años.

   Calificó de deseable ese índice, que  en nuestro país está muy por debajo y se mueve entre el  1,6 y 1,7 por ciento, y conspira contra el “rejuvenecimiento"  poblacional a que se aspira.

   Aja Díaz  presidió  en Guantánamo y en el resto de las provincias orientales  seminarios impartidos por especialistas del CEDEM para explicar las estrategias locales  que atenúen las consecuencias del excesivo envejecimiento en la mayor de las Antillas.

   Aseveró que durante esos encuentros se analizó la  Plataforma articulada para el desarrollo integral territorial sostenible en Cuba (PADIS), acordada entre el Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX) y El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en mayo de 2014.

   Ese Programa Marco favorece las articulaciones entre niveles de gobierno (local-provincial-nacional) y empodera a las autoridades territoriales para potenciar el desempeño de los actores involucrados en el desarrollo, entre los cuales figuran las personas de la tercera edad incorporadas a la vida laboral.

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