Incansable búsqueda del submarino argentino

Según la agenda congresal, Román Alfonso (capitán retirado) y Juan Carlos Aboondanza, capitán de navío, fueron citados para dar sus opiniones como lo han hecho en estos últimos meses otros militares que han prestado también declaraciones ante la jueza federal Marta Yáñez, que lleva la causa.

Muchos argentinos siguen con dudas y angustia y cada día 15, cuando pasa otro mes más, se preguntan qué pudo haber ocurrido con la mole de hierro, en la que viajaban 44 oficiales.

Desde que se reanudó la búsqueda tras la contratación de la empresa estadounidense Ocean Infinity, todos los objetos localizados han sido descartados y ni un rastro ha habido del submarino que prestaba servicio a la Armada desde 1986, y del que se perdió contacto cuando regresaba desde Ushuaia a Mar del Plata, su apostadero habitual.

La única información oficial sigue siendo la aportada por la embajada de Austria en Buenos Aires, que registró un evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión en el lugar cercano donde se perdió, a 200 kilómetros de la costa de Chubut ese 15 de noviembre de 2017.

La empresa norteamericana se centra en un área a unas 300 millas en línea recta desde la ciudad de Comodoro Rivadavia, con vehículos autónomos submarinos (AUV por sus siglas en inglés) pero hasta ahora sigue sin aparecer.

Con la esperanza puesta en el Seabed Constructor y el equipo interdisciplinario que viaja en esta misión, cuatro familiares ejercen como veedores y reportan cada día detalles desde las frías aguas del atlántico.

Uno de ellos es Luis Tagliapietra, el padre del oficial Alejandro Damián y abogado querellante en la causa, quien la víspera cumplió años a bordo del navío y con sus ojos puestos en el mar a la espera de saber algo que permita dar con el paradero del sumergible.

Junto a este padre guerrero, que pasó junto a otros familiares varias semanas bajo lluvia, sol, sereno y heladas madrugadas en acampe frente a la Casa Rosada para pedir reanudar la búsqueda, están también otros tres familiares.

Una de ellas es Silvina, hermana de Eliana Krawczyk, la única tripulante femenina que viajaba en el sumergible y la primera mujer en toda América Latina en ejercer esa profesión; los otros son José Luis Castillo (hermano de Enrique Castillo), y Fernando Arjona (hermano de Alberto Arjona).