Joven y artista: Harold Merino, música soñada y viceversa (+ Video)

Su primer fonograma, Un Time, logró tres nominaciones en el prestigioso certamen del disco cubano y, con apenas 23 años, le trajo a Harold Merino el premio en la categoría de Música electrónica y electroacústica. ¿Qué se siente?

«Una satisfacción tremenda. No solamente haber sido premiado, sino haber estado nominado en tres categorías, y en una de ellas con grandes de la música como Lezcay. El mismo Casabe creo que también estuvo nominado, así que es una satisfacción tremenda».

En el apartado de notas discográficas también se llevó el lauro Un Time, con los textos de Alberto Garrandés que complementan la propuesta musical. ¿Cómo se establece esa relación?

«Es un recopilatorio de todos los sueños que yo he tenido a lo largo de mi carrera, que he decidido hacerles la música, pero bueno, como yo no soy muy bueno hablando, decidí ir al maestro Garrandés, porque tenemos una amistad de años, y le pedí que transcribiera estos sueños, para que no fuera solamente una obra audible, sino que fuera visible también, y me dijo: perfecto, tú me dices los personajes que quieres; yo le expliqué mi idea y bueno, terminó siendo esta obra, de la que más contento no puedo estar».

Harold estudió piano desde el nivel elemental y entró al Instituto Superior de Arte en esta especialidad; agradece los aportes de sus maestros Hernán Lopez-Nussa y Ulises Hernández y los talleres de Juan Piñera, imprescindibles en las nuevas inquietudes que lo llevaron a cambiar de carrera para Dirección musical de sonido. ¿Por qué?

«Es una rama que es muy interesante, que todos los músicos deben conocerla, porque se tratan temas de producción musical, de ingeniería de sonido, de análisis. Es algo muy completo para un músico, y te da la posibilidad de ser productor musical, de ser ingeniero de sonido, trabajar en discos. Tuve un interés especial con la composición desde pequeño y siempre estuve en este medio de la música, en los estudios con los jazzistas, y por ahí es que empiezo mis composiciones, por el jazz, soy un gran fanático del jazz. La música electrónica no llegó hasta tercero o cuarto año de nivel medio, cuando empezó a interesarme la música de Juan Blanco, Fariñas, Juan Piñera, que precisamente a través de él es que empiezo a conocer a estos compositores cubanos, porque Piñera imparte un taller sobre composición en el que tú llevas tus obras y él dice lo que opina, te hace sugerencias, y a mí me dijo: escucha a estos compositores y después discutimos en clases.

«Después me empezó a interesar la música electrónica de los Dj nacionales e internacionales, es decir, la música dance, el IDN, el house; entonces, como ya tengo un nivel de formación académica, dije: voy a hacer una música electrónica que vincule todo eso que he hecho, sea composición, jazz, y empecé a trabajar con pianos eléctricos y hace unos siete u ocho años empecé a hacer mis primeras cosas».

Y ahí está la génesis de Un Time, pero ¿cuánto hubo que recorrer hasta llegar al disco?

«Al principio fue difícil, porque uno tiene que primero manejar el software; uno puede tener las ideas en la cabeza, pero hasta que no aprendas a manejar el software, no puedes hacer absolutamente nada, y esa fue una tarea de cinco años más o menos… A partir de ahí, dije: bueno, voy a empezar un proyecto para más o menos resumir este tiempo, y entonces fui cogiendo temas para construir algo aparentemente coherente, y resultó este disco, que exactamente lo que intento es resumir toda esa experiencia a lo largo de todos mis pocos años de experiencia en el mundo de la música, traté de ponerlos ahí y decir: esta es mi obra; díganme qué opinan, qué les parece; dénme un consejo; ayúdenme, porque la verdad, esto es un mundo precioso. En el mundo de la música electrónica siempre estás innovando, siempre estás buscando sonoridades nuevas y nunca sabes hasta dónde vas a llegar.

«Cuando me decidí a iniciar el proyecto, ya tenía cinco temas. Todos eran sueños; generalmente el compositor escribe de sus vivencias, de lo que sueña, y yo dije: bueno, espero soñar más… También por eso fue un disco tan trabajoso, porque uno no se acuerda de todo lo que sueña, entonces con lo que me acordaba trataba de levantarme de madrugada y empezaba una línea melódica, algo que me diera el punto de esa historia».

Un Time llevó tiempo, valga la redundancia; tres años duró el proceso de creación y producción. Ahora tiene por delante el concierto de presentación, que será en diciembre, probablemente en el Museo Nacional de Bellas Artes. ¿Cómo lo has planeado?

«Quiero que sea un show; yo no quiero ser el objeto de referencia, voy a estar con los pianos haciendo la música en vivo, pero quiero que se centren en todo lo que va a estar pasando alrededor, y tengo invitados a varios artistas de la danza, de la música, para que me ayuden a concebir este sueño».

¿Proyectos?

«Estoy trabajando en mi próximo disco, espero que salga el año que viene, y también en un proyecto bastante interesante con un músico cubano joven también, estudió conmigo, que se llama Cristofer Sims, que es cantante, trovador, violinista, entonces estamos consolidando también un proyecto de disco juntos».

¿Y el piano, la música clásica, qué lugar tienen en tus sueños profesionales?

«Para hacer música electrónica y hacer mi proyecto, fue necesaria la formación clásica, y el piano clásico es algo que no puedo dejar de lado, es mi pasión, incluso algunos temas vienen a mi cabeza a través de melodías de la música clásica, porque Shopan, Debussy y Mozart son mis compositores preferidos. Nunca quisiera dejar de tocar piano y en algún momento componer algo para orquesta sinfónica con música electrónica y los pianos, es decir, ese es mi sueño para de aquí a unos años, y quiero empezar a trabajar en eso… Hay que seguir estudiando, hay que seguir esforzándose para hacerle llegar al público tu manera de ver las cosas, tu manera de pensar…».