Los fantasmas que atacan al Partido

Los fantasmas que atacan al Partido
Fecha de publicación: 
21 Septiembre 2018
0
Imagen principal: 

Uno de ellos que nos quiere contar la historia de la Revolución a su manera y busca autentificar sus criterios citando a personalidades que jugaron un determinado rol dentro de ella, se pregunta, “¿están dispuestos los cubanos a entregarles toda la confianza que le entregaron a Fidel y a Raúl, a ese demiurgo impersonal que es el Partido?”.

Este Chales Chaplin y para no ofender al gran artista aclaro que lo menciono porque encuentro similitud en el andar desorganizado y trastabillante de su personaje Charlot (solo en eso), con el caminar politico zizageante de este muy poco ético “historiador”.

Es característico de este tipo de personajes utilizar palabras rebuscadas para tratar de trasmitir sus nocivas ideas de una forma solapada, en este caso el apócrifo “escritor” introduce la palabra demiurgo, de un uso poco frecuente y de acepciones complejas, veamos:

La filosofía platónica y la gnóstica le dan significados diferentes. De acuerdo con Platón, el demiurgo se encarga de copiar las ideas (perfectas) en la materia (imperfecta). Para los gnósticos, en cambio, el demiurgo tiene la función de ordenar el mundo material y resulta la encarnación de lo maligno, ya que ata al ser humano a las pasiones de la materia.

¿Cuál de las dos interpretaciones es la que asume este metatrancoso?

Para no caer en lo que critico especifico que metatrancoso es una persona de discurso falso (mentiroso), seudointelectual en el que intenta demostrar una cultura que no posee.

Quien se expresa con honestidad, lo hace con claridad utilizando un lenguaje asequible para que sus ideas y criterios puedan ser juzgados con objetividad, de otra forma pone en duda sus intenciones y deja mucho que desear de su valor y de la limpieza de sus planteamientos.

El metatrancoso considera que Fidel ya está ausente. Asociar la desaparición física del líder histórico de la Revolución cubana, al desvanecimiento de su legado e ideas de la mente  de los militantes del PCC y del pueblo en general, es un error cometido a conciencia, cuya intención no puede ser otra que fomentar la duda acerca de si es o no aconsejable continuar confiando en el PCC, ahora que él no está.

Sugerir que la desaparición física de los líderes de la generación histórica que iniciaron la revolución y la guiaron con particular sabiduría, coherencia y firmeza de principios en todos estos años, hace que el Partido pierda su confiabilidad y prestigio, es además de un planteamiento de oscuras intenciones, una supina ignorancia de lo que es y significa en realidad el Partido Comunista de Cuba.

El metatrancoso torpemente soslaya que sus militantes son ciudadanos cubanos de los más diversos extractos sociales que se destacan en los ámbitos donde se desempeñan y tienen iguales obligaciones y derechos que el resto de sus compatriotas. No es un partido de elites, es un partido del pueblo y por lo tanto responde a los intereses de este, esa condición hace imposible una traición del Partido al pueblo, porque el pueblo no puede traicionarse a sí mismo.  

Al tratar de sembrar la duda sobre la fidelidad del PCC al legado del Jefe de la Revolución y al pueblo, se está atacando y pretendiendo debilitar el principal factor que garantiza la unidad de los cubanos y como el que escribe no es ningún iluso, su intención no puede ser otra que dar su aporte al inútil esfuerzo de dividirnos y al irrealizable sueño de que nos dejemos arrastrar por esas infundadas ideas, para como ovejas dirigirnos directamente al matadero de nuestro proyecto social. 

Que hable Fidel: “…el Partido dirige, (…), de una forma ideológica, traza estrategias, pero comparte eso con la administración del Estado, lo comparte con el Parlamento de la República, lo comparte con las organizaciones de masas. Es otro concepto que el concepto que hubo en otros países socialistas, que eso fue motivo de privilegios, de corrupción, y fue motivo de abuso de poder.

“…La revolución no se basa en ideas caudillistas, ni en culto a la personalidad. No se concibe en el socialismo un caudillo, (…), donde la gente haga las cosas únicamente porque tiene confianza ciega en el jefe o porque el jefe se lo pide. La revolución se basa en principios. Y las ideas que nosotros defendemos son, hace ya tiempo, las ideas de todo el pueblo”.

(Libro Cien Horas con Fidel)

“…Solo el Partido, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, solo el Partido, repito, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en el único Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz.

Raúl, Clausura de la Primera Conferencia Nacional del Partido, 29 de enero del 2012

 ¿Entendió señor metatrancoso el por qué el pueblo cubano confía en su partido y no necesita de sus malos y desautorizados consejos; que por demás nadie le ha pedido?

Asimismo, le digo que quien en estos momentos definitorios para la patria trata de sembrar la duda sobre el partido, minar la confianza del pueblo en él, socavar su prestigio y autoridad no es, ni puede ser un revolucionario es un contrarrevolucionario al igual que los que compartan sus ideas.

Pueden si lo desean empezar a chillar.

Tomado de PostCuba

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.