Rumbo a Lima 2019: El canotaje y su fidelidad a la tradición

Rumbo a Lima 2019: El canotaje y su fidelidad a la tradición
Fecha de publicación: 
23 Septiembre 2018
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Serguey Torres y Fernando Jorge Dayán han hecho un tándem envidiable, y conquistaron el lago Danook de la ciudad canadiense de Dartmouth, sede del Campeonato Panamericano de la disciplina y donde comandaron la clasificación de nuestra escuadra completa a los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Créanme cuando les digo que atestiguar la estabilidad en la élite mundial del C-2 cubano, el bote con más tradición en la historia de nuestro canotaje, me satisface sobremanera.

Serguey Torres y Fernando Jorge Dayán han hecho un tándem envidiable, y conquistaron el lago Danook de la ciudad canadiense de Dartmouth, sede del Campeonato Panamericano de la disciplina y donde comandaron la clasificación de nuestra escuadra completa a los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Así estaremos representados por embarcaciones antillanas en las cuatro pruebas de la canoa (m y f) y ocho en el kayac (m y f), con la posibilidad para nuestros canoístas de sacarse la espinita de Toronto 2015, pues allí en el lago Welland el C-2 a mil metros y el C-1 a 200 tuvieron que conformarse con bronce, en tanto el C-1 no sacó medallas. Algo insospechado si se toma como referente que desde que el C-2 se impuso en Indianápolis 1987 y luego Armando Silega dobló en La Habana 1991, siempre esa modalidad ha aportado al menos un metal áureo paletadas mediante en citas múltiples continentales.

En aguas canadienses la dupla de Serguey y Fernando Dayán se alzó a la distancia de mil metros (3:36.710 minutos), al tiempo que el propio Fernando se alzó en el C-1 a mil (4:19.322); y la kayacista Mayvihanet Borges (50.890 segundos) sorprendió gratamente en la canoa a 200 metros para redondear el tercer cetro de la comitiva que de manera global aseguró presencia en aguas del Cuzco por intermedio de la canoa monoplaza masculina y femenina, a las distancias de mil y 200 metros, respectivamente; y la biplaza (m y f), a mil y 500 metros, en ese orden.

Mientras en el kayac estarán por los varones el K-1 (200 y mil metros), el K-2 (mil metros) y el K-4 (500 metros); en tanto los pasaportes en el femenino son a la cuenta del K-1 (200 y 500), el K-2 (500 metros) y el K-4 (500 metros).

Ciertamente no solo de cara a Lima, sino que también en lo que resta de ciclo rumbo a Tokio 2020 por su permanencia en la élite universal constituye la canoa biplaza masculina la embarcación de mayor empuje, la bujía de la disciplina que calificó como una de las de vanguardia en materia de clasificación con todas sus tripulaciones a la cita multideportiva continental.

A propósito, desde la edición de La Habana 1991 en la que Cuba prácticamente barrió al adueñarse de diez de los 13 títulos en disputa, siempre hemos coqueteado o materializado el dominio en América. En lo adelante Mar del Plata 1995 nos vio culminar segundos (4-2-3) al acecho de Estados Unidos (5-4-0); Winnipeg 1999 nos deparó igualmente la segunda plaza con idénticos tres metales de cada color y Canadá delante (4-2-1).

Santo Domingo 2003 reservó para Cuba la gloria mayor gracias a cinco coronas; en tanto Río 2007 nos colocó de nuevo en el segundo peldaño (3-4-2) ahora a espaldas de México (5-1-1).

En la actual década Guadalajara 2011 significó imponernos (4-3-2) por una nariz (4-2-1) a Canadá. Cierra precisamente la edición de Toronto 2015, cuando la capacidad de nuestros piragüistas una vez más superó la de los anfitriones, en esta ocasión (6-2-2) por (5-5-4).

A continuación se ubicaron, Brasil (3-6-5), Estados Unidos (3-1-1), Argentina (1-3-4), Ecuador (0-1-1) y México (0-0-2).
Puntales en ese rendimiento devinieron Jorge García y Yusmary Mengana, cada uno con tres vellocinos per cápita en diferentes eventos del kayak.

En el orden individual las figuras que están llamadas a reemplazar al capitalino conocido como “el petrolero”, y la pinera acogida a la maternidad son Fidel Vargas y Yurieni Guerra, pero ninguno de los dos llegan aún al nivel de calidad de sus predecesores, capaces de clasificarse incluso a finales A en certámenes del orbe, fundamentalmente Mengana.

De ahí que en el caso del kayak las mayores opciones, sin menospreciar el posible crecimiento de Vargas y Guerra en la ruta que le resta hasta la hora cero en Perú, pasen por las tripulaciones colectivas.

Un total de 169 atletas se inscribirán en la lid de canotaje de los Juegos Panamericanos, con asiento en el lago TBD de Lima (sprint), y en Río Canete, ciudad de Lunahuaná el slalom. La modalidad que nos compete inscribirá como es habitual a 60 piragüistas de cada sexo más cinco wild cards; mientras en el slalom pugnarán 44 (22 hombres y otras tantas féminas.

La Mayor de las Antillas se inscribe como la nación con mayor número de botes presentes (12 e igual cantidad de efectivos), sin contar los anfitriones peruanos. Le siguen a continuación Canadá (11-16), México y Estados Unidos (10-13), Brasil (9-10), y Argentina (8-12), precisamente los rivales de mayor consideración.

Lima no dejará de estar en el horizonte hasta el 11 de agosto del próximo año, cuando caiga el telón de las acciones en los XVIII Juegos Panamericanos. Al menos en esta regata clasificatoria, el canotaje hizo sus deberes.

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