Ajedrez cubano: Jaque entre ausencias y la Olimpiada

Ajedrez cubano: Jaque entre ausencias y la Olimpiada
Fecha de publicación: 
17 Septiembre 2018
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Los grandes amantes del ajedrez ya comienzan a estar de plácemes ante la inminencia de la Olimpiada Mundial de Batumi, ciudad costera georgiana del Mar Negro, a efectuarse del 23 de septiembre al 7 de octubre.

La nómina varonil de Cuba, con tres séptimos lugares en el recuerdo como rendimientos más decorosos en las ediciones de Novi Sad 1990, Calviá 2004, y Tromso 2014, esta vez carece del poder de fuego de otras comparecencias, y bajo la capitanía del debutante Rodney Pérez, estará comandada atendiendo a su Elo, por el GM Yusnel Bacallao con 2 588 puntos, escoltado por Yuri Gonzáles y el debutante Omar Almeida, que aparecen con 2 566 y 2 540, respectivamente.

Por su parte, el GM Isan Ortiz, con 2 527 unidades, es cuarto en el ranking del equipo, que completa el novato Yasser Quesada, incluido por el tunero Lázaro Bruzón, y que exhibe un Elo de 2 523 puntos.

Viajando en el tiempo tenemos que de la armada que nos representó en Calviá 2004 (Leinier Domínguez, Bruzón, Neuris Delgado, Jesús Nogueiras, Walter Arencibia, y Yuniesky Quesada), ninguno sobrevive.

De hecho, las ausencia de Bruzón responde a problemas de salud relacionados con una infección en el colon que desde hace algún tiempo padece, según el propio ajedrecista manifestó al colega Rafael Pérez Valdés, luego de que viajara a Estados Unidos en principio por razones personales y para participar en un torneo trebejístico preparatorio como preámbulo de su incorporación al concentrado que comenzaría el 10 de septiembre.

Lo cierto es que ante esa situación, la Comisión Nacional le sugirió regresara a Cuba para organizar su debido tratamiento a través del Instituto de Medicina del Deporte, y de inmediato fue sustituido del equipo olímpico, colocando en su lugar al Gran Maestro Yaser Quesada.

En los intercambios sucesivos, Bruzón explicó que ya se encontraba bajo tratamiento médico y que además valoraba la posibilidad de estudiar en Estados Unidos. Por cierto, el tunero formará parte del equipo SPICE de la Universidad de Webster, con sede en el estado de Missouri, donde jugará junto a su coterráneo Yuniesky Quesada la temporada 2018-2019, otrora miembro de la selección nacional cubana, a la cual no pertenece desde hace dos años.

Si bien no es un deporte de los más seguidos o difundidos en nuestro país, a pesar de la amplia masificación con la que cuenta, el ajedrez ha sufrido considerablemente el éxodo de figuras, fundamentalmente de relieve.

Las causas pueden ser disímiles. Algunos, como el propio Bruzón, alegan la ausencia de los medios idóneos necesarios para fortalecer su sistema de juego y continuar en ascenso, en este caso puntual la posibilidad de tener internet en sus casas, una herramienta crucial dentro del desarrollo del juego ciencia contemporáneo.

Desde mi perspectiva, la adquirida luego de seguir este deporte por espacio de casi 14 años considero que el ajedrez es una de las disciplinas que mayor nivel de autonomía tiene en la Isla. Los principales jugadores planifican su ruta crítica competitiva, a excepción de aquellos compromisos en los cuales deben pugnar bajo el amparo de selección nacional; el Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez (ISLA) es una institución que funciona como puente y principal escenario de evolución y potenciación de ajedrecistas, además de manejarse con cierta flexibilidad cuestiones relacionadas con las condiciones bajo las que se inscribirían en torneos, viajes, trámites de visados y otras cuestiones.

No resulta el caso de Bruzón el primero de este tipo. Antes el propio jugador tuvo un impasse similar por espacio de poco más de un año. Leinier Domínguez, principal figura del mundo de los trebejos en Cuba también pidió salir de la selección antillana por motivos personales y en la actualidad se encuentra radicado en los Estados Unidos.

También reconozco que el ajedrez posee un sistema muy particular de entrenamiento, con equipos de análisis multinacionales seleccionados por los jugadores del top, a tenor con los homólogos que cada uno de los miembros del pelotón de vanguardia considere necesarios en su elenco.

Independientemente de todos estos asuntos, la ausencia tanto de Leinier Domínguez, Lázaro Bruzón, Yuniesly Quesada, Neuris Delgado… o cualquier otro ajedrecista de la Mayor de las Antillas que en estos momentos no defienda al plantel en la arena internacional, pasa en primer punto por una decisión personal, relacionada en algunos casos como en el de Leinier, con el tiempo que estuvo sin disputar partidas clásicas y por consiguiente la pérdida de su ubicación en el ranking, y no a una exclusión o expulsión por parte de la Federación cubana.

También considero válido acotar que el fenómeno de nacionalización en el mundo de los trebejos, es cada vez más creciente. Baste mencionar los casos recientes y contundentes del otrora italiano Fabiano Caruana y el antes filipino Wesley So. Ambos insertados en el top-ten universal en más de una ocasión y actualmente miembros de la potentísima escuadra estadounidense.

De vuelta a Bruzón, sus circunstancias actuales condujeron a que se le cerrara su contrato con el INDER y cesara como matrícula de la ESFAAR Cardín, además de dejar de pertenecer a la preselección nacional de Cuba, principalmente por violar las normas relacionadas con su contratación.

La Comisión Nacional de Ajedrez argumenta que se mantiene en contacto con Bruzón a fin de seguir al tanto de su estado de salud, y le ha reiterado la disposición del organismo deportivo cubano a contribuir a su evaluación y tratamiento una vez lo decida.

Bruzón por su parte manifestó su disposición de seguir representando a Cuba en certámenes internacionales.

De cualquier manera esa es la realidad que persiste y golpea. Los principales talentos del mundo de los trebejos en Cuba, por distintas razones han dejado de representarnos. En Batumi, Georgia, será visible la ausencia, cuando Caissa anuncie el inicio de las partidas.

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