The Best se desprestigia

Sin embargo, este año me parece que The Best ha perdido la brújula, supongo que por haberle dado demasiado protagonismo a los internautas.

Solo así puedo explicarme que en la terna finalista al galardón acompañe al portugués Cristiano Ronaldo y al croata Luka Modric el egipcio Mohamed Salah.

No es que el africano carezca de mérito alguno, pero a diferencia de los premios de la UEFA, donde sí me pareció justa la presencia de este trío, en el The Best se toman en cuenta todas las competiciones del año, y en año de Mundial, el Rey es el Mundial.

Salah protagonizó una campaña impresionante con el Liverpool inglés, y fue el principal responsable de la clasificación de Egipto a Rusia-2018, pero no ganó ningún título con los Reds, y en el Mundial apenas jugó dos encuentros y se marchó en la primera fase.

Por eso me parece inconcebible que aparezca entre los finalistas en lugar de Antoine Griezmann o Kylian Mbappé, que fueron campeones mundiales con Francia y brillaron en el certamen del orbe.

Para el The Best votan periodistas, los capitanes y los entrenadores de las federaciones afiliadas a la Federación Internacional de Fútbol, pero estoy seguro de que detrás de esto estuvo fundamentalmente el voto de los aficionados.

Con todo un país detrás, Salah debió haber sumado una buena cantidad de sufragios, por eso creo que la FIFA debe tomar cartas en el asunto y repensar la forma de selección.

Quizás para escoger el premio Puskas, el del mejor gol de año, sí deben tener protagonismo los aficionados, porque en definitiva las diferencias son mínimas y casi siempre caen en el campo de la apreciación personal, pero para definir al mejor futbolista de una temporada hay que ser más serios.

En año de Mundial, no puede pasar que no haya ningún campeón mundial entre los finalistas, y reitero, no creo que la pifia sea atribuible a los periodistas, capitanes y entrenadores que emitieron sus criterios, sino a los ciberaficionados.

En este sentido, la FIFA quizás debiera contar doble a los primeros, o darle medio voto a los fanáticos, pero ponerlos a todos al mismo nivel puede traer cosas como la que acabamos de ver.

Ya este año me parecía que el The Best y el Balón de Oro separarían sus caminos en cuanto al ganador, pero ahora es casi seguro que habrá notables variantes entre los encumbrados.