Cuba: el Callejón de Hamel, lugar muy visitado de La Habana

Cuba: el Callejón de Hamel, lugar muy visitado de La Habana
Fecha de publicación: 
2 Septiembre 2018
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Esto ocurre en momentos que la capital cubana se prepara para cumplir sus 500 años el 16 de noviembre de 2019.

Cosmopolita y animado, con bailes de origen africano todos los domingos al mediodía, así de simple y compleja puede ser la descripción del Callejón de Hamel, fiesta cubana perenne para quienes aman la alegría.

Se trata de un centro de adoración, relacionado con la Santería o Regla de Ocha, traída en el siglo XVI por los esclavos africanos obligados a trabajar en Cuba por los colonizadores españoles.

Sin embargo, ese escenario (Callejón de Hamel entre Aramburu y Hospital, Centro Habana) constituye mucho más de lo que a simple vista se puede apreciar, pues se trata de un proyecto de cultura comunitaria iniciado por el pintor cubano Salvador González.

Pinturas, símbolos religiosos y nacionales acompañan los edificios y casas que cubren el Callejón. Un colorido que inunda, dibujado en portones, rejas, fachadas y hasta en los cierres de algunas viviendas.

La Santería es una fusión de creencias que incluyen hasta elementos del catolicismo y el africanismo en general.

Estos factores se entrelazan en el callejón, cuyo nombre proviene del estadounidense-franco-alemán Fernando Belleau de Hamel, transportista de armas durante la Guerra de Secesión (1861-1865) y que luego se instaló en ese lugar.

Pero su valor se resalta en 1990 cuando comienza la iniciativa del artista Salvador, quien se codeó de activos colaboradores para desarrollar esa idea.

Entonces todas las paredes se llenaron de pinturas, murales muy interesantes que convirtieron inmediatamente al lugar en un punto de visita y credo.

Se instalaron pequeños talleres, galerías de arte y altares con enfoque en tres religiones de origen africano: Santería, Palo Monte y la cofradía Abakuá.

Entre sus visitantes ilustres estuvieron los estadounidenses Harry Belafonte y Sidney Pollack o el fallecido cantante cubano Francisco Repilado, conocido en el mundo como Compay Segundo.

Se trata de una especie de enclave en el barrio de Cayo Hueso, uno de los más humildes y conocidos de la ciudad-capital.

Salvador pintó murales que cubren toda la altura y ancho de cada casa, edificios y hasta los tanques de agua, además de expandir su arte hasta otras plazas cercanas.

El lugar se transformó de un apartado lugar en medio del cosmopolitismo citadino en un sitio de cultura, en una verdadera y perenne galería de arte.

Aparece el predominio de colores vivos como el rojo, y las formas de estilo cubista, surrealista y expresionista. Allí inundan las pinturas de los edificios de vecinos de hasta cuatro y más plantas.

Desde 1993, comenzó realmente la presentación de encuentros culturales de distinto tipo, todos relacionados con los temas que se muestran en el lugar.

Un espacio realmente único, fotografiado por viajeros llegados a la isla en plan de turismo o ejecutivos deseosos de conocer más de cerca la cultura autóctona insular.

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