Woody Allen se convierte en un presunto espía de la Guerra Fría

Woody Allen se convierte en un presunto espía de la Guerra Fría
Fecha de publicación: 
4 Julio 2012
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A comienzos de los noventa, Woody Allen conocía uno de sus mejores momentos artísticos con el estreno de Balas sobre Broadway, una divertida comedia que consiguió varias candidaturas a los premios Óscar y una estatuilla para Dianne Wiest, galardonada como mejor actriz secundaria.

Casi a la vez, la televisión le brindaba la oportunidad de revisitar uno de sus trabajos teatrales, Don’t drink the water. Aquella obra seguía las peripecias de los miembros de una familia norteamericana que son acusados de espías durante su visita a un país del Telón de Acero durante la Guerra Fría. Asustados, se refugian en la embajada americana y provocan un particular incidente diplomático.

El genio neoyorquino había conseguido un gran éxito con el primer montaje teatral en 1966, aunque estaba muy decepcionado con Los USA en zona rusa (1969), la adaptación al cine que había realizado el director Howard Morris con el cómico Jackie Gleason como protagonista.

La televisión le ofreció entonces la posibilidad de mostrar su visión de una historia creada casi tres décadas antes. Él mismo se encargó de interpretar a uno de los protagonistas, el restaurador estadounidense que entra en la embajada.

Mayim Bialik, famosa entonces por su participación en la serie Blossom, se encargaría de dar vida a su hija; y Michael J. Fox, el protagonista de la franquicia Regreso al futuro, se pondría en la piel del desastrado hijo del embajador en el país del Telón de Acero.

El resultado, que ahora edita Emon en deuvedé con el título de Los USA en zona rusa, es una película menor que, sin embargo, está muy por encima de los trabajos menos afortunados de Allen para el cine.

Muchas de las señas de identidad del realizador están aquí presentes. Los sobrios títulos en blanco y negro, el humor absurdo y los planos secuencia fotografiados por Carlo Di Palma, colaborador habitual del cineasta, nos recuerdan que estamos ante una película del neoyorquino.

Los aficionados a la obra de Woody Allen notarán, no obstante, que la historia se convierte más en una concatenación de sketches, en la línea de las películas previas a Manhattan y Annie Hall, que a las cintas más ambiciosas de su última etapa. Eso sí, lo que está asegurado es la diversión.

El responsable crea un catálogo de personajes verdaderamente antológico, donde hay lugar para un cura que hace números de magia, un cocinero obsesionado con que sus platos gusten al restaurador norteamericano que ha entrado en la embajada y un diplomático un tanto desastre que se enamora de la hija de su inesperado huésped.

Sin embargo, quizás lo mejor del largometraje sea la pareja formada por el dueño de la empresa de catering que busca protección en la embajada y su esposa.

Woody Allen y Julie Kavner, actriz famosa por prestar su voz a Marge en la versión americana de Los Simpson, demuestran una grandísima compenetración como dúo cómico. Sus constantes discusiones, inspiradas en las de los padres del propio director, son verdaderamente antológicas.

En definitiva, Los USA en zona Rusa es una divertida película para todos aquellos que echen de menos al Woody Allen de hace unas décadas.

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