DE CUBA, SU GENTE: Me pediste el secreto, te lo cambié por la paloma

DE CUBA, SU GENTE: Me pediste el secreto, te lo cambié por la paloma
Fecha de publicación: 
2 Agosto 2018
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Imagen principal: 

A William

«Mi misma, necesitamos un novio especialmente hecho para ti. Y ya que no conoces a nadie con las cualidades excelsas que pides, vamos a crearlo».

Me encerré en mi casa por una semana. Vi el documental El Secreto dos veces por día. Me leí a Herman Hesse, las lecciones de los estoicos, las leyes de la antifragilidad. Hice un dibujo de cómo sería mi futuro novio. Se veía más o menos así.

Como ven, le di mucha importancia a los ojos azules. Ustedes pueden pedir lo que quieran, a mí los ojos azules me recuerdan las bolas con tiritos con las que jugaba al «quimbi solo» o a «la cuarta» cuando niña.

Hice una lista de las cualidades de mi futuro novio. 21 cualidades, de hecho. La fotocopié y la pegué por todas partes de mi casa. Al lado del inodoro, para leerla en el momento sublime de estar sentada en la taza.

En el patio, para leerla mientras recojo la ropa que he lavado (lavo casi una vez al año, así que cuando lo hago, es mucha ropa, necesito material de estudio para no aburrirme).

Por todas partes.

Y esperé. No demasiado. Como dos semanas después de haber requetevisto El Secreto, cuando ya tenía al universo seco de tanto pedir, apareció.

Salía yo del gimnasio. Tenía una estera en la mano. Estaba reluciente, con mi cara roja por los ejercicios, lo cual quiere decir que la sangre bombeaba mi cerebro al máximo y estaba llena de energía y felicidad. Y ya sabemos que no hay mejor imán para atraer lo bueno a nuestras vidas que estar uno mismo feliz.

Entonces lo vi. Idéntico a mi dibujo (excepto porque no parecía el dibujo de un niño de 24 meses).

Lo bueno de saber bien lo que uno quiere es que uno lo reconoce al momento cuando está frente a uno.

Cuando eso que uno quiere se te acerca y te pregunta por clases de yoga y por la estera que llevas al hombro, puedes hablar con él y ofrecerte a acompañarlo a las clases de yoga (al parecer es muy peligroso ir solo a meditar).

Y después puedes, ya que los ojos azules de tu dibujo se te han hecho realidad, invitarlo a descubrir Cuba juntos. Y viajan a Viñales y a El Nicho y a Trinidad… y montan o no montan caballo, y se descubren o no en el camino.

Y comparten una verdad. Que cuando uno se levanta por la mañana, lo primero que debe pensar es cuán grande privilegio es estar vivo y poder respirar, pensar, disfrutar, amar.


altDiana Castaños (La Habana, 1986). Licenciada en Periodismo. Graduada del Centro de Promoción Literaria Onelio Jorge Cardoso. Escritora de guiones infantiles para radio. Premio de Periodismo 26 de Julio en 2008. Ha obtenido el Premio Calendario 2016 por No hay tiempo para festejos, el Premio Memoria 2016 por Lo blanco más allá de la luz y el Premio Pinos Nuevos 2016 por Josefina. Es miembro de la AHS.

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