Barranquilla 2018: De cuando te devuelven la confianza a oro limpio

Barranquilla 2018: De cuando te devuelven la confianza a oro limpio
Fecha de publicación: 
23 Julio 2018
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Porque el mayor deseo de todos, parafraseando al entrenador de gimnasia artística Carlos Gil, es aportar la mayor cantidad de preseas y títulos a la delegación, batallar por Cuba incluso hasta en el pensamiento cuando se descansa, y mantener el prestigio ganado por nuestro movimiento deportivo desde los albores de la justa en México 1926, pero fundamentalmente desde la escalada a la cima en Panamá 1970.

De héroes, noveles consagrados y la estirpe firme

Los atletas antillanos siempre están en la mira de los contrarios, incluso en la de los jueces y árbitros. Pero eso es algo con lo que el favorito por lo general tiene que lidiar.

Hoy estuve en la piel de Randy Lerú, sufrí los insuficientes acumulados de 13.000, y 13.800 que le otorgaron en las anillas y la barra fija. Sin embargo, viví una satisfacción insospechada cuando se fundieron en un abrazo victorioso él, Manrique Larduet, y el profe Gil.

Toda Cuba cupo en sus brazos, luego de que Manrique demostrara por qué es uno de los mejores gimnastas del mundo con su cetro de máximo acumulador (84.800) y justamente Randy cuidara sus espaldas al vestirse de plata (81.050). Las ejecuciones de los nuestros, y la visible desconcentración del anfitrión Jossimar Calvo (abandonó el concurso), y su primo Carlos, le allanaron el camino al bronce al dominicano Audrey Nin (80.750).

A propósito, les dejamos la secuencia de calificaciones de nuestros dos mejores gimnastas.
Manrique Larduet: manos libres (12.700), caballo con arzones (13.650), anillas (14.450), salto (15.000), paralelas (14.900), barra fija (14.100).

Randy Lerú: manos libres (14.100), arzones (12.100), anillas (13.000), salto (13.950), paralelas (14.000), y barra fija (13.800).

Antes, la veleidosa y bella Marcia Videaux, había conquistado igual pergamino que Manrique y los corazones de todos con sus ejecuciones, merecedoras de global de 51.750 unidades, desglosadas en: salto (14.700), asimétricas (12.250), viga de equilibrio (11.500) y manos libres (13.300).

La gimnasia artística recuperaba de manera convincente un feudo cedido entre las ediciones de Ponce 1993 y Maracaibo 1998.

Mi felicidad tuvo su inicio bien temprano, en las paletadas del binomio Ángel Fournier-Adrián Oquendo, y la singlista pesada Yariulvis Cobas.

Carburaron mejor en la fecha dominical, amén de que se espera un rendimiento supremo de nuestros remeros en el lago Colima. De nuevo dejaron escapar otras dos coronas en la jornada, y sostienen un pulso a brazo partido por el reinado de la disciplina con los aztecas. Realidad bien diferente a la de hace cuatro años en Veracruz.

Les tocó sacudirse de los sinsabores individuales y salir del silencio de podio a nuestros pentatletas. El dúo de José Figueroa-Lester Ders aunó esfuerzos para comandar el relevo varonil y de paso agenciarse el primer cetro de ese deporte, que había estado por debajo de las expectativas pre-competencia.

Poner el ojo y la bala a tono con las exigencias. Al igual que hace cuatro años el equipo de fusil femenino en la modalidad de aire a 100 metros se impuso, encomendado a las estelares Eglys de la Cruz, y Dianelys Pérez.

La estrofa aparte de kilogramos, el pedaleo de Marlies Mejías, y el vuelo de Anisley García

Marina Rodríguez (63 kg), Adriel La O (77). Como escamotearle oros a los anfitriones colombianos. Ese pudiera ser el título de un Thriller vivido entre kilogramos. Ambos halteristas de la Mayor de las Antillas, luego de ver escapárseles la gloria en el ejercicio de arranque de sus respectivas divisiones ante los cafeteros Natalia Llamosa y Hugo Montes.

Hablamos de subtítulos con respectivos 98 y 159 kg por 102 (récord para los Juegos), y 160 de los colombianos. Luego en el envión la vendetta llegó con alzadas por ese orden de 125 y 187kg, inalcanzables para la también cafetera Jacqueline Heredia (124), y el propio Montes (183). El botín lo completó Olfides Sáenz (85 kg) con dos platas en su categoría.

Marlies Mejías, sus piernas bendecidas, tocada por los dioses del ciclismo. Su velocidad en sprint propia de las fuera de serie. Esos elogios resumen su performance dorado en el Scratch, en el velódromo de Cali, con velocidad de 39.43 km por hora y crono de 15.13 segundos en esa vuelta del adiós definitivo. Marlies, que también puja en otros tres eventos de pista y que además largará en la ruta femenina, dando fe junto a Arlenis Sierra, de ser pedalistas de otra dimensión.

El oro más insospechado de la fecha y uno de los más gratificantes de todos los Centroamericanos y del Caribe. Me atrevo a afirmarlo sin miramientos y colocarle el nombre de la clavadista Anisley García.

Hubo que esperar 25 años y verla volar desde la plataforma de diez metros con respetables 332.90 unidades, para volver a saborear un pergamino entre damas en este entorno. La morena de 16 años y 12 dedicados al ornamentalismo coronó actuaciones precedentes de nivel en el trampolín a uno y tres metros, pero halló la redención suprema en la mayor altura.

Una especie de dejavú de su entrenador José Antonio Guerra, pues bailó en casa del trompo y desbancó a las poderosas mexicanas Viviana del Ángel (332.45) y Gabriela Agundez (330.45).

Anisley gracias, gracias Guerra, por un estreno desde el banquillo de timonel de semejante magnitud. Te vi inquieto tras cada ejecución de Anisley, puliendo cada mínimo detalle, feliz en ese abrazo glorioso que dejó caer el telón, como en tus años felices, como en Aquella Universiada que te vio coronarte en Palma de Mallorca 1999…

Patadas voladoras que saben a…

Pudo ser mayor la foja, pero verdaderamente la curtida Glehnis Hernández no se vio nada bien en la final de los 73 kg. Poca iniciativa, fuera de alcance con sus patadas, pasividad la condujeron al naufragio ante su rival puertorriqueña.

El reverso de la moneda fue Gleinys Castillo, quien con una espectacular acción faltando tres segundos para la campana final, se impuso 11-10 sobre una azteca para titularse.

Igualmente airosos y redentores estuvieron los avalados José Ángel Cobas (74) y Rafael Alba (87). Ambos mantuvieron su reinado regional, en el caso de Alba con superioridad técnica de 23-2 incluida.

Así, las acciones en la disciplina favorecen a México, siete vellocinos por cuatro sobre los nuestros, dueños también de una plata y un bronce.

Viendo caer el telón y entrada la madrugada del lunes, puedo afirmar que fue un día fructífero para la legión cubana, amparada en 13 metales áureos. Sucede que los cuates igualmente sacaron una tajada de 13 coronas y mantienen distancia en la cúspide, situación que con el paso de los días se convierte en más alarmante.

La derrota del béisbol 8-1 de manos de Puerto Rico, no puede dejar de mencionarse, pues en ese fracaso va el sentir de buena parte de Cuba.

Casi se me cierran los ojos, y pocas horas de sueño me separan de la intensa jornada de lunes. Que me hayan devuelto la fe los míos, no significa que haya desterrado la preocupación con el destino final de campeones de Barranquilla en el horizonte. El medallero parcial reflejará lo cruenta de esta lucha, y con él se silenciaron momentáneamente mis palabras:

México: 32 oros, 29 platas y otros tantos bronces.
Colombia: (27-18-19).
Cuba: (18-16-12).
Venezuela: (7-10-16).

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