Rusia 2018: Croacia, la vida, el último aliento y la final en el horizonte

Rusia 2018: Croacia, la vida, el último aliento y la final en el horizonte
Fecha de publicación: 
11 Julio 2018
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Habrá que colocar a todos los jugadores titulares croatas en cámara hiperbárica. Habrá que evaluar médicamente a Mandzukic, Modric, Perisic, Rakitic y compañía, cuánto bajaron de peso, cuánto desgaste cargan en sus piernas tras tres partidos extendidos a 120 minutos. Pero ahora nada de eso es relevante.

Croacia enrumba a su primera final en la historia de Copas del Mundo, de la mano de Mandzukic y Perisic, con una actitud siempre ganadora sobre la cancha, con un Subasic que supo atajar los penales cruciales en los momentos de mayor necesidad y tensión, con el merecimiento deletreado sobre la cancha del Luzhniki moscovita y ante el delirio de buena parte de los 78 011 aficionados congregados.

Los croatas se han convertido en una especie de killers o expertos disputando batallas extendidas, pues sus últimos cinco duelos en fases de eliminación, desde los cuartos de final de la Euro 2008 ante Turquía, se han regido por ese guión, con sonrisas en Rusia ante Dinamarca, los anfitrionesy ahora los Leones Rosa. Talmente parecieran que poseen cuatro pulmones y otras tantas piernas.

El choque de este miércoles tuvo primeros compases de paridad, con guerra campal en el medio campo y ambos elencos buscando generar peligro en el arco rival: Inglaterra apostando a su velocidad, los trazos largos y el juego aéreo, armas históricas, mientras los balcánicos desbordando por los laterales con Vjrsaliko, Perisic y Strimmich, con Modric y Rakitic en la salida y Mandzukic como felino que aguarda, batallador, laborioso en la primera línea de ataque.

Los pupilos de Zlatko Dalic reescriben una página que desde ya 20 años después de la signada por Davor Suker, Robert Prosinecki y compañía, se antoja más encumbrada, sin aliento apenas, con el físico deshecho, pero con el honor al límite.

Aún cuando Kieran Trippier les endosó un tiro libre desde los linderos del área que más bien parecía una parábola perfecta dibujada hacia el arco por Leonardo Da Vincci. Hubo de verla Subasic, enmudecieron los poco más de cuatro millones de croatas, junto con los miles de hinchas que asaltaron la arena moscovita, pero el silencio se convertiría en delirio absoluto casi 115 minutos más tarde.

Desde el cinco tuvieron que enfrentar un choque cuesta arriba, pero en el fútbol, como en ningún otro deporte el conformismo conduce a buen camino.

Cedieron la Telstar los ingleses y con ella el medio campo. Comenzaron a sedimentarse en su terreno, las marcas tardaban un poco en llegar a los atacantes croatas, y en ese empantanamiento los sorprendió el fin de la primera mitad.

A juzgar por los números y las cábalas, parecían encaminados al éxito, pues solo Italia en 1990 había sucumbido en una semifinal tras llegar al descanso con ventaja.

De cambiar el libreto se encargarían los uniformados a cuadros. Perisic se mostraba incisivo y buscaba el del empate con uñas y dientes. Sus compañeros se antojaban cómplices de ese furor, y hacia el 68 coronó el esfuerzo colectivo: en un centro y con una maniobra acrobática al más puro estilo de Jet Li se anticipó a Kyle Walker para mandarla a guardar.

Con el abrazo en la pizarra Croacia seguía haciendo más por el triunfo. Sus pases eran más precisos, no sé cómo sacaban fuerzas para las esprintadas por los carriles y generar peligro.

Cronos desgarraba los cuerpos de los 22 guerreros en cancha y justo en el ocaso del segundo tiempo reglamentario, cuando el calambre era del tamaño del monte Everest, Mandzukic cruzó a Pickford para desatar la locura, adelantar a los suyos 2-1 y aferrarse a defender en esos últimos diez minutos, eternos para los croatas, efímeros para los ingleses.

Perisic coronó su rendimiento al ser seleccionado el mejor jugador del partido, además de, según el “esquizofrénico” de las estadísticas Mr Chip convertirse en el tercer jugador con gol, asistencia y tiro al palo en una semifinal de la Copa del Mundo, tras el checo Kadraba en 1962; y el alemán Littbarski en 1982.

Así se citan con los franceses para la final del domingo, mientras ingleses y belgas tendrán un remake por el bronce el sábado.

Siguiendo en la cuerda de lo sorpresivo hasta ahora. ¿Emergerá Croacia campeona por primera vez en la historia? Sería el segundo país menos poblado en alcanzarlo, por detrás de Uruguay. Eso, solo se sabrá el domingo en la tarde.

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