España está en Moscú, paradójicamente, para eliminar a Rusia

La Furia Roja saldrá mañana con toda la artillería pesada al estadio Luzhniki, la joya del Mundial, sede de la gran final del torneo el próximo 15 de julio.

El rutinario reconocimiento del terreno servirá a los ibéricos para liberar un poco de tensiones de cara al choque frente a los rusos, a priori un trámite sencillo, pero que pudiera complicárseles al límite si no pisan fuerte el acelerador en todo momento.

Lo que sí es seguro es que los hinchas de España serán minoría en el recinto, porque se espera una gran ola de fieles rusos para el cotejo.

España ostenta el título de campeón mundial de 2010 como mejor resultado, mientras los rusos viven su mejor torneo desde su fundación como país independiente en 1991, pues nunca antes habían clasificado a octavos de final.

Los ibéricos, que llegan al choque de mañana con una extraordinaria racha de 23 partidos sin perder, jamás cayeron contra los rusos desde la desintegración de la Unión Soviética; en total archivan cuatro victorias y dos empates.