Italia en un escenario europeo fragmentado sobre migración

Italia en un escenario europeo fragmentado sobre migración
Fecha de publicación: 
23 Junio 2018
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El objetivo del encuentro informal es tratar de aproximar las posiciones de un grupo de países, con la intención de allanar el camino hacia la reunión del Consejo Europeo prevista para los días 28 y 29 de este mes, en la cual la gestión de los flujos migratorios asoma como un punto donde será imposible lograr un acuerdo.

El presidente de la CE, Jean Claude Juncker es el organizador del encuentro promovido por la canciller federal alemana, Angela Merkel, cuya idea original era convocar sólo a los mandatarios de Italia, Francia y España, marco ampliado posteriormente a Grecia, Malta, Bulgaria y Austria.

Con esa composición, la cita aseguraba la presencia de las naciones con costas al Mediterráneo más expuestas al ingreso de migrantes provenientes del Norte de África, como Libia, para quienes lo más importante es recibir un tratamiento diferenciado de la Unión Europea, con el fin de detener el flujo migratorio irregular.

Para Alemania, en cambio, la prioridad es la repatriación al lugar de procedencia inmediata de los miles de migrantes, quienes después de presentar la solicitud de asilo en el país de ingreso, se trasladan a otras naciones en violación de lo establecido por el Reglamento de Dublín.

La devolución de esas personas a sus puntos de partida, principalmente Italia, constituye un aspecto esencial en el plano político interno para Merkel, en función de satisfacer la demanda de su ministro del Interior y aliado en la coalición de gobierno como líder de la Unión Socialcristiana de Baviera, Horst Seehofer.

La exigencia del titular germano, cercano a su colega italiano, Matteo Salvini, en lo relativo al endurecimiento de la política migratoria, se incluye en los denominados 'movimientos secundarios', rechazados por Roma como prioridad, sin antes resolver los "primarios".

Así lo expresó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, tras la entrevista sostenida esta semana con el presidente del Consejo Europeo, Donadl Tusk, en esta capital.

Para Italia, la estrategia regional se debe centrar en una mayor protección de los confines externos, mediante el reforzamiento de la Agencia Europea para la Guardia de Fronteras y Costera, Frontex, no sólo desde el punto de vista material, sino también para que pueda cumplir funciones policiales, dentro y fuera del continente.

A ese tema principal se añade el establecimiento de centros europeos en países de partida y tránsito de migrantes, con vistas a determinar quienes clasifican para solicitar asilo, además del reclamo de más cooperación y solidaridad de parte del resto de los países de la región en la gestión de los flujos.

La demanda italiana en ese sentido incluye el cumplimiento de los acuerdos de relocalización de los inmigrantes y una revisión a fondo del Reglamento de Dublín sobre el sistema común europeo de asilo, el cual prevé la permanencia en los países de ingreso de los solicitantes hasta el final de proceso.

La propuesta de endurecer la protección y control sobre las fronteras externas cuenta con el apoyo de las naciones del Grupo Visegrad -Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa- afines también al endurecimiento promovido por Salvini, pero quienes, sin embargo, se oponen de plano a la relocalización.

A sólo unas horas de la minicumbre convocada por Juncker son 16 los países interesados en asistir, según confirmó un portavoz de la CE, quienes dispondrán de cuatro horas para exponer sus criterios, sin compromisos ni resoluciones.

Consciente de la imposibilidad de lograr un acuerdo entre todos los miembros de la UE, Merkel parece inclinarse a favor de pactos bilaterales, trilaterales o multilaterales, en espacios más reducidos, para tomar en cuenta la situación de los países más afectados por el arribo de migrantes como Italia, Grecia y Bulgaria.

En ese escenario de creciente fragmentación, la canciller germana tratará de entender de qué lado estará Roma, como señala la periodista Angela Mauro en un comentario en la edición italiana de Huffington Post.

Las alternativas, indica, son seguir en el eje tradicional formado históricamente con Francia y Alemania en un triángulo de relaciones diplomáticas europeas, o desplazarse a otro esquema de alianzas, más próximo a los integrantes del Grupo Visegrad.

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