Rusia 2018: El anfitrión que sueña con ser grande

Rusia 2018: El anfitrión que sueña con ser grande
Fecha de publicación: 
19 Junio 2018
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Y así erigirse como potenciales cabezas de grupo, y sepultar las aspiraciones de Mohammed Salah y los suyos.

No importó que los egipcios dispararan más a puerta, 13 por 11 de los locales, tampoco el hecho de la ligera ventaja en posesión de los africanos 51-49%. Lo cierto es que los rusos acusaron una verticalidad y eficiencia poco antes vista.

La capacidad goleadora mostrada los erige como los máximos anotadores de la justa con ocho tantos en dos presentaciones, y un  Denis Cheryshev en calidad de cañonero bendecido. Llegó a tres perforaciones el del Villarreal, siempre generando peligro, atento en las jugadas, con los balones importantes circulando por sus pies.

Así, en el primer choque oficial en la historia de ambas naciones, los rusos mantuvieron su invicto frente a rivales africanos, incluido aquel histórico 6-1 sobre Camerún en 1994, con cinco goles de Oleg Salenko.

El partido se antojó de ir y venir en la primera mitad, que culminó con igualdad a cero y menos balones tocados por Salah que los que deseó.

Iniciándose el complementario llegó la primea anotación rusa, marcada en propia puerta por Amhed Fathy tras un centro chut de Aleksandr Golovin.

La segunda anotación fue producto de una jugada colectiva y Mario Fernándes llegando a la línea de fondo por derecha para colocar el llamado centro retrasado de la muerte. Cheryshev se encargó de mandarla a guardar.

Aún sin recuperarse de las dos estocadas, los rusos sentenciaron el marcador. Artem Dzyuba consiguió su segunda diana del certamen tras un balón largo y fulminó al meta El-Shenawy. Confianza ratificada la que puso en él Cherchesov.

La honrilla egipcia llegaría por intermedio de Mohammed Salah al 73, tras anidar un penal que le provocara Roman Zobnin, pero más allá de eso, muy poco brindó el once egipcio, que prácticamente se despide de la competición.

Muy por el contrario, los rusos tienen un pie y medio en octavos de final, con sólidas demostraciones de juego, táctica y técnicamente organizados, deleitando a sus parciales y por primera vez airosos en dos presentaciones iniciales en Copas del Mundo desde que alcanzaran las semifinales de 1966.

¿Surge otro contendiente? El tiempo dirá, por ahora no los perdamos de vista, pues su marca de ocho goles es la mayor en la historia de estos torneos en dos presentaciones iniciales, abrazados con la Italia de 1934. Italia, ¿les suena?

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