Bye, bye, Mariano Rajoy o la política envilecida

Bye, bye, Mariano Rajoy o la política envilecida
Fecha de publicación: 
3 Junio 2018
0
Imagen principal: 

El castigo a Rajoy debería haber sido por haber entronizado una política neoliberal que ha dejado a millones de personas sin empleo, sin una jubilación adecuada e incrementado índices malsanos de salud y los desalojos, entre otros muchos tratados peyorativamente durante todo su mandato
No supo enfrentar adecuadamente los movimientos y conatos de resistencia de diferentes regiones, a los que trató con mano dura, poniendo realmente en peligro la unidad del país.

Pero no, su cesantía y expulsión provino de la aprobación de una moción de confianza por quien es ahora su sucesor, Pedro Sánchez, secretario general del socialdemócrata Partido Socialista Obrero Español, que ha tenido cierta cohabitación con los denominados “populares”, y que contó con la aprobación del movimiento de  izquierda Podemos y varias pequeñas agrupaciones vascas y catalanas.

La crisis que devino en la destitución de Rajoy, estalló durante la semana pasada, luego de que la Audiencia Nacional emitiera la sentencia de la trama de corrupción que involucra al PP, con condenas de cárcel para los implicados, entre ellos algunos empresarios, y una civil para la colectividad.

Lo real es que todo esto sorprendió al Presidente, quien acababa de imponer un presupuesto estatal que le garantizaba virtualmente su estadía hasta el 2020, fecha de las elecciones, en las que tomaba, como siempre, duras medidas en bien, decía, de toda la nación, cuando no tocaba los intereses ni aumentaba los impuestos a quienes más tienen.

Lo sorprendente es que se mellara su condición de resistente, o de “caradura”, como decimos en Cuba, después que se emitiera la sentencia del caso Gürtel, una trama de comisiones y pagos opacos entre cargos del Partido Popular  y empresarios que ha supuesto, repito, condenas de cárcel para varios de ellos y una condena civil para el partido por lucrarse.

La sentencia generó un aluvión de críticas contra el PP, que en estos últimos años acumula otros fallos judiciales contrarios a militantes y altos cargos por delitos de corrupción, y en sólo 24 horas, la situación cambió y Rajoy pasó de ver a salvo el resto de su mandato a ser señalado como el protagonista principal de un partido vinculado a la corrupción.

El caso, que lleva años convertido en un problema para el partido que hasta hoy gobernaba en España, comenzó a investigarse en el 2007 por la Fiscalía Anticorrupción, a raíz de la denuncia de José Luis Peñas, un concejal de Majadahonda, en Madrid, sobre una red de corrupción política vinculada al PP que implicaba una red de contratos amañados entre empresarios y cargos de dicha formación durante años.

"Hay una trama gigantesca de corrupción que afecta desgraciadamente a este país, pero básicamente al Partido Popular", declaró Peñas a los medios de comunicación en ese momento.
La trama estaba encabezada por el empresario Francisco Correa Sánchez, cuyo apellido ("Gürtel" significa "correa" en alemán) dio nombre al caso, que también involucraba a Álvaro Pérez y Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP de Galicia.

La indagatoria inicialmente fue instruida por el juez Baltasar Garzón, hasta que fue separado del caso tras haber sido suspendido por el Consejo General del Poder Judicial, como consecuencia de una denuncia penal por haber ordenado grabar en la cárcel conversaciones entre los imputados en la causa y sus abogados.

El caso cuenta con diversas aristas en las que estaban involucradas  figuras responsables de las administraciones locales del PP, siendo Madrid y Valencia las localidades protagonistas de la trama de corrupción.

El juicio que culminó con la caída política de Rajoy comenzó en octubre del 2016. Las investigaciones su centraron en la primera etapa de la trama, entre 1999 y el 2005. En el proceso, un total de 37 acusados declararon, y entre los más de 300 testigos, figuró el propio mandatario destituido.

En esa línea, fue investigado el "caso Bárcenas", que se centró en torno a un financiamiento ilegal del PP, a través de donativos irregulares de empresas. En este caso fue el ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, (condenado a 33 años y 4 meses de cárcel por la trama Gürtel), quién destapó la existencia de una "caja B" en el partido y acusó a algunos de sus dirigentes de recibir pagos en negro, incluido Rajoy.

La sentencia de la Audiencia Nacional finalmente resolvió que el partido del líder conservador efectivamente se benefició de una amplia trama de sobornos a cambio de contratos.

Así, teniendo en cuenta la creación de una red de empresas y altos cargos del partido para organizar viajes y eventos para el PP a cambio de contratos públicos, el veredicto determinó condenas de prisión por un total de 351 años a 29 individuos, y los jueces impusieron una multa de 245 000 euros (287 000 dólares) al PP como "participante a título lucrativo" de la trama.

En lo político, la historia ya se conoce. Este hecho motivó al PSOE, encabezado por Pedro Sánchez, a presentar una moción de censura contra Rajoy, una iniciativa que al principio se veía más bien como una utopía, pero que poco a poco fue tomando fuerza hasta concluir con lo que en un momento nadie pensaba: el líder del PP afuera y el del PSOE como nuevo Presidente de España.

TODO UN DELINCUENTE

Sí, no solo porque a pesar de haberse manejado y comprobado que recibió algún beneficio con lo robado por sus socios del PP, Mariano Rajoy estuvo más de seis años con un mandato que no produjo nada sustancial que marque el devenir de España, como no sean los errores fatídicos que ha cometido en la gestión de la crisis catalana y cuyos efectos determinarán muchas de las cosas que pasarán en los años que vienen.

Más allá de eso, que es la prueba más sólida de sus graves limitaciones como gobernante, lo que queda es un país con gravísimos problemas de fondo que la abrumadora propaganda oficial pretende que se ignoren y sin perspectiva alguna de que algún día vayan a abordarse.

Rajoy ha gobernado al día, sin proyecto, sin ambiciones, únicamente preocupado por mantenerse en el poder y por atender, para ello, a los intereses de quienes le sostienen. Por eso España está mucho peor de lo que dicen los corifeos oficiales y su futuro es inquietante.

El balance de la economía de Rajoy no es por tanto precisamente ejemplar. El político, tampoco. El ridículo que hizo con la ley Wert para la educación y con la de la reforma del aborto de Ruiz Gallardón, desastres que se atribuyeron a esos dos personajes, pero que Rajoy autorizó, son algunos ejemplos de las meteduras de pata de estos seis años pasados.

Veamos lo que puede hacer Sánchez, si es que quiere hacerlo, porque los antecedentes del propio partido, que no es realmente socialista, aunque así se llame, no son buenos.

Trece años de Felipe González cansó y abrumó a un pueblo que, sin simpatizar con los “populares”, llegó a elegir, como voto de castigo, a José María Aznar, quien desprestigió aún más a la política oficial española. Rajoy se aprovechó, a su vez, de las pifias de José Luis Rodríguez-Zapatero.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.