ESTRENO DE CINE: Red Sparrow

ESTRENO DE CINE: Red Sparrow
Fecha de publicación: 
1 Junio 2018
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Parece que Francis Lawrence le ha seguido el consejo porque Red Sparrow, la última película interpretada por Jennifer Lawrence, navega todo el tiempo en esas aguas convulsas donde el amor y el crimen van de la misma mano.

Estamos ante una película de espías… que no parece serlo. Porque otro filme de espías es posible.

Red Sparrow (2018) es un puzle en el cual el sexo y el erotismo son la pieza clave, aunque nunca se mencione explícitamente. El entramado narrativo está subrayándolo todo el tiempo, aunque sea un filme de conflictos de estado y de Guerra Fría.

Aquí no hay secuencias espectaculares cada dos minutos ni saltos de jujutsu por el aire. Ni castillos que vuelan por el aire cuya trama olvidamos a los cinco minutos… si es que alguna vez la entendimos. Aquí ni Jennifer Lawrence es Angelina Jolie en Salt o Tom Cruise en Misión imposible. Aquí se habla de una mujer que se convierte en espía en contra de su voluntad y cuya única arma es un rostro inexpresivo.

Y aunque la manera de actuar de Jennifer Lawrence es mucho más feminista –fíjense que no digo femenina- que la de Angelina Jolie o la de Cameron Díaz en personajes similares, el guión sigue presentando subtramas donde la mujer termina necesitando a un hombre para ser feliz.

Y este es el principal problema de la película: La trama romántica de la película resta más que suma.

No obstante, la cinta tiene un gran mérito: helada en su superficie, pero ardiente hasta la última molécula por dentro, se aleja de los retruécanos narrativos a los que este género nos tiene acostumbrados.

Ya va siendo hora de presentar el argumento de Red Sparrow (Gorrión rojo, si se quiere):

Una bailarina del teatro Bolshoi es lesionada y no puede volver a bailar. Como necesita pagar los altos costos del médico de su madre, la muchacha acepta un trabajo de cuestionable procedencia moral que le ofrece su tío, un hombre que la mira con claros intereses sexuales.

A partir de entonces se ve envuelta en un camino que la conduce a trabajar para el servicio de seguridad ruso. Allí la enseñan a manejar su cuerpo para controlar a los hombres…

Absoluta. Tensa. Absorbente. Esa es Jennifer Lawrence en la gran pantalla. Es la cuarta vez que trabaja con el director de esta cinta –la primera vez fue en Los juegos del hambre- y el binomio realizador/actriz ha alcanzado sus mejores éxitos. Ella se roba toda la atención de la historia, hasta el punto de mostrar en toda su magnitud lo que significa ser realmente una estrella de la gran pantalla.

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