«Han pasado algunos días y aún estoy impactado»

Por la cercanía del lugar donde trabaja, Raúl Mejías Catasús fue uno de los primeros en llegar al lugar del accidente fatal ocurrido el pasado viernes tras despegar un Boeing 737-200 del Aeropuerto Internacional José Martí.

Como ingeniero civil, labora hace años en la Compañía Contratista de Obras para la Aviación (CCOA), ubicada muy cerca del lugar de los hechos, lo cual le permitió llegar muy rápido al sitio donde ocurrió el siniestro.

Entrevistado por CubaSí a propósito del suceso, explicó que en el momento del incidente acababa de entrar a su oficina, «cuando las paredes y el techo, las sillas y las mesas, empezaron a estremecerse, tal y como si ocurriera un temblor de tierra.

«En ese preciso instante se fue la corriente, seguramente el avión había caído e impactado en los cables de alta tensión. Una persona, que aún no preciso, me dijo que un avión se había caído. Entonces salí corriendo en busca del trillo —aledaño a la cerca perimetral del centro de trabajo— que conducía a la zona.

«Este avión 737-200 se caracteriza por tener un sonido fuerte, en comparación con otros de su categoría, y me llamó la atención que este fuera aumentando en pocos segundos.

«Yo sentía tres sonidos distintos y mezclados: el ruido del motor característico de un avión y otros dos. Uno como si algo estuviera combustionando, y otro como si se estuviera utilizando una planta de soldar».

Amante de la aviación —pertenece al Grupo de Simuladores de Vuelo, del Club de Aviación de Cuba—, Raúl confesó que han pasado algunos días y aún no cree posible lo que vio.

«Me quedé choqueado, como se dice. Llegué a mi casa y comencé a volar en el simulador, para tratar de replicar lo que había pasado, e hice cientos de simulacros en un 737.

«Luego busqué en Google Maps, vi la posición desde donde despegó, la trayectoria que describió, y traté de buscar la explicación del porqué el giro brusco que hizo; pienso que buscando un regreso al aeropuerto, era el desespero de una tripulación que, al apenas despegar, no tuvo posibilidades de lograr una sustentación. Nadie sabe lo que pudo haber pasado en esa cabina y en cuanto a los pasajeros, no quiero ni imaginar».

Por este trillo, aledaño a su centro de trabajo, corrieron muchas personas una vez que

conocieron que el avión se había estrellado.

Según narró Raúl, el avión cayó sobre la línea del tren, y ahí es donde se fracciona.

El ingeniero muestra un residuo de alguna parte de la nave.

Como cualquier apasionado de la aviación, en Google Maps Raúl hizo el recuento de la

breve trayectoria del Boeing 737-200.