Tras los pasos del abierto de Lima y la realidad del judo cubano

Tras los pasos del abierto de Lima y la realidad del judo cubano
Fecha de publicación: 
20 Marzo 2018
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El Open de Lima, Perú, constituyó en ese sentido el termómetro más reciente. Allí, ante la presencia de 177 judocas de 21 naciones (16 de América, cuatro europeas y una africana), nuestras escuadras inscribieron a una decena de efectivos se agenciaron tres títulos, una plata y tres bronces para escoltar a Brasil (4-2-6) y anteceder a Francia (2-3-1).

No es secreto que dicho certamen, al igual que otros que se suceden a este lado del Atlántico, no posee rigor cualitativo supremo. Aún así, nuestras huestes intentaron sacar el mejor partido, como igualmente lo harán en los Grand Prix de Tbilisi, Georgia, y Antalya, Turquía, previstos para finales de este mes y comienzos de abril.

Las coronas llegaron por intermedio de Osniel Solís (66 kg), Maylin del Toro (63), y Olga Masferrer (70).

Solís, nacido el 12 de febrero de 1991 y con balance de ocho victorias y seis derrotas en lides de nivel notorio desde el 2014, resolvió tres de sus cuatro pleitos por ippón, incluida la final ante el mexicano Nabor Castillo. Su rendimiento lo hizo ascender dos posiciones en el ranking de su categoría en el cual ocupa el puesto 39 con 1 006 puntos, en feudo del japonés Abe Hifumi (5 000).

Maylin del Toro es una judoca de mayor kilometraje. Fue bronce en los 63 kg de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y según el sitio especializado www.judoinside.com atesora saldo de 23-15 en combates exigentes desde el 2009.

Ahora, ante el concurso de 13 judocas en tierras del Cuzco, resolvió sus tres batallas, dos de ellas por ippón. Descollantes sus desenlaces airosos frente a las brasileñas Amanda Dutra y Danielle Oliveira, independientemente de que supera a ambas en palmarés pues recala en el escaño 60 del listado universal (480 unidades) y Oliveira, su más cercana perseguidora se ubica en el 101. Acá la eslovena Tina Trstenjak (5 375 rayas) comanda las acciones y la auriverde mejor posicionada es Ketleyn Quadros (19-1 854).

Cierra el tridente dorado Olga Masferrer (22 de agosto de 1991). En una categoría de peso en la que el eco de Onix Cortés como principal figura está bien difuso y en la que Masferrer creció a su sombra. Afortunadamente para ella, la inscripción de solo siete competidoras le allanó el camino al oro y únicamente tuvo que ajustarse su judoguis en dos batallas. Ambas resueltas por ippón, incluida la discusión del cetro ante la canarinha Amanda Oliveira. Con una andadura de 6-4 desde el 2014 Masferrer se coloca en la posición 55 del ranking (450 puntos), en tanto su oponente recala en el 67, dueña de 330.

En el plano de lo sorpresivo y negativo, estuvo el revés sufrido por ippón a manos del peruano Yuta Galarreta del subtitular olímpico Asley González (90 kg). El pleito se definió en regla de oro, cuando ambos atletas iban abrazados a dos amonestaciones. Asley, asediado por lesiones y tras casi dos temporadas de inactividad, no tuvo un retorno agraciado, que le permitiera posicionarse en el escalafón, en el cual su coequipero Iván Felipe Silva se ubica en el peldaño 24-1 490 puntos. El serbio Aleksandar  Kukolj (5 011) regentea dicha categoría.

Haciendo un resumen en una y otra escuadra antillanas, la estelar Idalys Ortiz (+78 kg) sigue siendo el principal referente de nuestros tatamis. La artemiseña se muestra en la plaza 12 con sólidas 2 450 rayas, aunque aún distanciada de la líder, la sudcoreana Minjeong Kim (5 420).

Ese es el panorama momentáneo. Dentro de poco Georgia y Turquía nos brindarán un acercamiento más puntual, tatamis mediante, de por dónde anda nuestro judo en este proceso de renovación, y la perspectiva futura rumbo a los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla.

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