EN FOTOS: Crónicas visuales de Leandro Soto
Una verdadera explosión de formas y colores, sin temor al énfasis, ajena a todo minimalismo... y al mismo tiempo, esencial. Las obras que reúne Leandro Soto en el Museo Nacional de Bellas Artes se prodigan: son entramado riquísimo, acentuadas por acotaciones al margen. Se trata de recrear los muchos viajes del artista por el mundo, «aprehendiendo» rasgos y expresiones formales y conceptuales de disímiles culturas. Soto es un «cazador» de metáforas y de sus concreciones plásticas. Pero todo, obviamente, pasa por el «filtro» de una mirada (que es, por supuesto, garantía de un enfoque cultural). Es evidente el homenaje al arte más popular y a las tradiciones que lo sustentan. La crónica que se nos narra es vistosa y palpitante, pletórica de peripecias. Más que recomendable.
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