Atletismo bajo techo: Cuba con caras nuevas

De ahí que las expectativas no sean altas en cuanto a medallas, pero estos certámenes suelen aportar sorpresas.

Yarisley es de las favoritas al podio en la pértiga, condición que se reforzó cuando la vigente monarca, la estadounidense Jennifer Surh, decidió no presentarse. No obstante, la gran favorita es la griega Ekaterini Stefanidi, oro olímpico y del orbe al aire libre, quien además marca el paso en la presente temporada, como ya hizo en la anterior. De todas maneras, estamos hablando de medalla, no de título, y para eso la pinareña tiene lo necesario.

El resto de la comitiva es una gran incógnita, porque la otra con mayores opciones es la heptalonista Yorgelis Rodríguez, pero bajo techo son cinco y no siete las pruebas en competencia, y eso será novedoso para ella, que también se inscribió en el salto alto. En esta última modalidad compitió varias veces en lo que va de año, pero no es lo suyo, así que escalar el estrado de premiaciones sería una gran sorpresa.

Aparte de ellas dos, los otros con oportunidad de batirse por una presea son los triplistas Cristian Nápoles y Andy Díaz y los saltadores de longitud Maikel Massó y Juan Miguel Echevarría, pero tampoco se espera de ellos un logro tal.

Nápoles ya pasó de 17 metros este año, y tanto Massó como Echevarría se han estabilizado sobre los ocho metros, aunque tendrán rivales exigentes.

De todas maneras, como decíamos antes, los Mundiales techados son bastante veleidosos y como no siempre los mejores acuden al llamado, hay espacio para los “eléctricos”.

Ni siquiera en esta última categoría deben caer los otros dos enviados de Cuba, el vallista corto Roger Valentín Iribarne y la balista Yanniuvis López, a quienes les falta mucha más carretera para hacerse un hueco en el concierto planetario.

Lo que sí debe lograrse es mejorar la pobre presentación de la pasada versión de estos Mundiales, cuando la delegación de la Isla compitió con cuatro integrantes y ninguno de ellos logró siquiera llegar a las finales.