Pablo Milanés: muchos años para vivir

Pablo Milanés: muchos años para vivir
Fecha de publicación: 
23 Febrero 2018
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Su música forma parte de la banda sonora de varias generaciones de cubanos, latinoamericanos y de otras partes del mundo. No destacar su vital contribución es cometer un error imperdonable. Su voz, inmensamente bella, y sus letras se mantienen como el mejor legado que nos aporta Pablo, el bayamés que nació el 24 de febrero de 1943, y quien desde niño comenzó a cantar como aficionado en la radio.

Además del feeling o la música tradicional cubana, Pablo recibió una poderosa influencia de músicas como la norteamericana y la brasileña. A inicios de los 60 comenzó su carrera profesional en grupos vocales: el trío Los Armónicos, el conjunto Sensación y el Cuarteto del Rey, agrupación de negro spirituals, donde tuvo un papel protagónico.

En 1963 compuso Tú, mi desengaño, su primera canción, y desde entonces comenzó a interpretar sus canciones en clubes habaneros. En 1964 pasó a formar parte del grupo vocal Los Bucaneros.

Con la composición Mis veintidós años, en 1965, se introduce en un nuevo lenguaje musical que acentúa su condición de compositor y crea temas que versan sobre el amor o el compromiso político y social, muchos de ellos en el marco del Primer Encuentro Internacional de la Canción Protesta celebrado en Cuba en 1967.

En el Grupo de Experimentación Sonora se unió a importantes trovadores y músicos, bajo la tutela de los maestros Federico Smith y Leo Brouwer. Por la década de los años 70, surgieron  canciones emblemáticas como Yolanda.

Las ideas no son hijas del silencio y con Pablo podemos estar o no de acuerdo sobre cualquier pensamiento. Sucede que él ha interpretado la vida al ritmo de sus años y hasta de sus sufrimientos. Eso sí: no pide apoyo multitudinario a lo que dice, sí a lo que canta.

Si las cosas "antes de hacerlas hay que pensarlas muy bien", supongamos que Pablo, como ser humano, se ha equivocado muchas veces. Pero en el artista es la obra quien habla y la de Pablo nos dice de un hombre enamorado, defensor del arte, eternamente joven, valiente y cubano. Admirarlo se nos hace un compromiso y entonar sus canciones, un placer.

Entre incomprensiones y aplausos, nuestro Pablo Milanés nos demostró que no vivimos en una sociedad perfecta, que el extremista y el cobarde van convergiendo en su dolor, mientras que el resto, con amor, trabaja porque se le hace tarde. Sin el más puro temor y contra todos los prejuicios, nos contó de dos hombres que se aman sin ser guerreros, ricos, presidentes o ministros. Nos habló de colores y un caleidoscopio eterno para vivir.

Por alguna razón desconocida, creemos que "no ha sido fácil" ser Pablo Milanés. Con sus 75 años el autor de Canto a la abuela no debe pensar igual, aunque siga defendiendo su libertad para escoger. Por alguna razón desconocida, somos testigos de cómo un artista se reinventa todos los días, canta y compone.

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